El 19 de diciembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, acordaron finalmente una amplia variedad de asuntos militares y económicos durante el primer viaje de Putin a Bielorrusia en más de tres años.
La agencia oficial de noticias bielorrusa BelTA informó de que el acuerdo entre ambos países incluye también la formación de pilotos bielorrusos para pilotar aviones de combate con “cabezas nucleares especiales”.
El presidente ruso afirmó que Estados Unidos lleva décadas aplicando medidas similares con sus aliados de la OTAN.
A principios de año, Rusia y Bielorrusia anunciaron una propuesta para modificar los Su-24 bielorrusos y dotarlos de capacidad nuclear. Según Lukashenko, instructores rusos han estado formando a pilotos bielorrusos para pilotar los aviones modificados, que pueden llevar ojivas especiales, en referencia a las armas nucleares.
Lukashenko agradeció a Putin el suministro a sus tropas de misiles de corto alcance Iskander y sistemas de defensa antiaérea S-400. También declaró que ambos países habían acordado seguir realizando ejercicios militares conjuntos.
“Hoy hemos puesto en servicio un complejo [de misiles de defensa antiaérea] S-400 que usted ha entregado a Bielorrusia. Y lo que es más importante, el complejo Iskander, que ustedes también nos han entregado tras prometérnoslo hace medio año”, declaró Lukashenko, según BelTa.
El 19 de diciembre, los dos líderes abordaron también el desarrollo de un espacio defensivo común y la seguridad y cooperación en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).
Putin declaró que se están desarrollando planes militares coordinados en el Estado de la Unión de Bielorrusia y Rusia y que la fuerza militar regional está activa, informó BelTA.
Las fuerzas armadas bielorrusas y rusas están llevando a cabo un entrenamiento de combate en territorio bielorruso. Se ha desarrollado y está operativo un sistema cooperativo de defensa antiaérea.
El Presidente ruso también señaló que las partes llegaron al entendimiento de que seguirían colaborando para tomar todas las medidas necesarias para garantizar una seguridad adecuada, dar prioridad al adiestramiento de las tropas y a la mejora de su preparación para el combate, y continuar con la práctica de ejercicios militares conjuntos rutinarios y envíos mutuos de armas.
Lukashenko, por su parte, necesita apoyo para la difícil economía de su país. La visita de Putin a Minsk fue inusual porque normalmente recibe a Lukashenko en Rusia.
Según los analistas, el gobierno ruso podría solicitar ayuda militar a Bielorrusia para sus actividades en Ucrania.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un think tank con sede en Washington, afirma que es improbable que se produzca un ataque ruso de envergadura a corto plazo debido a las condiciones invernales y al agotamiento de las reservas de recursos de Rusia.
La misión de Putin a Minsk suscita inquietud
El comandante del ejército ucraniano, el general Valeriy Zaluzhny, alertó la semana pasada sobre una posible nueva invasión rusa desde Bielorrusia.
Sin embargo, los oficiales estadounidenses han rechazado esa idea por varias razones, entre ellas el hecho de que casi diez meses de asalto total a Ucrania han agotado sin duda las tropas, el equipo y la munición necesarios de Rusia.
Rusia ha atacado ciudades ucranianas desde Bielorrusia con aviones pilotados y operaciones de drones durante todo el conflicto. Sin embargo, Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, desmintió los temores de que Putin y Lukashenko estuvieran preparando una nueva embestida militar desde Bielorrusia el lunes.
En respuesta a las afirmaciones de Zaluzhny de que Moscú y Minsk planeaban una operación coordinada, Peskov le dijo que “descansara”, según el canal de Telegram del medio de comunicación oficial estatal ruso.
Horas antes de la visita de Putin para ver a su estrecho aliado Lukashenko, Rusia llevó a cabo una nueva ronda de ataques con aviones no tripulados contra Ucrania, golpeando la infraestructura eléctrica de la capital.
El Ministerio de Defensa ucraniano informó de que Rusia desplegó 35 drones Shahed-136 y Shahed-131 desde la parte oriental del mar de Azov y que 30 de ellos fueron derribados por sistemas de defensa antiaérea, aviones de combate y unidades móviles de fuego.
Aunque Ucrania afirma con frecuencia que ha derribado drones, algunos de ellos podrían seguir interrumpiendo el suministro eléctrico. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, anunció en su canal de Telegram el 19 de diciembre que, tras los ataques matutinos de Moscú contra la capital y los daños sufridos por las instalaciones de infraestructura, el personal de los servicios públicos ya había restablecido la funcionalidad de la mayoría de las calderas.
“Alrededor del 3% de los consumidores siguen sin calefacción. El sistema de suministro de agua de la capital funciona con normalidad”, añadió Klitschko. Funcionarios ucranianos afirmaron recientemente que la Federación Rusa ha reanudado los ataques contra Ucrania con drones kamikazes iraníes Shahed, debido a un nuevo lote, pero los despliega de forma más selectiva.