En reacción a los movimientos de la OTAN, Rusia contempla establecer una innovadora base naval en el lago Ladoga, orientada a operaciones con pequeños buques lanzamisiles.
Las autoridades de Rusia han anunciado planes para la creación de una base naval compacta en zonas internas del país. Esta estrategia surge como una respuesta calculada a la creciente presencia de la OTAN, siendo el lago Ladoga un lugar potencial para desplegar pequeños buques lanzamisiles, según informó el medio “Izvestia”.
Fuentes internas del departamento militar comunicaron a “Izvestia” que el Ministerio de Defensa está en una fase avanzada de un meticuloso estudio. Este tiene el objetivo de evaluar la factibilidad de anclar navíos y realizar maniobras militares en dicho lago.
Las investigaciones detalladas han llevado a la conclusión de que es viable la operación de una flotilla de buques lanzamisiles en el lago Ladoga. Expertos militares opinan que este enfoque podría constituir una defensa efectiva contra la incursión de la OTAN en el noroeste, permitiendo una supervisión constante de movimientos en Finlandia, Suecia y Estonia.
Dmitry Boltenkov, un reconocido historiador militar, argumenta que la posible integración de Finlandia y Suecia en la OTAN justifica una reacción técnico-militar. En una declaración a Izvestia, mencionó: “El lago Ladoga, de amplias dimensiones, ya fue base de la flotilla Ladoga durante la Gran Guerra Patria, sirviendo posteriormente a distintas fuerzas. Utilizar los Bujans y los Karakurts para contrarrestar a la OTAN es una estrategia lógica, dada la limitada información que posee la inteligencia de la alianza sobre esta área, en contraste con las bases del Báltico.”
El Karakurt emerge como el buque de asalto central en los planes expansivos de la Armada rusa, con el Mytishti, Sovetsk, y Odintsovo ya integrados en la flota. Se anticipa la construcción de 18 unidades en total. Por otro lado, los navíos misileros del proyecto Buyan-M, con un desplazamiento de 850 toneladas, fueron inicialmente ideados para custodiar la zona económica marítima rusa.
No obstante, el propósito de estos navíos ha evolucionado. Actualmente, hay diez buques activos, distribuidos entre la Flota del Báltico y la Flota del Caspio, y otros cuatro destinados al mar Negro.
El lago Ladoga, emplazado en la República de Carelia y el óblast de Leningrado, cerca de San Petersburgo, ostenta el título del lago más grande de Europa. A nivel nacional, solo es superado por el lago Baikal, clasificándose como la 14.ª masa de agua dulce más grande del mundo, comparable en magnitud al lago Ontario. Intrigantemente, el lago Ladoga da nombre a un lago de metano en Titán, una luna de Saturno.
Abarcando 17.700 km² y sin contar sus islas, el lago Ladoga sobrepasa en tamaño a Kuwait. Se extiende 219 km de longitud y 83 km de ancho promedio, con una profundidad media de 47 m, alcanzando hasta 230 m en ciertas áreas del noroeste. La cuenca del lago, que cubre 276.000 km² y contiene un volumen de 837 km², alberga aproximadamente 660 islas que cubren 435 km². El lago Ladoga se sitúa a 5 m sobre el nivel del mar, incluyendo el renombrado archipiélago de Valaam, Kilpola y Konevets en su sector noroeste.
El istmo de Carelia separa al lago Ladoga del mar Báltico, mientras que sus aguas desembocan en el golfo de Finlandia a través del río Neva. Este lago es crucial en la vía navegable Volga-Báltico, proporcionando una conexión directa entre el mar Báltico y el río Volga gracias al canal del Ladoga que rodea su parte sur, vinculando el Neva con el Svir.
En el vasto ecosistema del lago Ladoga, encontramos cerca de 50.000 lagos menores y 3.500 ríos que superan los 10 km, suministrando el 85 % del agua del lago, complementado por un 13 % de precipitaciones y un marginal 2 % de aguas subterráneas.
Si Rusia opta por estacionar barcos lanzamisiles en el lago Ladoga, es vital reconocer su ubicación estratégica en el noroeste ruso, colindante con las fronteras de países clave como Estonia, Finlandia y Suecia.
Los misiles de crucero rusos, específicamente los misiles Kalibr y Oniks, emergen como amenazas potenciales que podrían alcanzar Tallin, Helsinki y Estocolmo. El Kalibr, identificado como SS-N-30 por la OTAN, posee un alcance de 1.500 kilómetros, suficiente para impactar estas capitales si se lanza desde Ladoga. En contraste, el Oniks, o Yakhont, con sus 300 kilómetros, podría no ser una amenaza para Estocolmo, pero sí para Tallin y Helsinki.
Rusia cuenta con otros misiles que podrían fortalecer su posición en Ladoga, como el Kh-101, con una capacidad de 4.500 kilómetros, capaz de atacar objetivos distantes, aunque se diseñó para incursiones de largo alcance. El Kh-35, aunque con un alcance más limitado de 130 kilómetros, representa una amenaza directa para Tallin y Helsinki.
El posible estacionamiento de embarcaciones lanzamisiles en Ladoga es un movimiento con significativas consecuencias geopolíticas. Esta estrategia militar ampliaría notablemente la presencia de Rusia en la región, suscitando posibles fricciones con estados limítrofes.
La habilidad de los misiles de crucero rusos para impactar Tallin, Helsinki y Estocolmo desde el lago Ladoga enfatiza la relevancia estratégica de estas metrópolis y el efecto dominó que cualquier operativo militar podría desencadenar en el área.