Canales prorrusos de Telegram difundieron un vídeo en el que personal ruso opera en el frente ucraniano un láser móvil que varios medios señalan como el “Silent Hunter”, un sistema chino de energía dirigida para neutralizar drones. La publicación coincidió con una nota de Moscú sobre pruebas de nuevos láseres.
En ese comunicado, el Gobierno ruso señaló que los sistemas se destinan a frenar drones y que su integración forma parte, según la propia nota, de la construcción de una “red universal de defensa antiaérea”. Moscú presentó los ensayos como pruebas a gran escala de equipos recién desarrollados.
El metraje circula como una sucesión de cortes. Primero aparece un vehículo tapado con malla de camuflaje; después se ven el puesto del operador, mandos e indicadores, y la preparación de sensores. Más tarde surgen pantallas con la interfaz de guiado sobre blancos aéreos en acción.
El vídeo también muestra restos ennegrecidos de aparatos que la publicación atribuye a derribos del láser. En una descripción adjunta, el sistema figura como dotación de una unidad móvil de defensa antiaérea. Los canales lo presentan como respuesta a la presión de drones sobre posiciones y retaguardias.
El “Silent Hunter” integra la oferta china de energía dirigida que Pekín ha mostrado para exportación en ferias militares. Según documentación citada por la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EE. UU.-China, el diseño se apoya en un láser de fibra óptica de alta potencia.
Un informe de Jane’s (IHS Markit) preparado para esa comisión sitúa la presentación del “Silent Hunter” por Poly Technologies en la feria IDEX de Abu Dabi en febrero de 2017. El texto lo describe como evolución del “Low-Altitude Laser Defending System” (LASS), mostrado en 2016.
Esa caracterización atribuye al sistema una potencia anunciada entre 30 y 100 kilovatios. También menciona variantes fija y móvil, aunque ambas exigen un módulo de generación eléctrica del tamaño aproximado de un camión mediano, además de la unidad del láser. El conjunto se destina a defensa de punto.
El mismo documento recoge afirmaciones comerciales de Poly Technologies sobre perforación de acero. Cita la opción de cortar varias capas de placas de 2 milímetros a unos 800 metros, o de 5 milímetros a 1 kilómetro. Esos datos aparecen como parte de la demostración del equipo.
El antecedente LASS responde a la misma lógica de defensa cercana. Un trabajo de Richard D. Fisher Jr. para la Comisión EE. UU.-China indica que Poly asignó al LASS 30 kilovatios y un alcance de hasta 4 kilómetros a ese nivel de potencia, con foco en enjambres de drones livianos.
Ese análisis ubica al “Silent Hunter” como un paso posterior en el catálogo de la empresa. Mantiene el énfasis en amenazas de baja cota y en objetivos de tamaño reducido, con una arquitectura de energía dirigida similar. La documentación usa ese marco para explicar el salto entre ambos productos.
Los límites de láseres dependen de la línea de visión y de la interacción del haz con el entorno. Jane’s destaca requisitos de captura y almacenamiento de energía, el volumen del conjunto y la dificultad de actuar con meteorología adversa, que baja la visibilidad y altera el trayecto del haz.
En paralelo, los documentos resaltan el atractivo táctico de la energía dirigida. Hablan de “profundidad de cargador” ligada al suministro eléctrico y de un coste por disparo asociado al consumo de energía. Ese esquema contrasta con el gasto de municiones cinéticas en defensas tradicionales antiaéreas.
Las imágenes atribuidas a Rusia surgen en un conflicto con uso de drones en ambos bandos. En un comunicado del 13 de junio de 2025, Moscú afirmó que ensayó sistemas láser contra drones y bajo meteorología; dijo que los resultados permitirán ajustar modelos y pasar a producción en serie.
Reuters encuadró esa declaración en la campaña ucraniana de ataques con drones contra objetivos en profundidad dentro de Rusia. El despacho citó golpes contra depósitos de combustible, refinerías y aeródromos, y señaló que esas incursiones elevaron la presión sobre la defensa antiaérea rusa y su infraestructura energética.
En Ucrania, mandos militares vinculan los láseres a la defensa contra drones y municiones merodeadoras. El 16 de diciembre de 2024, el coronel Vadym Sukharvehículos eléctricoskyi afirmó que su país tiene un láser para abatir blancos a más de 2 kilómetros de altitud y que se llama “Tryzub”.
En marzo de 2025, Defense News informó que Sukharvehículos eléctricoskyi retomó el tema en entrevistas. Asoció el empleo del “Tryzub” a la amenaza de drones de baja cota, incluidos aparatos del tipo Shahed. El medio lo conectó con un esfuerzo por introducir defensa antiaérea de menor coste para resistir oleadas.
La discusión sobre láseres como contramedida también incluye proyectos aliados. Reuters señaló en diciembre de 2024 que, en abril de ese año, el ministro británico de Defensa Grant Shapps afirmó que el láser “DragonFire”, previsto para 2027, ofrece empleo potencial en Ucrania contra drones rusos, dentro de la ayuda occidental para reforzar la defensa antiaérea frente a ataques.
En septiembre de 2025, Reuters citó documentos y testimonios de funcionarios de seguridad europeos: especialistas chinos en drones viajaron a Rusia y realizaron trabajo técnico en IEMZ Kupol, una empresa estatal bajo sanciones. El reportaje presentó ese movimiento como parte de una cooperación vinculada al sector de aeronaves no tripuladas.
El reportaje mencionó envíos de drones chinos mediante un intermediario ruso sancionado. El Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que no conocía esa colaboración y reiteró que Pekín no entrega armas letales a las partes. Añadió que aplica controles a los artículos de doble uso, incluidos los drones.
