Introducido por primera vez en servicio en 1977, el Fairchild Republic A-10 Thunderbolt II, más comúnmente llamado A-10 Warthog, es un avión de ataque subsónico monoplaza diseñado para proporcionar apoyo aéreo cercano (CAS).
Retiro del A-10 Warthog: argumentos a favor y en contra
Después de casi 50 años de servicio, no es sorprendente que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos esté buscando retirar la aeronave de décadas de antigüedad, citando su naturaleza obsoleta en un mundo de defensas aéreas avanzadas.

Sin embargo, la aeronave ha construido una extensa reputación por proporcionar un fuerte apoyo a las tropas en tierra y sigue siendo el único avión diseñado exclusivamente para el apoyo aéreo cercano. Con elogios desde la Operación Tormenta del Desierto, la intervención de la OTAN en los Balcanes, las guerras en Afganistán y contra el Estado Islámico, muchos creen que el dinámico avión aún no debería retirarse.
El futuro del A-10 Warthog es un tema muy debatido en Washington y en los numerosos escuadrones operativos de A-10 de la Fuerza Aérea. Aquellos que se oponen a la retirada de la aeronave bimotor turbofan argumentan que no tiene un sucesor verdadero y que ningún avión puede desempeñar efectivamente todas las misiones que el A-10 puede.
Planes de la Fuerza Aérea para el reemplazo del A-10

La Fuerza Aérea difiere y avanza con planes para reemplazar el A-10 Warthog con aeronaves de próxima generación. Específicamente, la organización ha indicado que una combinación de Lockheed Martin F-35 Lightning II y drones no tripulados cumpliría el rol de apoyo aéreo cercano del A-10. El desafío con este plan es claro: ninguno de estos ha sido diseñado específicamente para el apoyo terrestre.
El 8 de marzo de 2024, el medio de comunicación con sede en Baltimore, WBALTV11, confirmó que la Guardia Nacional de Maryland había decidido retirar sus A-10 Warthogs, a pesar de la extensa oposición de pilotos y oficiales superiores. Después de casi 40 años de servicio, los A-10 están programados para ser retirados, una decisión que impactará la vida de más de 500 pilotos y personal de mantenimiento dedicados.
El desmantelamiento total de 21 diferentes jets A-10 Warthog desde su base en Warfield Air National Guard Base comenzará este próximo otoño. El 175th Fighter Wing pasará de una misión de vuelo a una misión puramente cibernética, demostrando la creencia de la Fuerza Aérea en la obsolescencia del rol del A-10.
Cambios estratégicos y críticas a la retirada del A-10

Esta decisión por parte de la Fuerza Aérea ha cambiado drásticamente la narrativa respecto al retiro del A-10. Anteriormente, la organización mantenía que el A-10 sería efectivamente reemplazado como aeronave de apoyo aéreo cercano por otros aviones, ninguno de los cuales había sido construido para este propósito.
Esta elección demuestra la creencia de la Fuerza Aérea de que las misiones de apoyo aéreo cercano ya no serán tan críticas para su estrategia como lo son ahora. Cuando se necesiten capacidades de apoyo aéreo cercano, la Fuerza Aérea cree que los F-35 y los drones de ataque podrán cumplir la función adecuadamente.
La organización mantiene que el lento y pesado A-10, que no cuenta con tecnología stealth, es cada vez más un blanco fácil contra las defensas aéreas modernas. Según Business Insider, la Fuerza Aérea cree que el A-10 Warthog tiene una usabilidad limitada, con el Secretario de la Fuerza Aérea afirmando que “no asusta a China”.
La capacidad probada del A-10 en combate y sus características únicas

Estos argumentos para el retiro han sido recibidos con duras críticas por parte de analistas militares y miembros del servicio por igual. El A-10 Warthog ha demostrado su eficacia en combate y ha proporcionado a las tropas el apoyo aéreo que necesitan durante décadas.
El avión puede despegar de pistas de tierra, soportar una cantidad increíble de fuego y desplegar armamento pesado. La aeronave está fuertemente armada y blindada, ambos aspectos clave para desempeñar su misión. Desde enfrentar tanques hasta regresar a la base con un ala completa faltante y lleno de agujeros de bala, el A-10 Warthog ha demostrado su valía a lo largo de los años. El armamento completo del A-10 incluye lo siguiente:
- 1 cañón rotativo GAU-8/A Avenger de 30 mm con más de 1,000 rondas
- 11 puntos de anclaje capaces de desplegar combinaciones de:
- Cohetes
- Misiles (incluyendo el misil aire-aire AIM-9 Sidewinder para autodefensa)
- Bombas (incluyendo bombas incendiarias Mark 77)
- Bengalas/chaff
- Tanques de combustible desechables para operaciones de largo alcance
El F-35 carece de estas capacidades en múltiples aspectos. Sin duda, la aeronave puede ser un mejor interceptor y ofrecer capacidades stealth más avanzadas, pero el A-10 Warthog está mucho mejor optimizado para su rol como avión de apoyo aéreo a baja altitud, según The National Interest.
Redundancias y protección del piloto en el A-10

Además, los extensos sistemas de redundancia de la aeronave y la “bañera de titanio” que rodea la cabina y protege al piloto del fuego terrestre son características que ningún dron de ataque o caza puede ofrecer. El avión está diseñado para servir exactamente su propósito actual, y reemplazarlo con F-35 o drones será un gran retroceso en términos de capacidades.
Otros críticos de la retirada del A-10 han señalado la importancia de la cultura del piloto de apoyo aéreo cercano y la sabiduría general de los pilotos de ataque en su conjunto. Las fuerzas terrestres han llegado a depender del apoyo preciso y dirigido proporcionado por los pilotos del A-10, que a veces puede ser crítico y salvar cientos de vidas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos hicieron grandes esfuerzos para garantizar que las tropas en tierra estuvieran constantemente apoyadas por aviones dedicados. Cuando la Fuerza Aérea redujo sus capacidades de apoyo aéreo cercano en la Guerra de Corea y durante la Guerra de Vietnam, las fuerzas terrestres estadounidenses quedaron frecuentemente vulnerables en el campo de batalla.
El futuro del apoyo aéreo cercano y la pérdida de una cultura valiosa

Los defensores del servicio continuo del A-10 argumentan que los pilotos dedicados al Warthog han creado una cultura única de apoyo aéreo cercano que ha sido crítica para el éxito de la iniciativa a lo largo de los años. Con nuevos pilotos de F-35 o drones no tripulados, como el MQ-9 Reaper, reemplazándolos, este activo humano increíblemente valioso que actualmente está a disposición continua de la Fuerza Aérea se perdería.
La necesidad de un avión dedicado a CAS que haya demostrado su capacidad en múltiples conflictos y escenarios es indiscutible. El A-10 Warthog no solo cumple esta función, sino que ha demostrado ser indispensable. Su retiro anticipado plantea un desafío estratégico significativo que la Fuerza Aérea deberá abordar con una cuidadosa consideración de sus capacidades actuales y futuras.