Durante la turbulenta década de 1990 en los Balcanes, la desintegración de Yugoslavia precipitó un estado de hostilidad creciente entre las facciones regionales.
En el contexto de estos conflictos, en 1993, las tensiones culminaron en un conflicto armado que atrajo la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (ONU), enfocadas en la protección de la vida civil en la recién formada Bosnia y Herzegovina.
Iniciada el 12 de abril de 1993, la Operación Deny Flight se propuso como una misión militar de gran envergadura destinada a imponer una zona de exclusión aérea sobre Bosnia y Herzegovina. Con el tiempo, la operación se expandió para incluir soporte aéreo cercano a las fuerzas de la ONU en el terreno y la ejecución de ataques estratégicos contra múltiples objetivos en la región.
A lo largo del conflicto, pilotos de la OTAN llevaron a cabo más de 100,000 misiones de vuelo, enfrentándose a la pérdida de más de una docena de aeronaves entre ambas partes en conflicto. Un enfrentamiento aéreo destacado en particular marcó profundamente el curso de la guerra, subrayando el papel del F-16 Fighting Falcon de General Dynamics como un componente crítico en el arsenal de la OTAN.
Este artículo explora cómo los F-16 estadounidenses lograron cinco victorias aéreas decisivas sobre los cielos de Bosnia en un evento que sería recordado como el incidente de Banja Luka, marcando la primera intervención de combate significativa de la OTAN en el conflicto.
Intervención del 526º Escuadrón en la exclusión aérea sobre Bosnia
En febrero de 1994, casi un año después del inicio de la Operación Deny Flight, el 526º Escuadrón de Cazas de los Estados Unidos, conocido como los “Caballeros Negros”, coordinó operaciones con el 401º Grupo de Operaciones desde la Base Aérea de Aviano en Italia, habiendo sido reubicados desde su base habitual en Ramstein, Alemania.
Durante un vuelo de entrenamiento rutinario sobre Sarajevo, dos F-16 del escuadrón detectaron señales radar no identificadas sobre Croacia. En ese momento, el Avión Aerotransportado de Alerta Temprana y Control de la OTAN, operando desde Hungría, no logró identificar a estos aviones inmediatamente, una dificultad incrementada por la lejanía y el complejo relieve del área.
Identificados posteriormente como aeronaves hostiles en una misión para atacar una instalación militar en Bosnia, los F-16 les ordenaron retirarse y cesar su actividad beligerante. Ignorando las advertencias, los aviones enemigos persistieron en su curso, lo que llevó a una respuesta directa conforme a las reglas de enfrentamiento de la OTAN de aquel entonces.
Los F-16 se lanzaron en persecución de seis aviones enemigos: cuatro cazas de ataque ligero Soko J-21 Jastreb y dos aviones de ataque Soko J-22 Orao, todos de fabricación europea oriental. A continuación, se presenta una tabla con las especificaciones técnicas de estos aviones para ofrecer una mejor comprensión de las capacidades enfrentadas durante este incidente:
Confrontación aérea clave sobre Novi Travnik durante la Operación Deny Flight
Los cielos sobre Novi Travnik fueron el escenario de un intenso enfrentamiento aéreo entre dos escuadrones, protagonizado notablemente por el capitán estadounidense Robert G. Wright, quien logró derribar tres aviones J-21 Jastrub en rápida sucesión. Utilizando un misil AIM-120 AMRAAM para el primer derribo y dos misiles aire-aire AIM-9M Sidewinder para los siguientes, su actuación fue destacada en la revista Air & Space Forces por su precisión y efectividad.
Con el combustible al límite, Wright pasó el relevo a su colega, el capitán Scott O’Grady, quien, en un intento de derribo, logró dañar severamente otro avión enemigo con un Sidewinder, aunque no consiguió confirmar su destrucción antes de verse también forzado a desistir por falta de combustible. O’Grady se dirigió entonces hacia el Adriático para reabastecerse mediante un encuentro con un KC-135 Stratotanker.
La acción no se detuvo allí; poco tiempo después, otro par de F-16 del escuadrón Caballeros Negros entró en la zona de conflicto. El capitán Steve “Yogi” Allen, pilotando uno de estos aviones, ejecutó con éxito el derribo de un cuarto Jastreb.
Este último enfrentamiento ocurrió cuando el avión enemigo intentaba mantener un vuelo a baja altitud, buscando evadir la detección y el rastreo radar, una maniobra que finalmente no le permitió escapar del alcance letal de un Sidewinder lanzado por Allen.
El primer combate aéreo de la OTAN marca un hito en su historia
Este enfrentamiento representó la primera acción bélica directa de la OTAN desde su creación en 1949, culminando con la pérdida confirmada de cinco aeronaves serbobosnias. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos reconoció a Robert G. Wright por tres derribos, mientras que Steve “Yogi” Allen fue acreditado con un derribo adicional.
No obstante, de acuerdo con documentos de los serbios de Bosnia citados por The Washington Post, las fuerzas estadounidenses inicialmente solo habían contabilizado cuatro derribos. Se especula que el quinto avión se estrelló como resultado de maniobras evasivas a baja altura o daños infligidos por un misil de la OTAN. Los registros bosnios del incidente contabilizaron:
- Cuatro aviones derribados
- Un avión estrellado
- Tres pilotos muertos
- Un piloto herido
Este evento no solo demostró la capacidad del F-16 Fighting Falcon como un interceptor excepcional, capaz de reforzar eficazmente zonas de exclusión aérea, sino que también evidenció la habilidad de la OTAN para responder a violaciones del espacio aéreo en regiones conflictivas.
Gracias a su experiencia y entrenamiento avanzado, el equipo de la Fuerza Aérea mostró una coordinación impecable, logrando una respuesta rápida y efectiva ante incursiones no autorizadas, destacando así la sinergia y comunicación entre sus integrantes.