La Fuerza Aérea estadounidense desplegó tres bombarderos B-52H para misiones en el Caribe, cerca de Venezuela, coincidiendo con declaraciones de Trump sobre operaciones de la CIA en ese país.
Despliegue de bombarderos estratégicos B-52H en aguas internacionales del Caribe
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos desplegó tres bombarderos estratégicos B-52H Stratofortress el 15 de octubre de 2025 para misiones en el Caribe, cerca de la costa de Venezuela, en un movimiento que coincidió con declaraciones del presidente Donald Trump sobre operaciones de la Agencia Central de Inteligencia en ese país. Los aviones partieron de la Base Aérea de Barksdale, en Luisiana, y permanecieron en vuelo durante aproximadamente dos horas en aguas internacionales, a unos 240 kilómetros al norte del territorio venezolano, según registros de rastreo aéreo.
Este despliegue formó parte de una serie de acciones militares estadounidenses en la región, que incluyeron la presencia de fuerzas especiales y helicópteros operativos a menos de 150 kilómetros de la frontera venezolana. De este modo, los B-52H, capaces de transportar armamento nuclear y convencional, ejecutaron órbitas en el espacio aéreo internacional sin ingresar en el territorio soberano de Venezuela. Los B-52H, operados por el Comando Global de Ataque de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, son aeronaves de largo alcance con capacidad para misiones de hasta 14.200 kilómetros sin reabastecimiento en vuelo.
Cada aeronave soporta una carga máxima de 32.000 kilogramos de armamento, que abarca bombas de gravedad, municiones de precisión guiada y hasta 20 misiles de crucero en una sola salida. Así pues, estos bombarderos incluyen sistemas de contramedidas electrónicas para detectar y neutralizar amenazas, como interferidores y dispensadores de señuelos infrarrojos que desvían misiles guiados por calor. No obstante, los B-52H operan con mayor efectividad cuando reciben escolta de cazas, porque su velocidad máxima alcanza los 1.000 kilómetros por hora y su diseño da prioridad a la persistencia en el aire en lugar de la maniobrabilidad en combates cercanos.
En el contexto del despliegue en el Caribe, los B-52H contaron con acompañamiento de cazas F-35B durante partes de la misión, según imágenes divulgadas por la Fuerza Aérea. De este modo, el sistema de radar actualizado y los controles digitales permiten a estos aviones responder a entornos con defensas antiaéreas activas. Los B-52H han participado en misiones de presencia en el Caribe desde agosto de 2025, con un acumulado de 10.000 efectivos estadounidenses en la región, según el Departamento de Defensa.
Características clave de armamento y capacidades en aeronaves involucradas
- Misiles aire-aire R-27 con guía semiactiva por radar y radio de acción de 110 kilómetros.
- Misiles R-77 de guía activa que alcanzan 80 kilómetros en operaciones aéreas.
- Misiles de corto alcance R-73 con buscadores infrarrojos y alcance de 30 kilómetros.
- Misiles Kh-31 diseñados para ataques contra buques con velocidades supersónicas hasta Mach 3.5.
- Sistemas de contramedidas electrónicas en B-52H para neutralizar amenazas con interferidores y señuelos.
Capacidades operativas de los cazas Su-30MK2 en la defensa venezolana
Venezuela mantiene en su inventario 21 cazas Su-30MK2, adquiridos entre 2006 y 2008, que forman el componente principal de su capacidad aérea de defensa. Estos aviones, de fabricación rusa, operan con dos motores y ofrecen un alcance de hasta 3.000 kilómetros, lo que les permite patrullar extensas áreas marítimas en el Caribe. Por tanto, los Su-30MK2 incorporan radares de largo alcance para detectar objetivos a distancias superiores a 100 kilómetros y son compatibles con misiles aire-aire como los R-27, con guía semiactiva por radar y un radio de acción de 110 kilómetros, y los R-77, de guía activa que alcanzan 80 kilómetros.
Además, equipan misiles de corto alcance R-73, con buscadores infrarrojos que operan en todas las direcciones y un alcance de 30 kilómetros. En ejercicios recientes, como el Soberanía Caribeña 200 en septiembre de 2025, Venezuela demostró el uso de estos cazas armados con misiles Kh-31, diseñados para ataques contra buques y con velocidades supersónicas de hasta Mach 3.5. Así, los Su-30MK2 ejecutaron lanzamientos de municiones no guiadas en simulacros el 7 de octubre de 2025, lo que demostró su disponibilidad operativa en medio de tensiones regionales.
El estado operativo de la flota venezolana de Su-30MK2 se estima en alrededor de 21 unidades, aunque reportes de 2025 indican que factores como el mantenimiento y el acceso a repuestos afectan su disponibilidad plena. No obstante, Venezuela activó estos cazas en respuesta a presencia naval estadounidense en el Caribe, donde desplegó aviones equipados con misiles Kh-31 el 18 de septiembre de 2025, según declaraciones del ministro de Defensa, Vladimir Padrino. De este modo, los Su-30MK2 incluyen sistemas de defensa antiaérea más amplios, que comprenden radares de vigilancia y baterías antiaéreas S-300VM, capaces de interceptar objetivos a 200 kilómetros de distancia.
Por tanto, la Fuerza Aérea Bolivariana mantiene estos aviones en bases como la de Barcelona, desde donde pueden responder a incursiones en el espacio aéreo caribeño. Venezuela, a su vez, ha exhibido sus Su-30MK2 en maniobras como las del 22 de septiembre de 2025, donde los aviones volaron armados con misiles supersónicos en el Caribe. Por tanto, estos cazas son el principal medio aéreo del país para responder a vuelos extranjeros en la región, con un énfasis en la soberanía sobre aguas territoriales.
Respuestas y actualizaciones en sistemas de defensa antiaérea regional
Así, estos bombarderos volaron en formación con helicópteros del 160º Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales, que operaron a 145 kilómetros de la costa venezolana el 16 de octubre de 2025. Además, los B-52H incorporan actualizaciones como motores Rolls-Royce F130 y radares avanzados, que mejoran su capacidad para evadir detección en entornos hostiles. No obstante, su diseño original de los años 1950 da prioridad a la carga pesada en lugar de la velocidad, por lo cual dependen de tácticas de ataque a distancia, donde lanzan misiles desde distancias seguras fuera del alcance de defensas enemigas.
Venezuela respondió al despliegue de los B-52H con activaciones de sus sistemas de defensa, que incluyeron el despliegue de 284 frentes de batalla operativos para escenarios terrestres o marítimos, según anuncios oficiales del 17 de octubre de 2025. De este modo, los Su-30MK2 han demostrado en ejercicios su capacidad para interceptar objetivos aéreos, con velocidades máximas de Mach 2 y maniobras que permiten enganches en combates a corta distancia. Por tanto, estos cazas operan con radares N001VEP que detectan bombarderos de gran tamaño a distancias considerables, y su armamento aire-aire incluye variantes con guiado por radar activo para disparos más allá del horizonte visual.
Además, Venezuela ha integrado drones y sistemas de vigilancia costera para complementar la flota de Su-30MK2, aunque reportes de junio de 2025 califican la capacidad general de defensa antiaérea en un nivel bajo debido a limitaciones logísticas. Los B-52H mantienen una tasa alta de disponibilidad operativa, con actualizaciones que extienden su servicio hasta la década de 2050. Así, en misiones como la del 15 de octubre, estos aviones volaron sin armamento visible, enfocados en demostraciones de presencia que duraron varias horas sobre el Caribe.
No obstante, su capacidad para lanzar municiones de precisión desde altitudes elevadas les permite operar en escenarios donde las defensas antiaéreas representan un riesgo. De este modo, el despliegue cerca de Venezuela formó parte de una acumulación militar estadounidense que incluyó buques y fuerzas en el Atlántico sur. Además, la Fuerza Aérea Bolivariana opera una flota reducida de F-16, con solo tres unidades reportadas como activas en 2025, por lo cual la responsabilidad defensiva se centra en los Su-30MK2.