Más de tres décadas después de que Jerusalén desechara sus planes de fabricar sus propios aviones de combate, Pakistán anunció la semana pasada la compra de un escuadrón de 25 aviones chinos J-10, que se cree que están basados en el cancelado caza israelí Lavi.
El Ministro del Interior pakistaní, Sheikh Rashid Ahmad, anunció la compra de los aviones, que, según dijo, servirán de contrapeso a los nuevos cazas franceses Dassault Rafale que pronto pondrá en servicio su rival India.
Según Forbes, ni China ni Pakistán han comentado oficialmente la declaración de Ahmad sobre los aviones, que muchos creen que se basan en la tecnología desarrollada por Israel Aircraft Industries en la década de 1980.
El desarrollo del controvertido y multimillonario Lavi se detuvo en agosto de 1987, cuando el gabinete del entonces primer ministro Yitzhak Shamir votó por 13 a 12 para interrumpir el proyecto, adoptando un compromiso propuesto por el entonces viceprimer ministro Shimon Peres de ponerle fin al tiempo que se asignaban 100 millones de dólares a Israel Aerospace Industries para el desarrollo de “futuras tecnologías”.
El aumento constante de los costes y la presión de Estados Unidos condenaron el proyecto, y la administración Reagan instó enérgicamente a su finalización, diciendo a Israel que Estados Unidos le ayudaría a mantener un alto nivel de investigación y desarrollo tecnológico una vez que el Lavi fuera desechado.
En una carta enviada antes de la cancelación, Estados Unidos se ofreció a ayudar a Israel a desarrollar una infraestructura de investigación y desarrollo para las industrias de defensa. También ofreció seguir ayudando a financiar los vuelos de prueba israelíes del prototipo Lavi para desarrollar sistemas de aviónica.
En 1988, el entonces Ministro de Defensa Yitzhak Rabin desmintió un informe del Sunday Times de Londres en el que se afirmaba que Israel había acordado vender tecnología avanzada de misiles a China y ayudar a Pekín a desarrollar un avión de combate con tecnología derivada del Lavi. Los dos países aún no tenían relaciones diplomáticas formales en ese momento. El J10 realizó su primer vuelo en 1998.
En un artículo publicado en Haaretz en 2017, Moshe Arens, uno de los principales defensores del Lavi en el gobierno de Shamir, afirmó que la cancelación fue el resultado de una “manipulación política entre bastidores” y acusó a un representante de la fuerza aérea de mentir al gabinete sobre la viabilidad del proyecto.
En respuesta, Kobi Richter, antiguo jefe del Departamento de Armamento de la Fuerza Aérea, escribió que la cancelación del avión había “salvado al país tanto de un holocausto económico como de un error crítico en la construcción de su fuerza militar”.
La flota de aviones de combate de Israel está formada exclusivamente por aviones estadounidenses. El pasado mes de febrero, Israel anunció que iba a adquirir cuatro nuevos aviones de reabastecimiento y otro escuadrón -el tercero de Israel- de 25 aviones de combate F-35.