El 30 de julio de 2025, Airbus completó en Sevilla la salida del primer avión de vigilancia marítima C295 MSA destinado a España. Esta aeronave entra ahora en fase de prueba y certificación, y se prevé su vuelo inaugural para finales de año. El modelo sustituirá progresivamente a la flota CN-235 VIGMA, en un proceso que incluye la entrega de ocho unidades a partir de 2026, dentro de un plan de renovación de capacidades aéreas para vigilancia y rescate.
El contrato de 1.695 millones de euros firmado en diciembre de 2023 entre Airbus y el ministerio de Defensa español contempla la entrega de 16 aeronaves, de las cuales 10 serán configuraciones de Vigilancia Marítima y 6 de Patrulla Marítima. Esta última, aún en desarrollo, reemplazará a los antiguos P-3 Orion y estará orientada a la guerra antisubmarina y antisuperficie. Las entregas están previstas entre 2026 y 2031, con un impacto directo en la consolidación del sector industrial de defensa nacional.
El C295 MSA es un avión biturbohélice modificado específicamente para operaciones de vigilancia marítima. Su equipamiento incluye radar de superficie, sistemas electroópticos e infrarrojos, además de suites de comunicación que facilitan la cooperación entre plataformas aéreas y navales. Su capacidad para operar desde pistas no preparadas le otorga versatilidad en misiones ISR de largo alcance en zonas de difícil acceso.
El diseño del C295 deriva del CN-235, y su versión MSA responde a exigencias operativas actuales que superan las capacidades de la flota anterior. España optó por este modelo por su fiabilidad técnica y por las mejoras en sensores y modularidad. Los sistemas integrados permiten adaptaciones rápidas de rol, con una arquitectura basada en actualizaciones incrementales según datos operativos y requisitos de usuarios.
Frente a plataformas heredadas como el CN-235 o modelos como el P-3C Orion estadounidense, el C295 MSA ofrece ventajas en costes operativos y disponibilidad de misión. Aunque el P-3C mantiene capacidades antisubmarinas superiores, el C295 dispone de una aviónica más moderna para misiones múltiples. Alternativas como el japonés Kawasaki P-1 o el Saab Swordfish sueco presentan mayores costes de adquisición y mantenimiento, lo que sitúa al C295 como una opción viable para fuerzas aéreas con presupuestos ajustados.
El despliegue de esta flota ampliará la capacidad de vigilancia de España en el Mediterráneo, el Atlántico Norte y las rutas marítimas hacia las Islas Canarias, donde han aumentado los incidentes relacionados con contrabando, tráfico ilícito y emergencias humanitarias. También mejora la interoperabilidad con socios de la OTAN y la UE, mediante sistemas comunes de misión que permiten operaciones conjuntas en escenarios de seguridad compartida.
Además de reforzar la presencia militar en zonas estratégicas, el programa afianza la autonomía industrial europea en el segmento ISR. El desarrollo y fabricación del C295 MSA fortalece la posición de Airbus como proveedor de plataformas tácticas modulares y refuerza la base tecnológica española. Este proyecto consolida a España como actor regional con capacidad para sostener programas avanzados de defensa antiaérea de forma independiente.