Dos nuevas fotografías, tomadas directamente de la pantalla de una cámara, revelan por primera vez el caza furtivo chino J-XDS en su rodaje por tierra, en lo que podría ser nuestra visión más nítida hasta ahora de la aeronave. Investigadores de la aviación militar china coinciden en que la imagen resulta auténtica y no se genera mediante computadora (CGI).
Además, el investigador de la aviación militar china Andreas Rupprecht ha aludido a rumores que indican que el fotógrafo fue sorprendido al escalar las vallas del aeródromo de la Corporación de Aeronaves de Shenyang (SAC) con el fin de capturar las imágenes. Sin embargo, permanece incierto si se trata del mismo fuselaje avistado en los meses recientes o de un segundo ejemplar, ya que carece de la sonda de datos aerodinámicos instalada en la proa.
Estas nuevas imágenes, captadas desde los sectores frontal y posterior, corroboran observaciones previas. A partir de las confirmaciones de los primeros avistamientos, la aeronave resulta efectivamente sin cola y tripulada, con una cabina que al parecer alberga a un único piloto.
Las nuevas fotografías muestran con claridad que el J-XDS equipa dos motores y también toberas con vectorización de empuje bidimensional, tal como se observó en mayo en la imagen más nítida de su parte inferior. Adicionalmente, bajo la proa, se distingue con nitidez un sistema electroóptico de puntería.
Las primeras imágenes del J-XDS (aunque cabe destacar que tales designaciones son especulativas) surgieron a finales de 2024, cuando fotografías de un misterioso nuevo caza furtivo sin cola comenzaron a circular en las redes sociales chinas. En aquel momento, los observadores señalaron su inusual plano alar en lambda y la ausencia de estabilizadores verticales, lo que avivó especulaciones sobre que la Corporación de Aeronaves de Shenyang (SAC) probaba un nuevo prototipo de sexta generación, en sintonía con los avistamientos del J-36 de la Corporación de Aeronaves de Chengdu (CAC).
El nuevo caza furtivo presenta un diseño sin cola y ala en lambda, célebre por su eficiencia aerodinámica y su sección transversal de radar reducida. Además, incorpora una configuración bimotor, entradas supersónicas sin divisores (DSI) y toberas con vectorización de empuje bidimensional, lo que potencia aún más su maniobrabilidad y sus atributos furtivos.
El ala en lambda eleva la relación de aspecto y mejora la eficiencia aerodinámica en comparación con un ala trapezoidal, como la del Shenyang J-35, al tiempo que satisface los requisitos de sigilo. El ala cuenta con un borde de fuga de dos segmentos, con una sección central recta que se angula bruscamente hacia afuera antes de extenderse hasta las puntas alares, aunque esta configuración reduce la eficiencia estructural y añade peso.
Las puntas alares parecen móviles, con pivote alrededor de un punto central. Las secciones externas giratorias de las puntas alares funcionan como superficies de control principales, que otorgan una autoridad significativa en guiñada y, cuando se despliegan de manera conjunta, capacidad para controlar el cabeceo.
Este diseño, unido a un avanzado sistema digital de control de vuelo, podría mitigar los problemas de estabilidad inherentes a una configuración sin cola. No obstante, esta disposición también menoscaba probablemente la baja observabilidad, a causa de las áreas articuladas.
El caza adopta una configuración de tren de aterrizaje triciclo, con ruedas gemelas en el tren delantero, así como posiblemente bahías de armas ventrales y laterales. El rol de esta aeronave permanece desconocido por el momento, pero, con base en su tamaño y configuración, se presume que se centra principalmente en misiones aire-aire.
El incremento en el número de avistamientos y filtraciones de imágenes de las plataformas de nueva generación de China, como los cazas furtivos J-XDS y J-36, podría reflejar un cambio estratégico más amplio. Pekín parece permitir deliberadamente una mayor visibilidad en sus programas militares avanzados, una táctica que concuerda con las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos.
Estados Unidos cuenta con sus propios demostradores sin cola del NGAD en vuelo, como ha confirmado el presidente de Estados Unidos y el alto mando del servicio, aunque aún no se han fotografiado. Por el contrario, China dispone ahora de al menos tres artículos de prueba o demostradores en vuelo, avistados en menos de un año.
La frecuencia creciente de imágenes y videos que exhiben estas nuevas aeronaves sugiere que Pekín podría estar haciendo intencionalmente más visibles sus avances militares. De hecho, resulta importante señalar que muchos de estos vuelos transcurren a plena vista sobre zonas densamente pobladas, con mayores probabilidades de ser captados por personas en tierra.
Estados Unidos adopta un enfoque opuesto en este asunto, al volar demostradores a escala completa en secreto durante años. Los avistamientos continuos de los demostradores chinos no parecen inducir a Estados Unidos a un estado de pánico, y ambas naciones seguirán dependiendo de su extensa flota de aeronaves de cuarta, cuarta punto cinco y quinta generación durante los próximos años, hasta que eventualmente se incorporen las nuevas aeronaves.