Las tropas ucranianas resisten en dos ciudades del este y se preparan para recuperar Kherson en el sur. Mientras los bombardeos rusos continúan con toda su intensidad, los servicios de inteligencia ucranianos sugieren que Moscú se ha quedado sin misiles y está recurriendo a la munición iraní para mantenerse a flote en la guerra en curso.
Kyrylo Budanov, jefe de la Dirección de Inteligencia de Defensa de Ucrania, anunció recientemente que Rusia se está quedando peligrosamente sin misiles que podría utilizar para atacar el interior de Ucrania. Habló en una entrevista con el diario ucraniano Pravda.
Budanov dijo que Rusia tiene un suministro listo de drones iraníes “Shahed”, los drones kamikaze ampliamente utilizados. Sin embargo, añadió que Rusia los está comprando en grandes cantidades ya que sus inventarios de misiles están “casi agotados”. El anuncio se produce cuando Rusia asola Ucrania con ataques de misiles y drones.
Según Budanov, sólo el 13% de los misiles Iskander, el 43% de los misiles Kalibr-PL y Kalibr-NK, y el 45% de los misiles Kh-101 y Kh-555 siguen siendo operativos.
El Jefe de Inteligencia dijo a Pravda que Rusia se vio obligada a desplegar drones iraníes porque carecía de misiles y no podía dispararlos con eficacia y precisión.
Esta es potencialmente la razón, citada por Budanov, por la que los drones iraníes han sido utilizados por Rusia en masa. Budanov también declaró que una entrega única de lotes de Irán es de unas 300 unidades, y hasta ahora se han utilizado casi 330 contra Ucrania.
Budanov declaró además en la entrevista que Rusia está desplegando actualmente su segundo lote de drones suicidas iraníes.
Según funcionarios de la inteligencia ucraniana, Rusia ha comprado a Irán 1.700 drones de diferentes tipos, pero la mayoría aún no han sido producidos ni entregados.
El presidente ucraniano afirmó que Rusia compró unos 2.400 drones a Irán. Estas afirmaciones no han podido ser verificadas de forma independiente.
Un informe de inteligencia elaborado por funcionarios estadounidenses y ucranianos afirmaba que Irán estaba preparado para enviar a Rusia misiles balísticos tácticos de corto alcance Fateh-110 y Zolfaghar.
Según los expertos militares occidentales, las sanciones están restringiendo a Rusia la compra de componentes vitales de sistemas de armas microelectrónicas, lo que limita gravemente la capacidad de Rusia para producir misiles de crucero y balísticos.
Todo el mundo se ha quedado sin municiones
El 25 de octubre, un portavoz del Pentágono afirmó que Rusia estaba utilizando misiles de crucero de largo alcance disparados desde buques del Mar Negro para atacar objetivos civiles en Ucrania. Debido a su largo alcance, estos misiles resultan útiles para atacar objetivos en lo más profundo del territorio ucraniano.
Los misiles Kalibr que se han lanzado constantemente desde el Mar Negro han provocado un invierno anticipado en el asediado país, en detrimento absoluto del pueblo ucraniano.
Anteriormente, una investigación de Bellingcat había revelado que el mayor ataque coordinado de misiles contra objetivos ucranianos por parte de las fuerzas rusas desde el comienzo de la invasión se realizó con Kalibrs.
Los buques de superficie de la Armada rusa, como las fragatas de la clase Grigorovich y las cuatro corbetas Buyan-M, pueden lanzar misiles de crucero de la clase Kalibr. Además, los seis submarinos de ataque diesel-eléctricos de la clase Kilo que pueden disparar los misiles se han retirado aparentemente.
En un hecho injustificado, Rusia ha retirado sus porta misiles submarinos del Mar Negro, lo que ha alimentado las especulaciones de que los misiles Kalibr están a punto de agotarse. Sin embargo, los buques de superficie siguen presentes en el lugar y están en condiciones de disparar misiles contra Ucrania.
Mientras que los ucranianos sostienen que los rusos están a punto de agotar sus arsenales de misiles, la otra escuela de pensamiento sugiere que Moscú ha cambiado de táctica para utilizar sus caros y avanzados misiles con racionalidad.
Sus misiles de crucero pasarían por el disputado espacio aéreo ucraniano, constantemente vigilado por medios ISR estadounidenses como los E-3 Sentry AWACS y las versiones RC-135. Por lo tanto, Rusia está recurriendo a drones rentables y prescindibles para evitar que sus misiles de crucero sean derribados por los sistemas de defensa antimisiles IRIS-T, ya operativos, y NASAMS, que lo serán próximamente.
Además de la compra de drones iraníes de todo tipo, los misiles balísticos iraníes podrían ayudar a Rusia, ya que no existe ninguna defensa operativa contra los misiles balísticos proporcionada por NASAMS e IRIS-5. Estos misiles iraníes son supuestamente más asequibles que los propios misiles Iskander de Rusia, como ya señaló EurAsian Times.
Además, dado que la guerra lleva ya ocho meses, es evidente que ambas partes han gastado una gran parte de su arsenal. Por ejemplo, se ha enviado a Ucrania casi un tercio de los misiles antitanque Javelin de Estados Unidos, que podrían tardar años en reponerse.
Además, en lo que respecta a los obuses, Estados Unidos ha entregado cerca de un millón y medio de proyectiles a Ucrania, lo que probablemente se acerque al límite que Estados Unidos está dispuesto a ofrecer sin perjudicar sus capacidades bélicas.
El arma que cambia el juego, el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, o HIMARS, también está escaseando con cada entrega.