China está ampliando significativamente su arsenal de portaaviones, un movimiento que ha generado perplejidad entre los analistas occidentales.
Estos últimos sostienen que los portaaviones son obsoletos frente a los avanzados sistemas anti-acceso y de denegación de área (A2/AD). No obstante, esta perspectiva subestima las intenciones estratégicas de China y falla en reconocer la multifuncionalidad de tales desarrollos.
El enfoque naval de China, que refleja tácticas empleadas por Estados Unidos hace un siglo, busca establecer un dominio regional y desafiar la supremacía naval estadounidense. Al adoptar estrategias análogas a las de Estados Unidos y las teorías navales de Alfred Thayer Mahan, China pretende controlar el acceso regional. Utiliza sus portaaviones en conjunto con capacidades A2/AD para imponer su dominio en el Indo-Pacífico, forzando a las naciones vecinas a capitular y desafiando a Estados Unidos en los mares, reconfigurando así la dinámica marítima global.
Interpretando las señales del Mar: China y su apuesta naval estratégica
![¿La Armada china está a punto de convertirse en una superpotencia de portaaviones?](https://israelnoticias.com/wp-content/uploads/2023/03/Portaaviones-de-China.webp)
Además, China continúa reforzando su flota de portaaviones, lo que sigue causando confusión entre muchos analistas, ya que, debido al surgimiento de los sistemas A2/AD, pareciera que la era de los portaaviones está finalizando. Los observadores occidentales han subestimado durante décadas el ascenso de China, tildándolo más como una imitación de las prácticas occidentales que como un verdadero contendiente estratégico. Contrario a estas percepciones, China se posiciona como un rival formidable que utiliza todas las herramientas a su disposición para impulsar su ambición de suplantar a Estados Unidos como la superpotencia dominante del mundo.
Estos mismos analistas ahora argumentan que el esfuerzo de China por construir una flota de portaaviones propia, incluso mientras desarrolla sistemas A2/AD destinados a neutralizar las ventajas de los portaaviones estadounidenses, no constituye una amenaza seria ni un uso estratégico de recursos. Sin embargo, esta visión no solo subestima la capacidad de China para utilizar estas plataformas en un contexto multifacético, sino que también ignora su potencial estratégico a largo plazo en la redefinición del equilibrio de poder global.
Desacreditando mitos: La expansión naval china y su reflejo histórico
![China avanza en portaaviones y aviones de última generación](https://israelnoticias.com/wp-content/uploads/2023/04/China_Aircraft_Carrier-transformed-il.webp)
Evidentemente, esos analistas están errados, al igual que lo han estado respecto al impresionante crecimiento del Partido Comunista Chino (PCCh) desde que el expresidente Jimmy Carter los reconoció oficialmente en 1979, relegando a la República de China en Taiwán a una posición estratégica y diplomática desventajosa.
David P. Goldman ha hecho una analogía entre el PCCh y los Borg de “Star Trek: The Next Generation”, sugiriendo que China ha estado asimilando la innovación tecnológica occidental dentro de su esfera de influencia. Esta asimilación, a menudo facilitada por líderes y empresarios occidentales tanto codiciosos como cortoplacistas, ha potenciado la emergencia de China como una potencia global.
Además, según Michael Walsh, los miembros del “Partido de Fusión Bipartidista Permanente” en Washington, que frecuentemente minimizan los esfuerzos chinos en el desarrollo de su flota de portaaviones, parecen haber olvidado un capítulo crucial de la propia historia naval estadounidense. Hace un siglo, Estados Unidos emergió como una potencia naval con la intención de desplazar al Imperio Británico. Sin la intención de reinventar estrategias, los estadounidenses adoptaron tácticas de espionaje industrial contra los británicos, similar a cómo China maneja su relación con los Estados Unidos hoy en día, socavando gradualmente la superioridad británica.
De forma más específica, en cuanto a la estrategia naval, China parece estar replicando las teorías de Alfred Thayer Mahan, un estratega naval estadounidense del siglo XX, aplicando sus enseñanzas para fortalecer su presencia en los mares y rediseñar el panorama de poder mundial. Este enfoque no solo demuestra una visión estratégica profunda, sino también una habilidad para adaptar lecciones históricas en su ascenso como potencia dominante.
Aplicando la teoría de Mahan: Estrategia naval china en acción
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Alfred Thayer Mahan, en su influyente tratado “La influencia del poder marítimo en la historia”, destaca la necesidad de que una potencia naval en ascenso limite el acceso y la libertad de movimiento de otras potencias en áreas cercanas a sus propias costas. Hoy, China ha encarnado esta teoría mediante el desarrollo de su estrategia de anti-acceso y de negación de área (A2/AD).
Esta táctica no es más que un preludio de una estrategia más amplia que apunta a restringir severamente la capacidad operativa de la Armada, la Fuerza Aérea y el Cuerpo de Marines de EE. UU. en la región. Ante un escenario de conflicto, el despliegue de estos sistemas A2/AD podría forzar al ejército estadounidense a enfrentar retos significativos y, potencialmente, costos prohibitivos para superar estas barreras.
El balance del poder y la estrategia marítima china
La estrategia naval china contempla la utilización de sus avanzados sistemas A2/AD para neutralizar hasta dos portaaviones estadounidenses en las fases iniciales de cualquier conflicto por el control de Taiwán. El equilibrio de poder en el Indo-Pacífico, particularmente en zonas próximas a las costas chinas, ha inclinado la balanza a favor de China hace años.
La capacidad de Pekín para desplegar un gran número de misiles balísticos de largo alcance, armas hipersónicas y drones, todos coordinados mediante sistemas sofisticados de radar y satélite, significa que los grandes buques de guerra superficiales, como los portaaviones estadounidenses, encontrarían casi imposible eludir estos ataques de A2/AD chinos durante mucho tiempo.
![Cazas J-15 y el portaaviones Shandong de China realizan ejercicios militares: Video](https://israelnoticias.com/wp-content/uploads/2023/01/Chinese-aircraft-carrier.webp)
Es aquí donde entra en juego la flota de portaaviones de fabricación nacional de China.
Como Mahan lo articuló claramente en su obra definitiva, una vez que la potencia naval emergente logra controlar el acceso a su parte del mundo (como lo hicieron los británicos con el Canal de la Mancha tras derrotar a la Armada Española, o los estadounidenses con el Mar Caribe), entonces pueden ejercer una influencia y dominio indiscutibles sobre su región.
Si la estrategia de negación A2/AD china es tan efectiva como parece en teoría, entonces China podría utilizar su creciente y cada vez más sofisticada flota de portaaviones para intimidar a sus vecinos, forzándolos a someterse a sus deseos, replicando así el dominio histórico que China ejerció sobre sus vecinos en eras pasadas.
De la negación al dominio: la progresión estratégica china
En esencia, la flota de portaaviones de China constituye la segunda fase de su estrategia naval, inspirada en las doctrinas de Mahan. Inicialmente, China implementa sus capacidades A2/AD, que son completas, descentralizadas y avanzadas, para denegar el acceso a su región. Una vez que han negado efectivamente el acceso a los estadounidenses, los portaaviones chinos pueden entonces operar con mayor libertad y ejercer dominio sobre sus vecinos y las aguas cercanas.
Lamentablemente, los actuales líderes de EE. UU. parecen haber perdido el entendimiento o el acuerdo con la estrategia mahaniana que una vez utilizamos para desplazar a Gran Bretaña de su posición dominante. Nuestros rivales, como China, han absorbido estas lecciones históricas y ahora emplean tácticas y teorías que nosotros mismos utilizamos en el pasado, pero en nuestra contra.
Si China logra mantener alejada la proyección del poder de EE. UU. de las áreas que desean controlar, sus portaaviones se transforman en herramientas estratégicas cruciales. En este contexto, la mejor estrategia para naciones como Japón, Vietnam, Taiwán, Filipinas e India sería desarrollar sus propias fuerzas A2/AD para neutralizar los portaaviones chinos de la misma manera que China pretende anular a los estadounidenses.
Estamos aproximándonos rápidamente a un punto de inflexión donde, lamentablemente, la capacidad de respuesta de la Marina de EE. UU. podría ser insuficiente ante los llamados de auxilio contra China. Este escenario subraya la urgencia de que los aliados regionales fortalezcan sus defensas para contrarrestar la expansión naval china.