El reciente incidente con un F-22 Raptor en la base aérea de Kadena (Okinawa) no fue el regreso triunfal que las Fuerzas Aéreas estadounidenses habían previsto para su avión de superioridad aérea de quinta generación.
El problema surgió en el tren de morro justo después de su aterrizaje el pasado viernes, marcando un problemático comienzo de su despliegue en la región Indo-Pacífica.
“Raptor tuvo un accidente”, señaló un usuario en X, la red social antes conocida como Twitter, que compartió una imagen del F-22 siendo remolcado fuera de la pista.
Percances recurrentes en la flota de F-22 y F-35.
El fallo se produjo cuando el avión estaba siendo maniobrado fuera de la pista con los motores ya apagados, y los vehículos de emergencia, incluido un camión de bomberos, fueron desplegados siguiendo el protocolo establecido.
Sin embargo, este incidente no es un caso aislado dentro de la flota de F-22. Ya se han documentado problemas similares en el tren de aterrizaje, que han afectado no solo al F-22, sino también a su contemporáneo, el F-35.
Ytechnews.com informó de que tanto el F-22 como el F-35 se han enfrentado a varios problemas con su tren de aterrizaje, lo que plantea dudas sobre la robustez mecánica de este componente crucial.
En marzo de 2022, un F-22 de la base aérea de Eglin (Florida) experimentó un problema similar. Un año antes, otro Raptor tuvo una emergencia en vuelo que concluyó con un aterrizaje seguro, aunque con un colapso del tren de morro.
La flota de F-35 Lightning II también ha registrado incidentes. En enero de este año, un F-35C del Marine Fighter Attack Squadron (VMFA) 311 de la Marine Corps Air Station Miramar, California, sufrió el colapso del tren de morro mientras estaba estacionado tras una misión de entrenamiento en la Naval Air Station Fallon, Nevada.
“Estos incidentes ponen de relieve la importancia crítica de realizar pruebas y mantenimiento exhaustivos para garantizar la fiabilidad y seguridad de nuestros aviones de combate de primera línea”, concluía el informe de Ytechnews, subrayando la necesidad de una vigilancia constante y de mejoras continuas de los sistemas de estos avanzados aviones militares.
Despliegue del F-22 en Okinawa
El F-22 Raptor implicado en el reciente incidente de Okinawa forma parte del destacamento del 19º Escuadrón de Cazas, Ala 15, con base en la Fuerza Aérea de Hickam, Honolulu, Hawai. Este avión era uno de los varios que habían sido enviados a la Base Aérea de Kadena el 5 de abril de 2024, como parte de un despliegue temporal destinado a reforzar la preparación militar estadounidense en la zona.
Este incidente se produce en un momento crítico, pocos días después de que destacadas personalidades de las Fuerzas Aéreas de EE. UU., entre ellas el secretario Frank Kendall, el Jefe de Estado Mayor General David Allvin y el Sargento Mayor David Flosi, visitaran la base y subrayaran la importancia estratégica de Kadena como “piedra angular del Pacífico”.
La isla de Okinawa desempeña un papel crucial en la geopolítica regional debido a su extensa red de bases aéreas e instalaciones navales. Situada estratégicamente a 900 millas de grandes ciudades como Tokio, Manila, Seúl y Hong Kong, y a 1.200 millas al oeste de Guam, Okinawa es vital para mantener la estabilidad regional y proteger las rutas marítimas y aéreas clave, reforzando así la capacidad de respuesta rápida y eficaz de Estados Unidos en el Indo-Pacífico.