Expertos advierten sobre las insuficientes capacidades de defensa aérea de corto alcance de Israel ante la amenaza creciente de drones, señalando fallos críticos en la IAF.
Deficiencias en las capacidades de defensa aérea de corto alcance de Israel
Las capacidades de defensa aérea de corto alcance de Israel tienen algunas deficiencias graves para hacer frente a una amenaza que avanza mucho más rápido que la capacidad de Israel para combatirla, resaltaron los expertos que hablaron con Walla.
“La Fuerza Aérea de Israel no ha construido una fuerza adecuada para lidiar con las amenazas de los drones a tan gran escala, a pesar de los importantes éxitos en el Norte”, dijo Walla el jueves citando a un alto oficial de reserva.
“Es un problema fundamental. Terminamos en una situación en la que cuatro aviones de combate y un barco con misiles, en el mejor de los casos, persiguen a un dron”.
El ataque de Hezbolá y la vulnerabilidad de la IAF
Recientemente, un avión no tripulado de Hezbolá atacó el comedor de la base de entrenamiento de la Brigada Golani, lo que provocó la muerte de cuatro soldados y más de 60 heridos, sacudiendo a todo el país.
Lo que intensificó las críticas y la frustración fue que la IAF identificó el dron, lo rastreó, intentó interceptarlo, creyó que había caído al mar y luego se sorprendió al descubrir que había penetrado las capas de defensa, según los informes.
En la investigación inicial realizada después del desastre se reveló además que los civiles habían informado de haber visto un dron en el cielo. Esta información se transmitió a la unidad de control de la IAF, pero no se tomó ninguna decisión para alertar a la población y al ejército o para activar las alarmas.
Mejoras necesarias en los sistemas de alerta y defensa
“Ningún sistema de defensa es completamente hermético, ni siquiera con tecnologías avanzadas”, afirma el Dr. Liran Antebi, investigador visitante sénior del Taller Yuval Ne’eman de la Universidad de Tel Aviv y experto mundial en drones y UAV. “Aún tenemos que mejorar los mecanismos de alerta para ofrecer una oportunidad de defensa. En algunos casos, la interceptación no es posible porque el dron o UAV vuela demasiado bajo, e intentar interceptarlo en esa fase podría aumentar el riesgo y los posibles daños”.
Antebi destacó otro problema con la preparación de Israel para manejar drones y vehículos aéreos no tripulados: “Es una misión muy desafiante, no solo tecnológicamente, sino también culturalmente. La otra parte está aprendiendo sobre nosotros y adaptándose mucho más rápido de lo que nosotros somos capaces de desarrollarnos y evolucionar. Hasta que abordemos esto, nos quedaremos atrás. Es una competencia entre dos fuerzas que operan a velocidades completamente diferentes”.
“Incluso si alcanzamos la cima de los avances tecnológicos y científicos y los ponemos en práctica, estos procesos llevan tiempo. Mientras tanto, el otro lado está improvisando y logrando capacidades que antes eran exclusivas de las naciones oficiales, integrándolas de maneras que desafían nuestros sistemas de defensa. El mundo entero está evolucionando. Por ejemplo, para seguir el ritmo, los estadounidenses están recurriendo a más empresas privadas y financiando a las mismas para acelerar sus capacidades”.
Lecciones de la guerra entre Rusia y Ucrania
La guerra entre Rusia y Ucrania ha despertado una gran atención de científicos, tecnólogos, militares extranjeros y entusiastas de la aviación en relación con el uso de vehículos aéreos no tripulados y drones tanto en defensa como en ataque. “En Ucrania, estamos viendo soluciones innovadoras que nadie aquí habría considerado”, señala el Dr. Antebi, dando el ejemplo de “utilizar un dron para derribar un vehículo aéreo no tripulado”.
También criticó la gestión del Ministerio de Defensa ante las crecientes amenazas de los UAV, afirmando que a pesar de la creciente urgencia, no están tomando medidas suficientes. “Sí, mantener la seguridad es importante, pero en algunas áreas, el ministerio ha vuelto a operar como si estuviéramos en una situación de rutina. Necesitamos iniciar cambios internos. Yo reforzaría la protección del país y establecería protocolos para realizar simulacros de defensa más inmediatos y frecuentes en todas las bases, ya que son el principal foco de la amenaza. Hemos visto de primera mano lo que sucede en estas situaciones”.
Desarrollo de tecnologías de defensa contra drones
Actualmente, varias pequeñas empresas israelíes desarrollan y operan sistemas avanzados de defensa contra drones y vehículos aéreos no tripulados, entre los que destaca R2-Wireless. En Israel, la empresa colabora con el sistema de defensa en varios proyectos y entre sus clientes se encuentra Mekorot, la empresa nacional de agua.
A nivel internacional, R2-Wireless opera en Europa, Sudamérica y Asia, y sus sistemas se utilizan para proteger bases militares, ciudades e infraestructuras civiles críticas. Recientemente, la empresa consiguió un importante contrato con el ejército alemán.
El director ejecutivo de la empresa, On Fenig, se desempeñó como comandante de pelotón de reconocimiento en la Unidad Moran. Después de ocupar varios puestos de gestión financiera en grandes corporaciones como Siemens y Cisco, dirigió Rioglass, una empresa derivada de Solel-Siemens.
Capacidades de detección y respuesta ante amenazas
“Estamos desarrollando tecnología para detectar amenazas en el mar, el aire y la tierra”, dijo Fenig a Walla, “con un enfoque en la actividad electromagnética, incluidos los vehículos aéreos no tripulados y los drones. Por ejemplo, podemos detectar la transmisión de un dron o un vehículo aéreo no tripulado en tiempo real, determinar su ubicación y pasar esa información a un interceptor”.
Las tecnologías proporcionadas por la empresa, añade Fenig, permiten detectar una célula de la Fuerza Radwan trepando una loma, con miembros que portan radios o dispositivos móviles. Esta capacidad se puede aplicar para proteger infraestructuras críticas o apoyar a las fuerzas de maniobra.
“Para ello empleamos métodos avanzados”, explicó Fenig. “Por ejemplo, podemos desplegar un dron para escanear el terreno y detectar dispositivos explosivos controlados a distancia o fuerzas de emboscada que tengan como objetivo a las FDI. Contamos con un sistema operativo capaz de proteger una ciudad, hemos colaborado en los esfuerzos para identificar el tráfico de drogas en la frontera con Egipto y respondemos a las iniciativas de seguridad privada en el norte”.
Adaptación y anticipación a la amenaza de drones
Fenig, al igual que el Dr. Antebi, destacó la importancia del rápido proceso de aprendizaje de la amenaza y la capacidad de adaptar los sistemas a ella e incluso anticiparla con antelación.
“Por ejemplo, los rusos difunden información falsa desde sus aviones para evitar que se produzcan interrupciones. Uno podría pensar que ha descifrado el cifrado del avión, pero los datos de ubicación han sido falsificados, lo que hace imposible alterar su curso o tomar el control. Los campos de batalla en Ucrania y Líbano lo demuestran. Los sistemas diseñados para descifrar el cifrado ya no son eficaces, pero en lugar de descifrarlos, nos centramos en caracterizar herramientas y detectar anomalías a un nivel muy avanzado”.
Añade que la próxima amenaza de los vehículos aéreos no tripulados ya está entre nosotros: “No se trata solo de enfrentarse a tecnologías conocidas, sino también a herramientas improvisadas o caseras producidas mediante impresoras 3D. Esto es exactamente lo que están haciendo los ucranianos contra los rusos. Una solución en materia de defensa aérea debe ser de múltiples capas y etapas. No existe un único sistema que pueda hacerlo todo; se requieren múltiples sistemas, incluidos los basados en radio, radar, ópticos y diversas tecnologías de sensores. Es una respuesta integral y en capas”.
Críticas al modelo de integración de las FDI
“En cambio, el modelo en el que las FDI integran tecnologías de vanguardia en sus plataformas está mal concebido”, sostiene Fenig. “Si no podemos anticipar el comportamiento del enemigo y sus innovaciones, vamos a perder. El enemigo avanza a una velocidad diferente a la nuestra y debemos adaptarnos, no solo a su nivel de sofisticación, sino también a sus tácticas. Debemos permitir que nuestros sistemas operativos se actualicen en tiempo real, y no esperar un año o dos para hacer un cambio en una plataforma existente”.
Esta necesidad de flexibilidad y adaptación se convierte en un factor clave, sobre todo teniendo en cuenta que las tácticas de los enemigos evolucionan constantemente. La integración de nuevos sistemas de defensa debe ser rápida y efectiva, alineándose con las necesidades del campo de batalla actual.