El RQ-170 Sentinel, un avión no tripulado que presenta una estética similar a la de un murciélago, es un vehículo aéreo que, curiosamente, es conocido y secreto a la vez, dado su papel en misiones de reconocimiento avanzadas y sigilosas, que ha cumplido con éxito en entornos de combate.
Ante el notable desempeño de este dron en tareas de vigilancia y reconocimiento, y considerando su tecnología furtiva de vanguardia, surge la interrogante: ¿podría el Pentágono tener planes para armar este vehículo aéreo no tripulado?
La estructura actual del RQ-170 ha sido diseñada para maximizar el sigilo, caracterizándose por un fuselaje delgado que combina alas y cuerpo en un diseño horizontal. Sin embargo, ¿sería posible un rediseño que incluya un compartimento interno para armas, lo que añadiría una capacidad ofensiva a sus operaciones?
Cabe recordar que Estados Unidos cuenta con varios drones de ataque, como el Reaper, que no poseen el mismo nivel de sigilo. Sin embargo, la información disponible hasta la fecha sobre el RQ-170 sugiere que no está equipado con armamento.
La tarea de combinar características de sigilo con la capacidad de llevar armas puede resultar complicada, ya que la inclusión de pilones o compartimentos de armas internos podría incrementar el peso y el tamaño, dificultando así el diseño de una plataforma que mantenga su capacidad de ser extremadamente sigilosa.
En la actualidad, la Fuerza Aérea describe al RQ-170 como un sistema de reconocimiento orientado a la selección de objetivos. No obstante, es razonable pensar que, con las actualizaciones computacionales necesarias y un adecuado sistema de control de fuego, esta aeronave podría ser transformada para llevar a cabo misiones de ataque.
Avances en el desarrollo de drones de ataque furtivos en EE. UU.
Mientras Estados Unidos colabora con la DARPA y la industria en la creación de un avión no tripulado de ataque furtivo y armado de “largo alcance”, el RQ-170 continúa sin capacidad de armamento, a diferencia de plataformas como el B-2, que requieren de tripulación.
El nuevo dron que está desarrollando la DARPA, por ejemplo, está siendo adaptado para lanzar misiles aire-aire. Este proyecto se basa en un diseño novedoso que tiene la capacidad de operar en formaciones pequeñas.
En este sentido, la creación de un dron más grande y sigiloso, similar al Sentinel y equipado con misiles, podría ofrecer ventajas únicas. Esto se debe a que permitiría disminuir el tiempo necesario para que los sensores identifiquen y ataquen objetivos.
La reducción de la latencia es un factor crucial, ya que una vez que se detectan los objetivos, tecnologías avanzadas de red podrían facilitar la conexión entre el dron y los sistemas de comando y control humanos en el aire. Esto permitiría tomar decisiones rápidas respecto al uso de la fuerza letal.
La capacidad de reconocimiento y selección de objetivos es fundamental, especialmente en el contexto de defensas aéreas enemigas, donde la precisión es vital en un entorno de combate altamente sofisticado.
Es relevante mencionar que China también opera un dron de ataque armado y furtivo, el GJ-11. Un medio de comunicación chino, hace unos años, señaló que el diseño del GJ-11 es similar al de un “bombardero estratégico de ala volante como el B-2 estadounidense”.
Este hecho no resulta sorprendente, dado que China ha demostrado en el pasado su inclinación a crear diseños que imitan las aeronaves estadounidenses, lo que refleja una tendencia de diseño bien documentada.
El dron GJ-11 de China y el futuro de la guerra de drones
La nueva plataforma china, el GJ-11, se pregunta si será capaz de disparar misiles de precisión aire-tierra, como el HELLFIRE, o incluso de lanzar bombas planeadoras.
Aunque las características exactas de su armamento son en gran parte desconocidas, un periódico respaldado por el gobierno chino informa que este dron está diseñado con dos compartimentos internos para armas, cada uno con la capacidad de almacenar cuatro bombas.
Un aspecto crucial que surge con la existencia del GJ-11 es la cuestión sobre la madurez de las capacidades de ataque furtivo de China frente a las defensas aéreas, así como el potencial de colaboración entre aviones tripulados y no tripulados.
En este sentido, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha estado trabajando durante años en el concepto de “compañero leal”, que permite que un piloto controle un dron cercano desde la cabina de una aeronave tripulada.
Este enfoque no solo disminuye la latencia, sino que también mejora la supervivencia y el alcance de los pilotos, a la vez que optimiza las opciones de ataque para las aeronaves que operan en territorios hostiles.
Un dron de ataque furtivo, en comparación con los menos sigilosos Gray Eagles y Shadow controlados por helicópteros Apache, podría ofrecer un considerable aumento en las capacidades de ataque contra defensas aéreas avanzadas, manteniendo a los aviones tripulados fuera del alcance del fuego terrestre.
Estados Unidos ya ha logrado importantes avances en la implementación de su concepto de “compañero leal” con el dron Valkyrie, que ha participado en vuelos junto a aviones de combate tripulados durante demostraciones realizadas por la Fuerza Aérea estadounidense.
Avances de la USAF en el control de drones desde cazas de quinta generación
La Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) ha progresado de manera significativa en el desarrollo de un sistema en el que cazas de quinta generación, como el F-22 o el F-35, pueden manejar drones en tiempo real desde la cabina. Esto incluye el control tanto de la trayectoria de vuelo como de la carga útil de los sensores.
Esta capacidad operativa se ha acercado rápidamente a la práctica, como lo demuestra el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, que ha llevado a cabo pruebas exitosas con el dron Valkyrie y un F-35.
Ante esto, surge la pregunta: ¿qué tan capaz es China de replicar este avance? ¿Puede desarrollar un sistema similar utilizando un dron de ataque furtivo?
La presencia de un dron como el GJ-11, especialmente si se produce en grandes cantidades, podría cambiar drásticamente el panorama del ataque furtivo. Este tipo de dron podría llevar a cabo las misiones de ataque más arriesgadas, evitando así poner en peligro a los pilotos en el proceso.