Polonia, Lituania y Letonia adquieren submarinos y barcos de ataque para contrarrestar la actividad naval rusa en el mar Báltico y fortalecer la defensa regional.
Programas navales de Polonia y países bálticos ante tensiones en el Báltico
Polonia y los Estados bálticos iniciaron programas de adquisición de submarinos y barcos de ataque para contrarrestar la actividad naval rusa en el mar Báltico, que ha aumentado. La modernización naval se aumentó tras el aumento de las tensiones regionales, con el enclave ruso de Kaliningrado como punto estratégico de la Flota Báltica rusa. Polonia impulsa el programa Orka para reemplazar su único submarino operativo, el ORP Orzeł, mientras Lituania y Letonia adquieren lanchas rápidas bajo el programa Common Future Multipurpose Attack Craft (CFMAC). Estas iniciativas fortalecen las capacidades navales y la interoperabilidad de la OTAN en el flanco noreste de Europa.
El programa Orka busca adquirir entre tres y cuatro submarinos para finales de 2025, en sustitución del ORP Orzeł, un submarino clase Kilo de la era soviética, construido en 1986 y limitado por tecnología obsoleta. Los nuevos submarinos contarán con propulsión independiente del aire (AIP), sigilo avanzado y capacidad para lanzar misiles de crucero, diseñados para operar en las aguas poco profundas del Báltico. Once compañías participaron en consultas de mercado, incluyendo Naval Group (Francia), ThyssenKrupp Marine Systems (Alemania), Fincantieri (Italia), Saab (Suecia), Navantia (España), Hanwha Ocean, Hyundai (Corea del Sur) y Babcock (Reino Unido). Las propuestas de Alemania, Suecia e Italia lideran, pero las negociaciones con Corea del Sur persisten.
Hanwha Ocean propuso tres submarinos KSS-III Batch-II, con un desplazamiento de 3,600 toneladas, equipados con baterías de litio-ion y sistemas AIP que permiten operaciones sumergidas de hasta tres semanas. Estos submarinos integran misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM), misiles de crucero (SLCM), torpedos y minas, con diseños de casco que minimizan el ruido para mayor sigilo. La oferta incluye transferencia tecnológica, participación industrial local y un centro de mantenimiento en Polonia, lo que garantiza autonomía operativa. El presupuesto estimado supera los 3,000 millones de euros, cubriendo plataformas y soporte logístico.
Por su parte, ThyssenKrupp Marine Systems ofrece submarinos clase 212A, diseñados específicamente para el Báltico, con un desplazamiento de 1,450-1,500 toneladas y casco de acero no magnético que reduce la detección sonar y permite operar en entornos de guerra de minas. Estos submarinos, usados por las armadas alemana e italiana, tienen una longitud de 56-58 metros y capacidad para 27 tripulantes, además de espacio para fuerzas especiales. La propulsión AIP con celdas de combustible asegura alta eficiencia en inmersiones prolongadas.
Datos clave de los programas navales en el mar Báltico
- Polonia planea adquirir 3-4 submarinos para 2025 bajo el programa Orka, con un costo estimado superior a 3,000 millones de euros.
- Los submarinos KSS-III de Hanwha Ocean ofrecen 3 semanas de inmersión y misiles balísticos de más de 1,000 km de alcance.
- La clase 212A de TKMS usa acero no magnético, ideal para aguas poco profundas y guerra de minas en el Báltico.
- Lituania invertirá 22 millones de euros en dos lanchas Watercat M18, operativas en 2026, con misiles SPIKE NLOS de 32 km.
- El programa CFMAC de Lituania y Letonia incluye lanchas rápidas para operaciones litorales en la laguna de Curlandia.
Adquisiciones de Lituania y Letonia bajo el programa CFMAC
Lituania y Letonia firmaron contratos con el astillero finlandés Marine Alutech para adquirir lanchas de ataque rápido Watercat M18 bajo el programa CFMAC. Lituania invertirá 22 millones de euros en dos unidades, equipadas con lanzadores de misiles SPIKE NLOS de 32 km de alcance y ametralladoras pesadas teledirigidas, con entrega prevista para 2026. Estas lanchas, propulsadas por motores Scania con chorros de agua, alcanzan 35 nudos y están diseñadas para operar en aguas poco profundas, como la laguna de Curlandia. Su diseño modular permite misiones de reconocimiento, colocación de minas y operaciones especiales.
Las lanchas Watercat M18 miden aproximadamente 18 metros de eslora y están construidas con materiales compuestos reforzados, lo que garantiza resistencia y baja detectabilidad. Su capacidad para enfrentar amenazas asimétricas, como drones y equipos de sabotaje, las hace ideales para el entorno litoral del Báltico. Letonia también adquirirá unidades similares, aunque no se han revelado detalles específicos sobre el número o costo. Este programa fortalece la cooperación entre los Estados bálticos y Finlandia, tras un acuerdo técnico firmado en 2024.
La Flota Báltica rusa, con base en Kaliningrado y Baltiysk, opera una flota que incluye corbetas clase Karakurt, submarinos clase Kilo y sistemas de misiles costeros. En abril de 2025, el buque Urengoy realizó ejercicios de guerra antisubmarina cerca de Kaliningrado, con un submarino clase Varshavyanka como adversario. Estos ejercicios reflejan los esfuerzos rusos por mantener capacidades ofensivas y defensivas en el Báltico, pese a limitaciones tecnológicas en comparación con plataformas de la OTAN.
La militarización de Kaliningrado incluye misiles crucero, sistemas antiaéreos y aviones de ataque como Su-24 y Su-30, capaces de lanzar misiles antibuques. Aunque la flota rusa en el Báltico se redujo desde la Guerra Fría, con solo un submarino operativo en 2023, su capacidad para interrumpir infraestructuras críticas, como terminales de GNL y cables submarinos, sigue siendo una amenaza. Los nuevos activos de Polonia y los Estados bálticos buscan contrarrestar estas capacidades, con un enfoque en sigilo, movilidad y ataque de precisión.
Implicaciones estratégicas y modernización naval
Los programas Orka y CFMAC responden a la necesidad de proteger infraestructuras marítimas críticas, como terminales de GNL y parques eólicos, en un entorno marítimo disputado. Los submarinos polacos reforzarán la vigilancia y la negación de área, mientras las lanchas lituanas y letonas mejorarán la respuesta rápida ante amenazas híbridas. Lituania planea adquirir buques patrulleros polivalentes entre 2030 y 2037, para ampliar su flota para misiones de largo alcance. Estas adquisiciones se alinean con los ejercicios navales de la OTAN, como BALTOPS, que en 2025 incluyeron maniobras de guerra antisubmarina y contraminas.
La incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN en 2023 y 2024 fortaleció la presencia naval de la alianza en el Báltico, con submarinos clase A26 suecos y corbetas clase Visby que complementan los nuevos activos polacos y bálticos. La interoperabilidad entre estas plataformas asegura una mayor conciencia situacional marítima, esencial para contrarrestar las tácticas rusas de denegación de acceso (A2/AD). Los programas también fomentan la participación industrial local, con contratos que incluyen transferencia tecnológica y mantenimiento a largo plazo.
La modernización naval de Polonia y los Estados bálticos refleja un cambio hacia una postura defensiva más robusta en el Báltico. Los submarinos Orka y las lanchas Watercat M18 disuaden a Rusia y también fortalecen la cohesión de la OTAN en un teatro marítimo estratégico. A medida que las tensiones persisten, estas adquisiciones posicionan a la región como un actor clave en la seguridad marítima europea, para proteger rutas comerciales y recursos energéticos frente a las capacidades rusas desde Kaliningrado.
El entorno del Báltico, con profundidades promedio de 55 metros y salinidad variable, plantea desafíos únicos para la guerra naval. Los nuevos submarinos y lanchas están diseñados para explotar estas condiciones, al operar en aguas litorales donde los buques rusos enfrentan limitaciones. La combinación de sigilo submarino y movilidad de superficie mejora la capacidad de la región para responder a amenazas convencionales y asimétricas, para asegurar una presencia naval sostenida frente a la Flota Báltica rusa.