El gobierno portugués descarta el F-35 y favorece al Rafale como reemplazo de sus F-16. La decisión responde a la incertidumbre sobre EE. UU. y la búsqueda de autonomía operativa.
Portugal rechaza el F-35 y analiza opciones europeas
Portugal ha cambiado su estrategia para modernizar su flota de combate, descartando la compra del F-35 Lightning II de Lockheed Martin. En su lugar, el país se inclina por alternativas europeas, con el Rafale de Dassault Aviation como principal opción. Este giro responde a la necesidad de reducir la dependencia de EE. UU. y fortalecer la autonomía operativa en un contexto de incertidumbre geopolítica.
En una entrevista con el medio Público, el ministro de Defensa Nuno Melo habló sobre la renovación de la Fuerza Aérea portuguesa. Consultado sobre la posibilidad de adquirir el F-35 en caso de reelección, evitó confirmar su compra y destacó la importancia de elegir opciones que garanticen la previsibilidad de los aliados y el beneficio para la economía nacional. “No podemos tomar decisiones basadas solo en la geopolítica”, afirmó.
Aunque el F-35 había sido evaluado en años recientes, Portugal nunca firmó un acuerdo para su adquisición. En abril de 2024, el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general João Cartaxo Alves, mencionó una “fase de transición” hacia el caza estadounidense, con entrenamientos preliminares en marcha. Sin embargo, la postura cambiante de EE. UU. hacia sus aliados, especialmente bajo la administración Trump, generó dudas sobre la fiabilidad de depender de Washington.
El gobierno portugués consideró un riesgo inaceptable la dependencia del F-35 en mantenimiento, repuestos y software controlados por EE. UU. Lisboa teme que decisiones unilaterales de Washington puedan afectar la operatividad de la aeronave, una preocupación que influyó en el descarte del caza estadounidense.

Las opciones europeas y la autonomía estratégica
Con el F-35 fuera del análisis, Portugal evalúa cazas europeos. Sin embargo, las alternativas presentan desafíos similares. El Eurofighter Typhoon, producido por un consorcio de Airbus, BAE Systems y Leonardo, depende de tecnología estadounidense en componentes clave como el motor y sistemas electrónicos. Esto otorga a EE. UU. un poder de veto sobre su uso y mantenimiento, algo que Portugal busca evitar.
El Saab Gripen E/F sueco, aunque más accesible en costos, también incorpora tecnología estadounidense, incluyendo su motor General Electric F414. Esta dependencia expone al Gripen a las mismas restricciones que el F-35, lo que lo convierte en una opción menos viable para Portugal.
Datos clave sobre el Rafale y su impacto en Portugal
- Independencia tecnológica: El Rafale es completamente europeo, sin componentes clave sujetos a aprobación de EE. UU.
- Rendimiento comprobado: Con una velocidad de Mach 1,8 (2.205 km/h), un alcance de 1.850 km y capacidad de carga de 9.500 kg, el caza ha demostrado eficacia en combate.
- Beneficio económico: Un acuerdo con Dassault podría incluir participación de empresas portuguesas en mantenimiento y producción.
- Autonomía operativa: Sin restricciones de Washington, Portugal podría utilizar y actualizar el caza sin interferencias externas.
- Contexto geopolítico: La incertidumbre sobre el compromiso de EE. UU. con la OTAN refuerza la necesidad de reducir la dependencia de equipos militares estadounidenses.

Ante estas consideraciones, el Rafale se perfila como la única alternativa viable. Fabricado por Dassault Aviation con tecnología de empresas francesas como Thales y Safran, el caza ofrece total independencia en logística y mantenimiento, además de un historial probado en combate.
El peso de la política y las elecciones anticipadas
El ministro Melo resaltó que la compra de un caza europeo no solo responde a criterios estratégicos, sino también a factores económicos. La adquisición del Rafale podría incluir acuerdos de compensación industrial, permitiendo a empresas portuguesas participar en mantenimiento y producción, algo que con el F-35 sería mucho más limitado.
La postura de EE. UU. respecto a sus aliados ha sido un factor clave en esta decisión. Las recientes declaraciones de Trump sobre la OTAN y la suspensión de apoyo militar a Ucrania han generado desconfianza en Europa. Aunque no existe evidencia concreta de un “kill switch” en el F-35, la posibilidad de restricciones impuestas por Washington ha inclinado la balanza hacia opciones que garanticen soberanía operativa.
Sin embargo, la decisión final sobre el reemplazo de los F-16 dependerá del próximo gobierno. En marzo de 2025, una moción de censura derribó al gobierno de centro-derecha, forzando elecciones anticipadas para el 18 de mayo. El resultado de estos comicios será determinante: un gobierno con orientación proeuropea podría acelerar la compra del Rafale, mientras que un Ejecutivo más alineado con EE. UU. podría reconsiderar otras opciones.

El Rafale se afianza como favorito en la renovación de la flota
A pesar de evitar compromisos definitivos, Melo dejó claro que la elección de un caza debe priorizar la autonomía estratégica. “Hay varias opciones en la producción europea”, señaló, sin mencionar explícitamente al Rafale. No obstante, las restricciones tecnológicas del Eurofighter y el Gripen refuerzan la ventaja del caza francés.
Portugal enfrenta una decisión clave para el futuro de su defensa aérea. Con el F-35 descartado y el Rafale como única opción independiente, la elección dependerá del próximo gobierno. Aunque el desenlace aún no está definido, la inclinación hacia el caza francés marca un giro estratégico que podría consolidar la independencia operativa de Portugal en los próximos años.