Alrededor de 300 P-51 Mustang sobreviven, con aproximadamente la mitad en condiciones de vuelo, según registros especializados.
Supervivencia actual del icónico P-51 Mustang
El North American P-51 Mustang, uno de los cazas más emblemáticos de la Segunda Guerra Mundial, mantiene una presencia notable en la actualidad, con cerca de 300 unidades supervivientes en todo el mundo, de las cuales aproximadamente 150 son airworthy (en condiciones de vuelo), según datos recopilados por sitios especializados como MustangsMustangs.com y Wikipedia. Este avión, conocido por su velocidad, alcance y maniobrabilidad, fue producido en más de 15,000 ejemplares durante los años 40, y su legado perdura en museos, colecciones privadas y eventos de aviación. La mayoría de los Mustangs supervivientes se encuentran en Estados Unidos, aunque también hay ejemplares en Europa, Australia y Nueva Zelanda.
Los P-51D, la variante más producida con más de 8,000 unidades, representan la mayoría de los sobrevivientes. Estos aviones, equipados con el motor Packard V-1650 Merlin, destacaron por su capacidad de escoltar bombarderos en misiones de largo alcance, alcanzando velocidades de hasta 437 mph (703 km/h) y un rango operativo de 1,650 millas (2,655 km) con tanques externos. Hoy, muchos de estos aviones restaurados participan en exhibiciones aéreas, como las Reno Air Races, o son utilizados como aviones históricos por organizaciones como la Commemorative Air Force. Ejemplos notables incluyen el P-51D “Man O’ War”, en exhibición en el Palm Springs Air Museum, y el “Tuskegee Airmen”, operado por la Red Tail Squadron en Minnesota.
La supervivencia de los Mustangs se debe en gran parte a su popularidad en el mercado civil tras la guerra. Después de 1945, muchos fueron declarados excedentes y vendidos a particulares, gobiernos y fuerzas aéreas de países como Israel, El Salvador y la República Dominicana. Algunos permanecieron en servicio militar hasta los años 80, con el caso destacado de la Fuerza Aérea Dominicana, que operó Mustangs hasta 1984. En la posguerra, los Mustangs también encontraron un nicho en las carreras aéreas, donde versiones modificadas alcanzaron velocidades superiores a las de combate, consolidando su estatus como íconos de la aviación.
La restauración de estos aviones es un proceso costoso y meticuloso. Un ejemplo es el P-51D N51T, restaurado en 2010 y mantenido en condiciones óptimas con solo 237 horas de vuelo desde su restauración, según Vintage Aviation News. Este avión, con un esquema de pintura civil diseñado por Learjet, ilustra el esfuerzo por preservar la autenticidad histórica mientras se incorporan mejoras modernas, como interiores personalizados y tanques de combustible auxiliares. Otros Mustangs, como el “Double-Trouble Two” del Military Aviation Museum, reflejan el legado de pilotos como el teniente coronel William Bailey, quien acumuló 186 misiones de combate.

Datos clave sobre los P-51 Mustang sobrevivientes
- Total de sobrevivientes: Aproximadamente 300 unidades, de las cuales unas 150 son airworthy.
- Ubicaciones principales: Estados Unidos (mayoría), Australia, Reino Unido, Nueva Zelanda.
- Variante más común: P-51D, con más de 8,000 producidos y la mayoría de los ejemplares en exhibición o vuelo.
- Usos actuales: Exhibiciones aéreas, museos, colecciones privadas y carreras aéreas como las Reno Air Races.
- Ejemplo destacado: P-51D “Tuskegee Airmen”, operado por la Commemorative Air Force, honra a los pilotos afroamericanos de la 332nd Fighter Group.
Contexto histórico y producción del P-51 Mustang
El P-51 Mustang nació en 1940 a partir de un requerimiento de la Royal Air Force británica, que buscaba un caza de bajo costo y alto rendimiento. North American Aviation, bajo el liderazgo de James “Dutch” Kindelberger y el diseño de Edgar Schmued, completó el prototipo NA-73X en solo 117 días. Inicialmente equipado con el motor Allison V-1710, el Mustang mostró un rendimiento excepcional a baja altitud, pero su desempeño a gran altura mejoró drásticamente al incorporar el motor Rolls-Royce Merlin, fabricado bajo licencia por Packard. Este cambio, implementado en las variantes P-51B y P-51C, transformó al Mustang en el principal escolta de bombarderos aliados, capaz de proteger a los B-17 y B-24 en misiones profundas sobre Alemania.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos de Mustang reclamaron la destrucción de 4,950 aviones enemigos, lo que lo convirtió en el caza estadounidense con mayor número de derribos en el Teatro Europeo. Su versatilidad permitió su uso en roles como reconocimiento, ataque terrestre y escolta en los teatros del Pacífico, Mediterráneo y Norte de África. En la Guerra de Corea, redesignado como F-51, el Mustang desempeñó misiones de ataque terrestre hasta que los cazas a reacción, como el F-86 Sabre, asumieron el protagonismo.
La producción del Mustang alcanzó su punto máximo en 1944, con la fábrica de North American Aviation en Inglewood, California, entregando hasta 857 aviones por mes. La línea de ensamblaje, optimizada tras las observaciones de Kindelberger en fábricas alemanas en 1938, permitió una eficiencia sin precedentes. Además de los P-51D, se produjeron variantes como el P-51H, más ligero y rápido, y el A-36 Apache, un bombardero en picado. Al final de la guerra, muchos Mustangs fueron almacenados o transferidos a reservas, como la Air National Guard, donde sirvieron hasta los años 50.

En el ámbito internacional, el Mustang fue operado por más de 50 fuerzas aéreas. La Royal Australian Air Force ensambló 80 P-51D bajo la designación CA-17 Mustang Mark 20, mientras que Israel utilizó Mustangs en la Invasión del Sinaí de 1956. Incluso la Fuerza Aérea Salvadoreña empleó Mustangs en la Guerra del Fútbol de 1969, marcando el último combate aéreo entre cazas de pistón en la historia.
Preservación y legado del P-51 Mustang
La preservación de los P-51 Mustang es un esfuerzo global que involucra a museos, coleccionistas y organizaciones dedicadas. El National Air and Space Museum en Washington exhibe un P-51D con las marcas de la 351st Fighter Squadron, mientras que el Planes of Fame Air Museum en California mantiene un P-51D operativo desde 1957, uno de los más antiguos en manos privadas. En el Reino Unido, el Imperial War Museums en Duxford alberga Mustangs que representan a la 355th Fighter Group, destacando su rol en la superioridad aérea aliada.
Los Mustangs también han capturado la atención de celebridades y coleccionistas. El actor Tom Cruise posee un P-51D adquirido en 2001, utilizado en la película Top Gun: Maverick, según Simple Flying. Este avión, con un valor estimado de 4 millones de dólares, permanece en condiciones de vuelo y es un ejemplo de la fascinación que el Mustang sigue generando. Otros ejemplares, como el “Miss Velma” de The Fighter Collection en Duxford, han enfrentado desafíos, como un aterrizaje forzoso en 2016, pero continúan siendo restaurados para mantener viva su historia.
El costo de mantener un Mustang en condiciones de vuelo es elevado, con inspecciones anuales que pueden superar los 100,000 dólares, según Vintage Aviation News. A pesar de ello, la comunidad de entusiastas, apoyada por eventos como The Gathering of Mustangs & Legends, asegura que estos aviones sigan volando. En Australia, aviones como el A68-104, restaurado tras 15 años de trabajo, demuestran el compromiso con la preservación de este legado.
El P-51 Mustang no solo es un testimonio de la ingeniosidad de North American Aviation, sino también de la dedicación de quienes lo mantienen en el aire. Su impacto en la Segunda Guerra Mundial, combinado con su presencia en la cultura popular y la aviación moderna, garantiza que este caza siga siendo un símbolo de excelencia aeronáutica.