El presidente ruso Vladimir Putin reveló en Dusambé que Rusia dará a conocer pronto una nueva arma nuclear estratégica en fase final de pruebas exitosas, en medio de tensiones por el Tratado New START.
Putin detalla avances en desarrollo de arma nuclear estratégica
El presidente ruso Vladimir Putin anunció este viernes, durante una conferencia de prensa al término de la cumbre de la Comunidad de Estados Independientes en Dusambé, capital de Tayikistán, que Rusia revelará en breve una nueva arma nuclear estratégica cuyo desarrollo ha avanzado de manera notable. Putin indicó que el país se encuentra en la fase final de este proyecto, el cual había mencionado con anterioridad, y que las pruebas correspondientes se llevan a cabo sin contratiempos. En sus palabras, “creo que tendremos la oportunidad en un futuro cercano de dar algunas noticias sobre una nueva arma que anunciamos hace mucho tiempo”, y precisó que “se somete a pruebas que se llevan a cabo con éxito”.
Esta declaración se produce en un momento en que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos enfrentan tensiones por el vencimiento próximo del Tratado New START, que limita el número de ojivas nucleares desplegadas y vectores estratégicos. Putin subrayó que el rechazo estadounidense a extender por un año los límites del tratado, que expira en febrero de 2026, no representaría un problema grave para Moscú. Rusia ha manifestado su disposición a observar voluntariamente esas restricciones —que fijan un máximo de 1.550 ojivas desplegadas y 700 misiles y bombarderos— si Washington accede a lo mismo, aunque hasta la fecha no ha recibido una respuesta formal.
El líder ruso expresó que tales negociaciones resultarían beneficiosas para ambas partes, pero aclaró que, de no prosperar, “no sería un gran problema para nosotros”. No obstante, advirtió que la ausencia de un marco de control de armas entre las dos naciones con los arsenales nucleares más extensos del mundo generaría una ausencia en el control de la disuasión estratégica ofensiva. En este sentido, Putin propuso explícitamente prolongar el acuerdo por al menos doce meses, y argumentó que el tiempo disponible permitiría una decisión si existe voluntad política. La mención a la nueva arma se produce en un contexto más amplio de avances en el programa de modernización nuclear ruso.
El programa busca reemplazar sistemas de la era soviética por plataformas actualizadas en tierra, mar y aire. A inicios de 2025, Rusia cuenta con un arsenal de aproximadamente 4.309 ojivas nucleares asignadas a fuerzas estratégicas de largo alcance y tácticas de corto alcance, de las cuales unas 1.718 se encuentran desplegadas: alrededor de 870 en misiles balísticos terrestres, 640 en misiles balísticos lanzados desde submarinos y poco más de 200 en bases de bombarderos pesados. Otras 1.114 ojivas estratégicas permanecen en reserva, junto con cerca de 1.477 no estratégicas, mientras que unas 1.150 esperan desmantelamiento.
Componentes clave del arsenal nuclear ruso desplegado
- Aproximadamente 4.309 ojivas nucleares asignadas a fuerzas estratégicas y tácticas, con 1.718 desplegadas en misiles terrestres, submarinos y bombarderos.
- 1.114 ojivas estratégicas en reserva y 1.477 no estratégicas, distribuidas en 40 sitios de almacenamiento permanentes.
- Fuerzas no estratégicas estimadas en 1.500 unidades, destinadas a entregas aéreas, navales, terrestres y de defensa.
- RS-24 Yars con 206 ejemplares móviles y en silos, cada uno capaz de portar hasta cuatro vehículos de reentrada independientes.
Modernización naval y aérea en programa nuclear ruso
Este inventario se distribuye en unos 40 sitios de almacenamiento permanentes, incluidos diez centros nacionales de nivel superior. Las fuerzas no estratégicas, estimadas en 1.500 unidades, se destinan a entregas por vía aérea, naval, terrestre y de defensa. Entre los componentes clave de esta modernización destaca el despliegue de misiles balísticos intercontinentales como el RS-24 Yars, con unos 206 ejemplares móviles y en silos, cada uno capaz de portar hasta cuatro vehículos de reentrada independientes con ojivas múltiples.
Las divisiones móviles de estos misiles han completado su actualización desde sistemas soviéticos, aunque algunas guarniciones no operan a plena capacidad. El RS-28 Sarmat, destinado a silos con capacidad para hasta diez ojivas, ha enfrentado retrasos: solo un regimiento lo tiene en servicio activo desde diciembre de 2023, pese a pruebas continuas que incluyeron un fallo grave en septiembre de 2024. Paralelamente, el misil UR-100N UTTKh, equipado con el vehículo de planeo hipersónico Avangard, se ha desplegado en dos regimientos, con la rearmamentación finalizada en diciembre de 2023.
En el ámbito naval, Rusia opera doce submarinos portadores de misiles balísticos nucleares: cinco de la clase Delta IV y siete de la clase Borei, que transportan hasta 992 ojivas en 192 misiles balísticos lanzados desde submarinos. Bajo las restricciones del New START, unos 640 de estos proyectiles mantienen ojivas desplegadas, con los Borei equipados con misiles Bulava de hasta seis ojivas cada uno. Cinco Borei adicionales están en construcción, con tiempos de fabricación promedio de siete años, y se asignan tres a la Flota del Norte y tres a la del Pacífico para reemplazar gradualmente a los Delta IV.
El submarino especial Belgorod, entregado en 2022, soporta el desarrollo del torpedo nuclear impulsado Poseidon, del cual se ha producido el primer lote para su despliegue en 2027, aunque las pruebas se interrumpieron entre 2022 y 2023. Los bombarderos pesados nucleares, unos 67 en inventario activo —incluidos Tu-160 Blackjack y Tu-95MS Bear-H—, pueden cargar hasta 580 armas nucleares, principalmente misiles de crucero como el Kh-55 o Kh-102. Aproximadamente 58 de ellos se consideran desplegados según el tratado, con unas 200 ojivas almacenadas en bases como Engels y Ukrainka.
Carrera armamentista global y superioridad nuclear rusa
La modernización del Tu-160M, con nuevos motores y aviónica, prevé la entrega de diez unidades para 2027, mientras que el Tu-95MSM recupera puntos de anclaje externos para 14 misiles. El futuro bombardero PAK DA, con diseño de baja detectabilidad, iniciará pruebas estatales en 2026 y producción en 2028-2029. Putin vinculó el anuncio de la nueva arma a un desarrollo simultáneo de armamento ya en curso a nivel global, en el que varios países realizan simulaciones computarizadas para verificar la fiabilidad de sus arsenales existentes.
Solo Corea del Norte ha efectuado pruebas nucleares en este siglo, pero el presidente ruso señaló que existe “siempre una intención de probar la efectividad del mismo combustible que ha estado en misiles durante muchos, muchos años”. Aunque los expertos consideran suficientes las simulaciones, algunos abogan por repeticiones, y Putin reveló que “algunos países lo consideran; por lo que sé, incluso se preparan”. En respuesta, Rusia reanudaría sus pruebas nucleares si otro Estado lo hace, ya que tales ejercicios fortalecerían la seguridad, pero complicarían el freno a la proliferación armamentista.
Esta postura se reitera por segunda vez en una semana y refleja la suspensión rusa del New START desde 2023, aunque Moscú reportó 1.549 ojivas desplegadas en 540 vectores en septiembre de 2022, cerca de los límites. La novedad de la disuasión nuclear rusa, según Putin, supera la de otros Estados, gracias a mejoras constantes que elevan la sofisticación del arsenal a un alto grado. Este énfasis en el avance técnico alude a anuncios previos, como los de 2018, cuando se presentaron seis sistemas nucleares clave: el RS-28 Sarmat, Avangard, Poseidon, el misil de crucero nuclear Burevestnik, el Kinzhal y el Zircon.
De estos, el Burevestnik ha registrado solo dos lanzamientos parciales exitosos en 13 intentos conocidos —en noviembre de 2017 y enero de 2019—, mientras que el Poseidon se destinó inicialmente a 32 unidades sin plazos específicos, con el primer lote listo para el Belgorod. El Oreshnik, un misil balístico de rango intermedio usado por primera vez en Ucrania en noviembre de 2024, porta al menos seis vehículos de reentrada y podría desplegarse en Bielorrusia a partir de la segunda mitad de 2025. Rusia ha retirado su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares en noviembre de 2023.
Desafíos y perspectivas en disuasión nuclear rusa
Y el sitio de pruebas de Novaya Zemlya está listo desde septiembre de 2024, aunque las autoridades condicionan cualquier actividad a acciones estadounidenses similares. Además, se desarrolla un arma nuclear antisatélite, y el compartimiento nuclear con Bielorrusia incluye infraestructura para docenas de ojivas tácticas, con un sitio de almacenamiento cerca de Asipovichy casi concluido y sistemas Iskander transferidos. Estos elementos consolidan la tríada nuclear rusa —terrestre, naval y aérea— en un 88% de modernización para los misiles balísticos intercontinentales, con prioridad a la paridad con Estados Unidos y la compensación de desventajas convencionales.
El programa nuclear ruso enfrenta desafíos, como retrasos en el Sarmat y el PAK DA, posiblemente por la reasignación de capacidad industrial a la guerra en Ucrania. Sin embargo, las fuerzas de cohetes estratégicos mantienen unos 330 misiles balísticos intercontinentales nucleares, capaces de 1.254 ojivas, organizados en tres ejércitos de misiles con 12 divisiones y 40 regimientos. Las actualizaciones incluyen defensas antiaéreas y perimetrales para silos, como el sistema Dym-2 y el láser Peresvet en al menos cinco divisiones móviles.
Post-vencimiento del New START, Rusia podría cargar cientos de ojivas adicionales en sistemas desplegados, lo que incrementa su arsenal en hasta un 60%, con plazos que varían desde horas para bombarderos hasta años para misiles terrestres. El Departamento de Estado de Estados Unidos evaluó en enero de 2025 que Rusia probablemente respetó los límites en 2024, aunque se acercó al tope de ojivas desplegadas en ocasiones. Putin concluyó sus declaraciones en Dusambé y reafirmó la preparación rusa para dialogar sobre disuasión armamentista, siempre que resulte aceptable para la contraparte.
La propuesta de extensión del New START busca preservar un mínimo de estabilidad bilateral, en un panorama donde la modernización nuclear avanza pese a las suspensiones y tensiones geopolíticas.