El 4 de septiembre de 2025, el secretario de Defensa del Reino Unido, John Healey, firmó un contrato con Noruega valorado en 10 mil millones de libras esterlinas para la compra de al menos cinco fragatas Tipo 26. El acuerdo une a ambos países en una plataforma naval común diseñada para operaciones en el flanco norte de la OTAN y responde a las necesidades estratégicas de defensa marítima de ambas armadas.
La fragata Tipo 26, conocida como clase City, está concebida para la guerra antisubmarina de alta gama y sustituirá a la clase Fridtjof Nansen en la Marina Real Noruega. En el Reino Unido, el contrato asegura continuidad en la producción y consolida la interoperabilidad con un aliado del Ártico. La alianza refuerza el ritmo operativo conjunto en el Atlántico Norte y facilita la participación de ambas armadas en las Fuerzas Navales Permanentes de la OTAN.
Army Recognition informó que los buques de ambos países utilizarán variantes interoperables equipadas con sistemas de sonar de matriz remolcada, propulsión silenciosa y capacidad para operar en climas extremos. La plataforma incorpora una bahía de misión modular y un sistema de lanzamiento vertical que admite armamento de ataque, antisubmarino o defensa antiaérea. Ambas armadas comparten además una arquitectura de combate digital adaptable a distintas operaciones.
El contrato establece un marco común de casco y sistemas que permitirá coordinar entrenamiento, logística y despliegues. La Royal Navy y la Marina Real Noruega ya cooperan en maniobras en el Ártico y el Alto Norte. Las nuevas fragatas ampliarán esa cooperación al integrarse en operaciones conjuntas de la OTAN y en futuros grupos de ataque de portaaviones británicos desplegados en el Atlántico Norte.
La construcción de estas fragatas se concentrará en Glasgow, lo que sostiene el programa británico de ocho unidades Tipo 26. Noruega se convierte en el primer cliente extranjero de esta clase de buque, con acceso a capacidades antisubmarinas avanzadas y la posibilidad de integrarse en un concepto operativo multinacional. Para la Royal Navy, el acuerdo fortalece su papel en el desarrollo y la exportación de tecnología naval en Europa.
El Tipo 26, diseñado por BAE Systems, desplaza 6.900 toneladas y combina capacidades de guerra antisubmarina con defensa antiaérea y ataque de superficie. Entre sus sistemas destacan el sonar de proa, el sonar de matriz remolcada Thales Tipo 2087 y medidas de reducción acústica para detectar submarinos en el Atlántico Norte y el Ártico. Está preparado para operar en entornos de alta amenaza y en escenarios de operaciones marítimas complejas.
El armamento del buque incluye misiles Sea Ceptor, un cañón naval de 127 mm, un sistema de lanzamiento vertical Mk 41 con capacidad para misiles Tomahawk, así como bahías para vehículos no tripulados o equipos de contramedidas de minas. La cubierta y el hangar pueden alojar helicópteros Merlin o NH90 configurados para misiones antisubmarinas o antisuperficie, lo que amplía la versatilidad de la plataforma.
Noruega incorpora con estas fragatas una mayor resistencia, mayor alcance y un nivel superior de sensibilidad acústica frente a los submarinos. La modularidad del buque permite adaptarse a tareas de protección de activos energéticos en alta mar, respuesta rápida en escenarios euroatlánticos y vigilancia submarina en áreas de alta actividad militar. Estas capacidades refuerzan su papel en operaciones de la OTAN en el Alto Norte.
El programa consolida la integración de la Marina Real Noruega en los marcos aliados y refuerza su participación en la seguridad marítima en la brecha GIUK. También prepara a la armada para cooperar con otros usuarios del Tipo 26, como Canadá y Australia. El cronograma prevé la entrega de la primera fragata noruega en 2030 y la conclusión de las entregas a mediados de la década de 2030.
Ambos países ya coordinan módulos de entrenamiento, simuladores e infraestructura de mantenimiento con el fin de garantizar la operatividad de las nuevas fragatas desde su entrada en servicio. La cooperación binacional en torno a esta plataforma naval constituye un nuevo paso en la integración de las fuerzas de la OTAN y en la creación de un escuadrón de fragatas combinadas preparado para misiones en el Alto Norte.