El Departamento de Estado de Estados Unidos ha dado luz verde a una Venta Militar Extranjera (FMS) a Rumanía, que implica la adquisición de 32 aviones de combate F-35A Lightning II Joint Strike Fighter, junto con equipo complementario. La operación tiene un valor estimado de 7.200 millones de dólares, convirtiéndose en una de las mayores inversiones de defensa en la historia del país.
Esta compra forma parte de la estrategia de Rumanía para modernizar su fuerza aérea y fortalecer su capacidad de respuesta ante amenazas de seguridad actuales y futuras, especialmente en la región estratégica del mar Negro. El paquete incluye 32 aviones F-35A, 33 motores Pratt & Whitney F135-PW-100 (32 instalados y 1 de repuesto), y un amplio conjunto de equipos asociados.
El F-35A es la versión de despegue y aterrizaje convencionales (CTOL) del F-35 Lightning II, un caza furtivo multipropósito que se ha consolidado como una pieza clave en las fuerzas aéreas modernas, en particular dentro de la OTAN. Las avanzadas capacidades del F-35A, como su diseño furtivo, integración superior de sensores y funciones de guerra electrónica, reforzarán significativamente las defensas aéreas de Rumanía.
La decisión de adquirir estos cazas se enmarca dentro de un plan más amplio del gobierno rumano para mejorar sus capacidades militares. Rumanía pretende adquirir un total de 48 aviones F-35 en dos fases. La primera fase, que incluye la compra de 32 unidades, ya ha sido aprobada por el Parlamento rumano, con un coste estimado de 6.500 millones de dólares. Esta primera entrega está prevista para 2031, lo que refleja el compromiso a largo plazo del país con la modernización de sus fuerzas armadas.
La segunda fase, que cubrirá la compra de 16 cazas adicionales, se espera que ocurra tras la finalización de la primera etapa. Este enfoque escalonado permite a Rumanía gestionar los retos financieros y logísticos de una modernización tan importante, sin perder de vista sus objetivos de defensa.
Además de fortalecer la defensa nacional, la incorporación del F-35A representa un avance significativo para la OTAN. Rumanía, como uno de los principales aliados de la OTAN en la región del mar Negro, juega un papel esencial en la promoción de la estabilidad regional, especialmente ante el creciente clima de tensiones. El F-35A, con su capacidad de operar dentro de los sistemas de defensa aérea integrados de la OTAN, mejorará la interoperabilidad entre las fuerzas de la alianza, permitiendo el intercambio de datos y la coordinación en tiempo real, aspectos clave para la defensa colectiva.
El contrato también incluye sistemas de comunicaciones seguras, herramientas de navegación precisa, equipos criptográficos, misiles, municiones y apoyo logístico, además de entrenamiento y piezas de repuesto para asegurar el mantenimiento a largo plazo de las aeronaves y sus sistemas.
Lockheed Martin Aeronautics, con sede en Fort Worth, Texas, será el principal contratista del F-35A. Considerado el avión de combate más avanzado del mundo, es utilizado por Estados Unidos y varios de sus aliados, como el Reino Unido, Japón e Israel, para mantener la superioridad aérea en las próximas décadas. El programa F-35 está diseñado para operar al menos hasta el año 2080, lo que lo convierte en un componente esencial de las futuras estrategias de combate aéreo.
Además de Lockheed Martin, otras empresas de defensa de primer nivel, como Northrop Grumman y BAE Systems, participan en el programa F-35. Northrop Grumman es responsable del radar y la aviónica avanzada del avión, mientras que BAE Systems aporta sistemas de control de vuelo y guerra electrónica.
El gobierno de Estados Unidos, a través del programa FMS, brindará apoyo continuo a Rumanía durante la integración del F-35A en su fuerza aérea. Además, asistirá en la construcción de instalaciones para albergar y mantener estos aviones, y apoyará en la logística necesaria para su transporte, traslado y reabastecimiento durante el proceso de entrega.