Las fuerzas armadas rusas han incorporado recientemente a su arsenal una novedosa plataforma no tripulada polivalente, centrada principalmente en el ámbito militar. Aunque su diseño externo pueda parecer simple, el aparato, conocido coloquialmente como “Cincel” o “Zubilo” en su designación rusa, alberga capacidades más allá de su apariencia inicial, prometiendo futuras revelaciones sobre su verdadera naturaleza y potencial.
Desde la oficina de comunicación de JSC Remdizel se ha anunciado que varias unidades militares se encuentran en fase de preparación para recibir el Cincel en abril, un acontecimiento que genera expectación debido a la ansiedad por explorar sus capacidades.
Especialmente entusiasmados con la llegada de esta plataforma están los zapadores, las unidades de reconocimiento y las tropas de asalto, que, dado el carácter confidencial y crítico de sus misiones, esperan con impaciencia su despliegue. Mediante la evaluación en condiciones operativas reales, sus observaciones serán clave para el perfeccionamiento y la mejora de las futuras variantes producidas por el fabricante.
El Cincel se distingue por su adaptabilidad y versatilidad, apartándose de las funciones convencionales asignadas a la maquinaria militar. Al no ser estrictamente clasificable como un APC, un robot o un dron militar convencional, se caracteriza por su capacidad de ser una base modular para la incorporación de componentes específicos que satisfagan las demandas particulares de las unidades combatientes.
Este enfoque representa un avance significativo con respecto a las prácticas militares rusas anteriores, que se limitaban a la modificación de vehículos blindados existentes con sistemas de control remoto y al desarrollo de drones terrestres de menor escala. Con la introducción del Zubilo, las fuerzas rusas acceden a vehículos diseñados explícitamente para sus necesidades, estableciéndolos como verdaderas herramientas militares multifuncionales.
La configuración básica del Zubilo incluye un motor de 350 CV, capaz de alcanzar velocidades de hasta 100 km/h en terreno pavimentado y de superar pendientes de 30 grados en condiciones todoterreno, lo que subraya su capacidad para adaptarse a diversos retos operativos y superarlos.
Capacidades ampliadas de Zubilo: Más que un simple UAV
El robusto diseño del Zubilo, con un peso de 16 toneladas atribuible a su blindaje reforzado, le permite transportar hasta casi 3 toneladas. Esta capacidad de carga útil, sin embargo, es adaptable y puede verse influida por la adición de módulos de combate que, dependiendo de su configuración, pueden modificar la capacidad de carga útil. Esta flexibilidad es vital, especialmente en el dinamismo del campo de batalla, donde la capacidad de adaptarse rápidamente puede ser decisiva.
La resistencia de su blindaje es notable, capaz de soportar impactos directos de proyectiles de hasta 30 mm en su parte frontal. A pesar de esta robustez y de su proceso de fabricación económico y eficiente, el núcleo del Zubilo está compuesto por componentes estándar de Kamaz, lo que asegura una integración perfecta con los elementos de producción en serie y garantiza un apoyo logístico excepcional, una ventaja crucial desde el punto de vista del diseño.
Una de las funciones más críticas de cualquier dron militar, incluido el Zubilo, es la capacidad de realizar misiones de impacto directo, aunque estas no siempre se traducen en la destrucción total del objetivo. En muchos casos, es posible recuperar o reutilizar partes del dron tras el impacto, una flexibilidad que el Zubilo maneja con eficacia.
La operación a distancia del Zubilo desafía las complejidades asociadas al control remoto, particularmente bajo el alcance limitado de las comunicaciones efectivas, normalmente restringidas a 10 km, y aún más en entornos de guerra electrónica. Los diseñadores del Zubilo han abordado esta limitación aplicando soluciones innovadoras, incluidos sistemas de control alternativos que no dependen exclusivamente de señales de radio.
Una de estas soluciones innovadoras incluye la transmisión de señales a través de un minidrone lanzado desde el propio Zubilo, utilizando tecnologías como rayos láser, vibraciones acústicas o incluso conexiones por cable, ampliando significativamente las capacidades de comunicación y control.
Además, el Zubilo destaca por su capacidad para servir de estación de acoplamiento a otros drones de combate, proporcionando no solo protección con su robusto blindaje, sino también apoyo energético. Esto es posible gracias a su capacidad para transportar y utilizar baterías de gran tamaño, que pueden recargar drones más pequeños directamente en el campo de batalla, lo que permite prolongar las operaciones de reconocimiento sin necesidad de regresar a la base para realizar recargas frecuentes, optimizando así la eficiencia y eficacia de las operaciones de los UAV.
Reabastecimiento táctico sobre el terreno: Una revolución para los UAV
Considere esta innovación como una versión en tierra del reabastecimiento aéreo en vuelo, que representa un gran salto en términos de seguridad y eficiencia operativa para las fuerzas en primera línea de combate.
Aunque el debut del Zubilo en escenarios de combate aún está pendiente, se prevé que no será el único activo del arsenal del Ministerio de Defensa ruso que marque un hito en la vanguardia tecnológica. El desarrollo ruso de maquinaria bélica autónoma, que muestra similitudes o, en algunos casos, podría considerarse una réplica del THeMIS estonio, ha ido acumulando una valiosa experiencia en el teatro de operaciones real, especialmente en el contexto de los conflictos en Ucrania.
Informes recientes, corroborados por fuentes rusas a través de Telegram, indican que el ejército ruso ha comenzado a desplegar robots terrestres específicamente diseñados para facilitar la evacuación de heridos del frente. Una impactante imagen muestra a uno de estos robots, caracterizado por su sistema de doble oruga, avanzando hábilmente por un terreno fangoso de la línea del frente.
En el corazón de esta unidad robótica hay un “compartimento ambulatorio” específico diseñado para transportar a un soldado herido, lo que ilustra un momento crítico y humanitario de la guerra. Aún no se han revelado detalles concretos sobre la procedencia o el momento exacto de la implantación de este robot.
Lo que está claro es que los diseñadores rusos no se han limitado a un único concepto en su afán por innovar en el campo de los vehículos robóticos, optando por una variedad de prototipos que se inclinan por el uso de sistemas de propulsión sobre ruedas en lugar de los tradicionales sistemas de orugas.
Esta tendencia sugiere una profunda reflexión sobre la eficacia y versatilidad de los vehículos robóticos en el teatro de operaciones, evidenciando una clara influencia del diseño estonio THeMIS, no solo en su arquitectura básica, sino también en sus características estéticas y funcionales.
Sistema “Volnorez”: Escudo electrónico contra drones FPV
El modelo ruso adaptado del THeMIS destaca no solo por su funcionalidad física, sino también por la incorporación de un avanzado sistema de guerra electrónica bautizado como “Volnorez”. Diseñado para neutralizar la amenaza de los drones FPV, Volnorez se perfila como una solución estratégica en el campo de batalla, especialmente relevante en contextos donde el riesgo de ataques con drones es elevado.
Pruebas fotográficas publicadas en noviembre revelaron la integración de estos sistemas de guerra electrónica en el arsenal militar ruso, destacando su despliegue en zonas de alta tensión, como los territorios ocupados de Ucrania.
La eficacia de Volnorez radica en su capacidad para generar una barrera protectora alrededor del vehículo sobre el que va montado, en este caso, un tanque. Esta barrera impide que los drones, incluidos los modelos FPV, ejecuten órdenes o realicen transmisiones de datos, cegándolos esencialmente en el entorno operativo.
Fuentes rusas indican que Volnorez tiene capacidad para operar en un espectro de frecuencias que va de 900 a 2000 MHz, lo que permite neutralizar las señales de los drones en un perímetro superior a 600 metros. Este alcance garantiza una zona temporal de exclusión aérea alrededor del tanque, mejorando drásticamente su defensa contra la vigilancia y los ataques aéreos no tripulados.
Más allá de la mera interrupción de la señal, el sistema Volnorez ofrece una cobertura omnidireccional de 360°, lo que significa una protección total contra cualquier dron que intente penetrar en su esfera de influencia. Esta característica subraya la importancia de los sistemas de guerra electrónica en la modernización de las defensas contra la creciente amenaza de los drones en los teatros de operaciones militares, marcando un punto de inflexión en la estrategia defensiva contra la guerra aérea no tripulada.