El F-35, en modo bestia, sacrifica sigilo por potencia, cargando bombas y misiles para misiones prolongadas, con sensores y redes avanzadas.
Capacidad letal del F-35 en configuración de máxima carga
El F-35 Lightning II, un caza de quinta generación, demostró su capacidad para destruir múltiples cazas de cuarta generación en simulaciones de combate de la Fuerza Aérea de EE. UU., destacando por su avanzada tecnología de sigilo, sensores y procesamiento de datos. En su configuración de “modo bestia”, el avión maximiza su carga de armas, sacrificando parte de su sigilo para operar como una plataforma de ataque de alta potencia. En esta modalidad, el F-35 puede transportar hasta seis bombas GBU-12 guiadas por láser de 500 libras, además de misiles aire-aire como el AIM-120 AMRAAM y AIM-9X Sidewinder, alcanzando una carga total de hasta 18,000 libras cuando se utilizan puntos de anclaje externos.
La configuración de modo bestia implica el uso de seis puntos de anclaje externos en las alas, además de las bahías internas, que normalmente albergan armas para mantener un perfil sigiloso. Cada punto externo puede llevar hasta 2,500 libras en las estaciones externas y 5,000 libras en las internas, permitiendo combinaciones como seis bombas de 2,000 libras, dos AIM-120 y dos AIM-9X. Esta capacidad se probó en julio de 2020 en la Base Aérea de Luke, Arizona, donde un F-35A operó con seis GBU-12 inertes, cuatro en las alas y dos en la bahía interna, junto con un misil de entrenamiento AIM-9X.
El aumento de la carga armamentística incrementa la firma de radar del F-35, ya que las armas externas generan contornos que reflejan señales electromagnéticas. Las bahías internas, diseñadas con materiales absorbentes de radar y bordes alineados, minimizan la detección, pero los misiles y bombas en las alas exponen al avión a sistemas de defensa aérea terrestres, como los radares de baja frecuencia, que detectan formas más prominentes.
En escenarios donde la superioridad aérea está asegurada, el sigilo pierde relevancia, y el F-35 en modo bestia ofrece ventajas significativas. Su capacidad para llevar más munición extiende la duración de las misiones, permitiendo al avión atacar múltiples objetivos sin reabastecimiento. En 2017, durante el ejercicio Red Flag, el F-35 logró una proporción de derribos de 20:1 contra cazas de cuarta generación, demostrando su letalidad incluso en configuraciones menos sigilosas.
Sensores y redes: el cerebro del F-35 en combate
El verdadero valor del F-35 en modo bestia reside en su capacidad para integrar sensores avanzados y redes de datos. El Sistema de Apertura Distribuida (DAS), compuesto por seis cámaras infrarrojas, proporciona una visión de 360 grados del entorno, detectando amenazas como lanzamientos de misiles y blancos terrestres. Este sistema, combinado con el Sistema de Apuntado Electroóptico (EOTS), permite identificar objetivos a larga distancia y transmitir datos a otras plataformas, como drones o cazas aliados, a través del Enlace de Datos Multifunción (MADL).
La fusión de sensores del F-35, gestionada por un procesador central que realiza un billón de operaciones por segundo, integra datos del radar AN/APG-81 AESA, el DAS, el EOTS y el sistema de guerra electrónica AN/ASQ-239 Barracuda. Esta capacidad permite al piloto recibir una imagen unificada del campo de batalla, mejorando la toma de decisiones en tiempo real. En pruebas realizadas en 2021, el F-35 demostró su capacidad para coordinar ataques con otros aviones, actuando como un nodo de mando y control en el aire.
El radar AESA, con un alcance superior a 150 millas náuticas, utiliza escaneo electrónico para rastrear múltiples objetivos simultáneamente, incluso en entornos con interferencias. Durante ejercicios en el Pacífico Occidental en 2023, escuadrones de F-35 compartieron datos en tiempo real con buques y unidades terrestres, mejorando la eficacia de misiones conjuntas. Esta conectividad permite al F-35 operar como un multiplicador de fuerza, asignando objetivos a plataformas menos avanzadas, como los F-16 o F/A-18.
Datos clave sobre la letalidad del F-35 en modo bestia
- Capacidad de carga: Hasta 18,000 libras de armas, incluyendo bombas GBU-12, GBU-39, GBU-53/B StormBreaker y misiles AIM-120 y AIM-9X.
- Alcance de combate: Más de 1,200 millas con combustible interno, extendido con tanques externos en modo bestia.
- Sensores: DAS con seis cámaras infrarrojas, EOTS para apuntado preciso y radar AESA con alcance de 150 millas.
- Conectividad: MADL permite compartir datos en tiempo real con hasta 16 nodos en una red segura.
- Actualizaciones: Software Block 4, implementado en 2024, integró el misil StormBreaker, con un alcance de 40 millas náuticas.
Armamento avanzado y actualizaciones de software
El F-35 puede equipar una amplia gama de armas, incluyendo la GBU-53/B StormBreaker, un arma de precisión de 204 libras con un buscador trimodo (radar de onda milimétrica, infrarrojo y láser). En pruebas realizadas en 2020 desde un F/A-18E/F Super Hornet, la StormBreaker demostró su capacidad para alcanzar objetivos móviles a 40 millas náuticas en condiciones climáticas adversas. La integración de esta arma en el F-35, completada en 2024, amplía su capacidad para atacar blancos en movimiento, como vehículos blindados, con un daño colateral mínimo.
Las actualizaciones de software, conocidas como Block 4, han permitido al F-35 incorporar nuevas armas y mejorar sus sistemas de sensores. En 2023, el F-35A recibió la certificación para llevar la bomba nuclear B61 Mod 12, ampliando su rol en misiones estratégicas. Además, los puntos de anclaje externos permiten el uso de misiles de crucero como el AGM-158 JASSM, con un alcance de 230 millas, y el AGM-158C LRASM, diseñado para atacar buques a larga distancia.
La GAU-22/A, un cañón rotativo de 25 mm montado internamente en el F-35A, lleva 182 rondas y es efectivo contra objetivos terrestres ligeros. En pruebas de 2019, el cañón demostró una precisión superior al cañón de 20 mm de otros cazas de la USAF, con una cadencia de 3,300 disparos por minuto.
En entornos menos disputados, el F-35 en modo bestia puede operar como un nodo de vigilancia y ataque, utilizando su Helmet Mounted Display, que proyecta datos en el visor del piloto, para apuntar armas con solo mover la cabeza. En 2022, durante ejercicios en la Base Aérea de Eielson, Alaska, los F-35 coordinaron ataques con drones MQ-20 Avenger, demostrando su capacidad para gestionar activos no tripulados en el campo de batalla.
Impacto táctico en operaciones aéreas
En operaciones reales, el F-35 ha mostrado su versatilidad. En 2019, la Fuerza Aérea de Israel utilizó F-35 en misiones de ataque en Oriente Medio, empleando bombas GBU-39 Small Diameter Bomb para strikes de precisión en entornos urbanos. Estas bombas, con un peso de 250 libras, permiten al F-35 llevar hasta cuatro por estación en las bahías internas, maximizando la capacidad de ataque sin sacrificar sigilo.
La capacidad del F-35 para alternar entre configuraciones sigilosas y modo bestia lo hace adaptable a diferentes escenarios. En un entorno de alta amenaza, opera con armas internas para evadir radares enemigos. En áreas con defensas aéreas limitadas, como las enfrentadas por la USAF en operaciones en Irak y Siria entre 2014 y 2020, el modo bestia permite al F-35 asumir roles tradicionalmente asignados a bombarderos pesados, como el B-52.
En resumen, el F-35 completamente armado combina una carga de armas significativa con sensores y redes avanzadas, permitiendo misiones prolongadas y coordinadas. Su capacidad para integrar nuevas armas y operar como un centro de mando en el aire lo posiciona como una plataforma clave en conflictos modernos, incluso cuando el sigilo no es la prioridad.