Una moneda conmemorativa de la Fuerza Aérea de Estados Unidos representa hasta ahora la indicación más clara de que Estados Unidos ha vuelto a desplegar bombas nucleares en el Reino Unido, tras casi dos décadas de ausencia. Tal como lo habíamos informado anteriormente, esta medida era previsible desde hacía tiempo, y las obras de construcción en la base RAF Lakenheath, en Inglaterra, ya ofrecían pruebas concluyentes de que se trataba de un proyecto planificado. Más recientemente, varios vuelos transatlánticos de aeronaves de transporte de la Fuerza Aérea también aportaron nuevos indicios del traslado de estas bombas al Reino Unido.
Las monedas conmemorativas, también conocidas como “objetos metálicos redondos” (RMO, por sus siglas en inglés), constituyen un elemento central de la cultura y tradición de la aviación militar. Estas monedas suelen incorporar la designación de la unidad, sus colores, mascota, apodo, lemas, símbolos y referencias históricas. La moneda en cuestión pertenece al 493.º Escuadrón de Generación de Cazas (FGS, por sus siglas en inglés), unidad que forma parte del Ala de Cazas 48, con base en Lakenheath, y que fue activada el 9 de junio de 2023.
Tony Osborne, editor de Defensa en Europa de Aviation Week, fotografió un ejemplar de la moneda conmemorativa del 493.º FGS durante el espectáculo aéreo Royal International Air Tattoo, realizado el fin de semana en la base RAF Fairford, Inglaterra. En una de sus caras, la moneda muestra la figura de la parca, emblema del 493.º Escuadrón de Cazas, junto con su lema: “Prepárate para encontrarte con tu creador”. En el centro, se distingue claramente la silueta característica de una bomba nuclear de caída libre B61.
El diseño completo de la moneda representa de manera explícita un aspecto clave de la misión del 493.º FGS: una explosión nuclear acompañada de una nube en forma de hongo. En el reverso, la moneda exhibe una representación a color de dicha explosión.

Según la Fuerza Aérea, tanto el 493.º como el 494.º FGS son los primeros escuadrones de quinta generación de su clase en Europa, al haber sustituido al 748.º AMXS en Lakenheath.
“La decisión de dividir escuadrones grandes de mantenimiento de aeronaves en escuadrones más pequeños de generación de cazas, vinculados directamente con sus respectivos escuadrones de vuelo, se alinea con la estructura organizativa de Mantenimiento Orientado al Combate (COMO, por sus siglas en inglés) de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Esta reorganización busca fomentar una mayor cohesión entre mantenimiento y operaciones, así como reforzar la preparación de las unidades”, explicó la Fuerza Aérea en un comunicado oficial.

A partir de ahora, cada uno de los cuatro escuadrones de caza del Ala 48 cuenta con un escuadrón de generación asignado. En este caso, los escuadrones 493.º y 494.º FGS están asociados a los escuadrones 493.º y 494.º de cazas, ambos equipados con F-35A. Desde 2021, Lakenheath se convirtió en la primera ala de la Fuerza Aérea fuera de territorio estadounidense que opera con F-35A.
Los otros dos escuadrones de caza con base en Lakenheath continúan operando con F-15E, al menos por el momento.
Tanto el F-15E como el F-35A tienen la capacidad de transportar bombas termonucleares B61 de caída libre, por lo que son componentes esenciales de la postura nuclear estadounidense en Europa. Estos modelos también están habilitados para utilizar plenamente la versión B61-12, ventaja que no poseen todos los aviones de la OTAN autorizados para transportar esta clase de armas, como se ha expuesto en informes anteriores.

Hasta hace poco, no existían bombas nucleares almacenadas en Lakenheath. En el pasado, la base sí contaba con una misión nuclear, pero las últimas armas nucleares fueron retiradas en 2008. Sin embargo, todo indica que dichas armas —o al menos la infraestructura y capacidades asociadas— están regresando a la base, si es que no se encuentran ya allí.
Consultado sobre el estado actual del arsenal nuclear en Lakenheath, un funcionario del Departamento de Defensa de EE. UU. respondió: “De acuerdo con la política estadounidense de larga data, no confirmamos ni negamos la presencia o ausencia de armas nucleares en ubicaciones específicas”.

La semana pasada, cuentas especializadas en inteligencia de fuentes abiertas (OSINT) detectaron en redes sociales un vuelo de transporte de un C-17A de la Fuerza Aérea que podría haber estado relacionado con el traslado de bombas nucleares B61 desde Estados Unidos hacia Lakenheath. El indicativo RCH4574 “siguió el patrón de intercambios nucleares previos”, según informó la cuenta @TheIntelFrog. El Pentágono, por su parte, no realiza comentarios sobre si estos vuelos están vinculados al traslado de armamento nuclear, aunque se sabe que el Ala de Transporte 62, a la que pertenece dicha aeronave, es la única de su tipo certificada para transportar armas nucleares de manera rutinaria.
El 18 de julio, RCH4574 concluyó su misión y regresó a la base aérea McChord, en Washington, lo que sugiere que se trató de una entrega, no de un intercambio. En un intercambio, la aeronave suele regresar a Kirtland para descargar en la plataforma 5, tal como lo hace durante la carga.
La misión en cuestión, realizada el 15 de julio, implicó la llegada del C-17A a la base aérea Kirtland, en Nuevo México, procedente de McChord. Ya en Kirtland, la aeronave fue vista en el área destinada a la carga y descarga de armas nucleares, bajo responsabilidad del Centro de Armas Nucleares de la Fuerza Aérea. El C-17A despegó el 17 de julio y aterrizó en Lakenheath al día siguiente. El perfil del vuelo se ajusta más al de una entrega de armas nucleares que al de una rotación estándar.
La llegada de armamento nuclear a Lakenheath en este momento no resultaría sorpresiva. A comienzos de este año, se analizó el informe más reciente de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), que da seguimiento al tema desde abril de 2022, cuando surgieron las primeras evidencias oficiales sobre la reactivación de la misión nuclear en Lakenheath.
Hasta febrero de 2025, FAS afirmaba que “no existían indicios públicos que confirmaran el despliegue de armas nucleares en RAF Lakenheath”, aunque el informe reconocía que esto era, en esencia, una cuestión de tiempo.

Otras modificaciones en la infraestructura se vinculan con la llegada de los escuadrones de F-35A. En particular, el nuevo diseño del área de estacionamiento de aeronaves replica el de otras bases europeas que albergan armas nucleares estadounidenses. A la par, varios documentos oficiales del Pentágono han establecido vínculos entre las obras realizadas en Lakenheath y la misión nuclear de la Fuerza Aérea.
Por ejemplo, el presupuesto del Programa de Inversión en Seguridad de la OTAN (NSIP) para el año fiscal 2023 incluye al Reino Unido en una lista de bases que reciben mejoras en sus instalaciones de “almacenamiento especial”. Lakenheath sería la única base posible en ese contexto.

Asimismo, contratos de adquisición del Departamento de Defensa hacen referencia a una “próxima misión nuclear” para el Escuadrón de Fuerzas de Seguridad 48, con base en Lakenheath.
Además de las mejoras edilicias, documentos del Pentágono de 2023 revelan que se ha comenzado a capacitar específicamente al personal de armamento nuclear destinado en la base. Estos elementos, sumados a la aparición de la moneda conmemorativa del 493.º FGS y al reciente vuelo del C-17A desde Kirtland, refuerzan la tesis de que las armas nucleares han regresado a Lakenheath.
No está claro, sin embargo, si el plan contempla un estacionamiento permanente de estas bombas o si, como se ha sugerido antes, la infraestructura tendría un rol de respaldo para otras bases nucleares de la región.
En 2025, las otras bases europeas en cuestión son Kleine Brogel (Bélgica), Büchel (Alemania), Aviano y Ghedi (Italia), Volkel (Países Bajos) e Incirlik (Turquía). Cabe destacar que, en junio de 2024, Países Bajos declaró que sus F-35A asumieron plenamente la responsabilidad del rol nuclear. En el caso de Incirlik, la particularidad radica en que Turquía no tiene autoridad operativa sobre las armas allí almacenadas, a diferencia del modelo de “doble llave” que rige con otros aliados nucleares de la OTAN.

Como base de respaldo, Lakenheath podría recibir armas nucleares desde otras ubicaciones europeas o incluso desde Estados Unidos en caso de crisis, lo cual ampliaría de forma limitada la flexibilidad operativa de la disuasión nuclear en Europa. Vuelos adicionales del C-17A podrían aportar mayor claridad sobre si el propósito de la base es albergar de manera permanente dichas armas o mantenerlas de forma rotativa.
También existe la posibilidad de que el papel nuclear de Lakenheath cobre mayor relevancia si Washington decidiera reducir su presencia nuclear en otras partes de Europa, una hipótesis que hemos abordado con anterioridad.
A ello se suma la cuestión de cómo se integraría la presencia nuclear en Lakenheath con los planes del Reino Unido de adquirir F-35A, además de los modelos F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) que ya utiliza. El ministerio de Defensa británico ha señalado el papel nuclear del F-35A, con capacidad para portar bombas B61-12 de propiedad estadounidense. Potencialmente, los F-35A de la Real Fuerza Aérea también podrían utilizar este armamento, e incluso destacamentos reducidos de aeronaves británicas podrían operar desde esa base.
Según se ha informado, las bombas B61 bajo responsabilidad del Reino Unido no estarían almacenadas en Marham, sino en Lakenheath, que ya cuenta con la infraestructura necesaria. En tal caso, los F-35A tendrían que desplazarse entre ambas ubicaciones. Ni el Reino Unido ni la OTAN realizan declaraciones sobre los sitios de almacenamiento nuclear, pero conviene prestar atención a las asignaciones presupuestarias.
Independientemente de su permanencia, contar con una base adicional capacitada para lanzar bombas B61-12 reviste gran importancia.

Según estimaciones de FAS, existen aproximadamente 100 bombas B61-12 de caída libre propiedad de EE. UU. distribuidas entre las bases mencionadas.
En ocasiones anteriores, se han destacado las capacidades adicionales que ofrece la versión B61-12: Gracias a su sistema de guiado de precisión —que combina un nuevo kit de cola con navegación inercial y cohetes de estabilización por rotación—, la B61-12 supera en exactitud a versiones anteriores. En conjunto con el F-35A, esta bomba se percibe cada vez más como un sistema de entrega estratégica, además de constituir un recurso eficaz para ataques tácticos.
Desde la presidencia de Donald Trump, algunos de los principales aliados europeos en la OTAN han expresado dudas sobre la continuidad del programa de reparto nuclear liderado por Washington, lo que ha llevado a países como Francia y el Reino Unido a explorar alternativas, incluyendo una posible disuasión nuclear cooperativa sin dependencia estadounidense.
La llegada —o inminente llegada— de armamento nuclear estadounidense a una base europea adicional podría atenuar esas preocupaciones, aunque aún no se ha determinado si las bombas permanecerán de forma indefinida en dicha instalación.