El portaaviones Almirante Kuznetsov, único en la flota rusa, ha enfrentado numerosos problemas y sigue fuera de servicio, lo que afecta gravemente la capacidad de proyección del poder naval de Rusia.
En medio de los actuales desafíos, incluida la guerra en Ucrania, algunos miembros del Kremlin han sugerido la posibilidad de recomprar el Liaoning, un portaaviones de diseño soviético vendido a China en la década de 1990 y que ahora es una pieza clave en la Armada del Ejército Popular de Liberación.
Desde 2017, el Almirante Kuznetsov ha estado bajo escrutinio tras su atraque. Desde su entrada en servicio en la Armada Soviética, el buque ha enfrentado una serie de contratiempos y accidentes que lo han dejado prácticamente inoperativo.
Aunque Moscú mantiene su invasión de Ucrania, que ya lleva dos años, su capacidad para proyectar poder está seriamente limitada debido al estado del Kuznetsov. Para abordar esta situación, algunos en el Kremlin proponen recomprar el portaaviones soviético que Ucrania vendió a China.
Según medios estatales, el líder del Partido Liberal Democrático de Rusia, un grupo ultranacionalista que apoya la invasión de Ucrania, señaló hace meses: “El portaaviones inacabado Varyag fue entregado a Ucrania y luego vendido a China para convertirlo en un casino. Tras recibir el barco, China completó su construcción y lo renombró como Liaoning. Originalmente, el buque estaba destinado a ser uno de los principales navíos de la URSS”.
Durante la Guerra Fría, se botó el portaaviones Riga, de la clase Kuznetsov, antes de ser rebautizado como Varyag. Este buque formaba parte del esfuerzo de la Unión Soviética por modernizar su flota naval. Sin embargo, tras el colapso de la URSS en 1991, el Varyag nunca se completó y Ucrania lo puso en venta.
En la década de 1990, oficiales del EPL se acercaron a Xu Zengping, un exjugador de baloncesto del EPL, para comprar el portaaviones bajo su nombre, haciendo parecer que se usaría como casino. Este plan formaba parte de la estrategia china para evitar alertar a EE. UU. sobre sus intenciones de modernizar su flota. Zengping adquirió el portaaviones por 20 millones de dólares, un precio muy bajo.
El renovado Liaoning fue puesto en servicio por la Armada del Ejército Popular de Liberación en 2012, designado como Tipo 001. En 2016, el buque estaba listo para el combate, equipado con el radar de matriz de barrido electrónico activo Tipo 348 y el radar Sea Eagles, como parte de su transformación.
Desde 2012, el Liaoning ha permanecido en servicio activo en la PLAN, y China no ha mostrado interés en las propuestas de los legisladores rusos sobre la recompra del portaaviones.
La inusual idea de recomprar el Liaoning surge en un contexto en el que Rusia sigue su invasión de Ucrania. La Flota del mar Negro de Rusia ha jugado un papel crucial en los ataques marítimos contra Ucrania, destacando la importancia estratégica de un portaaviones operativo en la región. Kiev, por su parte, ha intensificado sus ataques contra la Flota del mar Negro en Crimea y Sebastopol, lo que ha aumentado la vulnerabilidad naval de Moscú.
Actualmente, Rusia depende exclusivamente del Almirante Kuznetsov, un buque que no ha demostrado ser fiable y que lleva años fuera de servicio. El portaaviones, de 60.000 toneladas, ha sufrido múltiples incendios, fallos de motor, accidentes en astilleros y problemas durante su despliegue desde su lanzamiento en los años 80.
En su primera misión en Siria en 2016, dos cazas rusos se perdieron debido a defectos en los cables de detención que no aseguraron su aterrizaje en la cubierta. Dos años más tarde, una grúa flotante cayó sobre la cubierta del portaaviones, causando un gran agujero. En 2019, un accidente de soldadura provocó un incendio que dejó varios heridos. Desde entonces, el Kuznetsov ha quedado relegado a tareas de muelle, sometiéndose a constantes reparaciones.
En 2023, medios ucranianos informaron que el Kuznetsov estaba en tan mal estado que no podía moverse ni ser remolcado. Según informes de RBC-Ucrania, “las estructuras metálicas debajo de la tercera cubierta mostraban una corrosión significativa”.
Además, “las bodegas estaban completamente llenas de agua fangosa, lo que hacía imposible examinar el interior del barco en detalle”. Aunque Rusia afirma que el Kuznetsov volverá a estar operativo este año, es poco probable que esto ocurra.
Rusia ha intentado mejorar su historial en la construcción de portaaviones. En 2019, la agencia TASS informó que ingenieros rusos estaban trabajando en el desarrollo de un nuevo portaaviones de propulsión nuclear.
Se esperaba que la presentación oficial se hiciera el año pasado, pero la invasión de Ucrania ha retrasado el proceso. Con Moscú consumiendo rápidamente sus recursos y finanzas, parece improbable que un portaaviones nuclear se presente en la próxima década.
Por esta razón, algunos funcionarios del Kremlin ven como una solución rápida la posible recompra del Liaoning. Sin embargo, esto parece ser una opción inviable.