El reciente avistamiento de un supuesto caza chino de sexta generación pone en duda el futuro del programa NGAD de la Fuerza Aérea de los EE. UU. y su competencia global.
La competencia de aviones de combate de sexta generación crece tras el vuelo chino
A finales de 2024, China generó gran revuelo tras mostrar un supuesto caza de sexta generación en vuelo por primera vez, junto con otros desarrollos militares avanzados. Este acontecimiento eleva las expectativas sobre el futuro de los programas de cazas avanzados, tanto en China como en Estados Unidos. En particular, se pone en evidencia la presión sobre el proyecto NGAD (Next Generation Air Dominance) de la Fuerza Aérea de los EE. UU. y el F/A-XX de la Armada, dos programas que compiten por establecer la superioridad aérea en la próxima década.
Además de este caza, China también mostró su nuevo dron avanzado de ala leal y el buque de asalto anfibio más grande del mundo, ampliando su presencia militar en la región. A esto se añade el rumor de que China podría lanzar su bombardero estratégico furtivo H-20 en breve. Este conjunto de desarrollos refuerza la competencia global por la supremacía aérea, y Estados Unidos podría verse obligado a tomar decisiones cruciales sobre sus proyectos de cazas de sexta generación.
¿Cuál es el impacto del caza chino en el futuro del NGAD?
El caza chino de sexta generación, que fue observado volando a finales de diciembre de 2024, podría ser un prototipo avanzado en desarrollo. Sin embargo, algunos analistas, como el profesor Justin Bronks del RUSI, sugieren que podría tratarse de un avión de ataque regional de quinta generación, conocido como J/H-XX, y no un caza de sexta generación equivalente al NGAD estadounidense. Bronks destaca que el avión tiene una cabina visible, lo que indica que es tripulado.
Bronks también advierte que no es prudente hacer afirmaciones definitivas sobre el avión, dado que las características como las superficies de control del borde de salida sugieren un diseño optimizado para bajas señales de radar y alta velocidad, lo que podría alinearlo más con un avión de ataque regional que con un caza de sexta generación.
Características clave del nuevo caza chino y su relación con el NGAD
- Fabricantes sospechosos: Corporación Aeronáutica de Chengdu y Shenyang.
- Propósito: Caza multifuncional de quinta generación o bombardero/caza de ataque regional.
- Motor: Tres motores, posiblemente WS-10C.
- Cabina: Tripulado, con cabina visible.
- Visto por primera vez: 26 de diciembre de 2024.
- Avión de caso: J-20S de Chengdu.
La aparición de este avión no debería sorprender a la comunidad de defensa. En 2022, el general retirado de la Fuerza Aérea Mark D. Kelly había advertido sobre el avance de China en el desarrollo de un “sistema de sistemas” de combate aéreo, lo que implicaba una inversión sustancial en tecnología de vanguardia. Sin embargo, el impacto inmediato de este avión en el desarrollo de programas como el NGAD es incierto.
La Fuerza Aérea de EE. UU. frente a una nueva era de cazas
Los Estados Unidos enfrentan un panorama de creciente competencia en el ámbito aéreo, no solo con China, sino también con Europa, que está desarrollando el Tempest y el GCAP. El futuro del NGAD sigue siendo incierto, especialmente con la administración entrante de Trump, que podría tomar decisiones críticas sobre su dirección. Mientras tanto, la Armada ha reafirmado su compromiso con el programa F/A-XX de sexta generación, un esfuerzo paralelo que también está en sus primeras fases de desarrollo.
El hecho de que no se haya elegido aún un contratista para el NGAD, a pesar de que la Fuerza Aérea esperaba hacerlo en 2024, sugiere que hay debates internos sobre la viabilidad y la necesidad del programa. Empresas como Lockheed Martin y Boeing están pujando por el contrato, pero se desconoce si el enfoque será un caza tripulado o una plataforma alternativa, como los drones. Northrop Grumman inicialmente se retiró, pero se rumorea que podría volver a participar.
Los costos y la viabilidad del programa NGAD
En 2025, la Fuerza Aérea de EE. UU. ha solicitado una asignación de 2.740 millones de dólares para el desarrollo del NGAD, con una estimación total de gasto de 19.600 millones de dólares para el periodo fiscal 2025-2029. Sin embargo, el alto costo del programa está generando dudas sobre su viabilidad y si los beneficios justificarán la inversión. A su vez, la Fuerza Aérea ha suspendido temporalmente el programa mientras se revisan los requisitos y se evalúa si es necesario un caza tripulado de sexta generación.
Existen voces influyentes, como la de Elon Musk, que sostienen que los cazas tripulados tienen un futuro incierto en la guerra aérea, siendo los drones los que tomarán la delantera en este ámbito. Sin embargo, muchos expertos refutan esta idea, argumentando que los cazas tripulados siguen siendo esenciales para una amplia gama de misiones complejas.
Estados Unidos y la competencia tecnológica con China
Aunque China está avanzando rápidamente en el desarrollo de aviones de combate de sexta generación, aún no ha superado a Estados Unidos en este campo. La forma del nuevo avión chino podría sugerir similitudes con los cazas NGAD de la Fuerza Aérea y los F/A-XX de la Armada, pero el diseño exterior no es el único factor definitorio. Las capacidades tecnológicas, como los sensores avanzados y la fusión de datos, son lo que realmente distingue a los cazas de sexta generación.
Estados Unidos también ha sido líder en el desarrollo de demostradores de sexta generación, con al menos tres aviones NGAD que han volado en secreto, aunque sin imágenes públicas. Además, el bombardero furtivo B-21, producido por Northrop Grumman, ha sido calificado como el primer avión de combate de sexta generación operativo. Sin embargo, su clasificación como “sexta generación” podría ser más una estrategia de marketing que una indicación de que es más capaz que otros bombarderos tradicionales.
En resumen, aunque el desarrollo chino está cerrando rápidamente la brecha tecnológica con Estados Unidos, aún no está claro si la superioridad aérea cambiará significativamente en los próximos años. El futuro del NGAD y de los cazas tripulados de sexta generación dependerá de cómo la administración de EE. UU. maneje estas tensiones en los próximos meses.