Rusia considera desmantelar su único portaaviones, el Almirante Kuznetsov, tras haber suspendido las reparaciones por obsolescencia y múltiples incidentes.
Almirante Kuznetsov enfrenta posible desmantelamiento
La Armada rusa suspendió las reparaciones del Almirante Kuznetsov, su único portaaviones, según informes de abril de 2023. El buque, construido en 1982 y comisionado en 1991, enfrenta obsolescencia técnica. Incidentes como incendios, accidentes aéreos y daños estructurales acumulados desde 2009 dificultan su mantenimiento. La falta de tripulación capacitada, estimada en 1.500 personas, impidió que el buque saliera del dique seco en Murmansk en la fecha prevista, que era febrero de 2023.
El portaaviones, parte del Proyecto 11435, sufrió percances significativos. En 2016, dos aviones, un MiG-29KUBR y un Su-33, se estrellaron durante operaciones en el Mediterráneo. En 2018, el dique seco PD-50 se hundió, y una grúa provocó daños en la cubierta. Un incendio en 2019, originado por trabajos de soldadura, afectó 600 metros cuadrados del buque. Estos eventos incrementaron los costos de reparación, calculados en 350 millones de rublos en 2020.
El Kuznetsov, diseñado como crucero portador de aviones, incorpora 12 misiles P-700 Granit para cumplir con la Convención de Montreux. Su planta de energía, de diseño antiguo, presenta fallos recurrentes. Las operaciones, cuya reanudación se había previsto para 2022, se aplazaron en reiteradas ocasiones, en parte debido a la guerra en Ucrania. En 2023, el buque no contaba con personal suficiente para operar, lo que agravó su situación.
La United Shipbuilding Corporation concluyó las reparaciones submarinas en febrero de 2023, pero el buque permanece en una zona de atraque permanente. La Armada rusa analiza la posibilidad de desmantelarlo debido a los altos costos y la antigüedad del diseño, que limita su eficacia operativa frente a tecnologías modernas como los sistemas no tripulados.
Incidentes clave del Almirante Kuznetsov
- 2009: Incendio por cortocircuito en Turquía dejó un muerto.
- 2016: MiG-29 y Su-33 se estrellaron en el Mediterráneo.
- 2018: Dique seco PD-50 se hundió; grúa dañó la cubierta.
- 2019: Incendio en Murmansk afectó 600 metros cuadrados.
Historia y diseño del portaaviones Kuznetsov
El Almirante Kuznetsov, botado en 1985, fue diseñado como crucero portador de aviones para la Armada soviética. Equipado con misiles antisuperficie P-700 Granit, el buque evitó las restricciones de la Convención de Montreux, que limita el paso de portaaviones por el Estrecho del Bósforo. Comisionado en 1991, pasó a formar parte de la Armada rusa tras la disolución de la Unión Soviética.
Su buque gemelo, el Varyag, quedó inconcluso en Ucrania tras 1991 y fue vendido a China, donde opera como el portaaviones Liaoning. El Kuznetsov, único de su clase en Rusia, es compatible con aviones como el MiG-29K y el Su-33. Sin embargo, su diseño, con una planta de energía propensa a fallos, compromete su fiabilidad operativa.
El portaaviones participó en operaciones en el Mediterráneo en 2016, en apoyo de las fuerzas rusas en Siria. Durante estas misiones, los accidentes de sus aviones pusieron en evidencia debilidades logísticas y técnicas. La OTAN siguió de cerca dichas operaciones, lo que incrementó la visibilidad de los incidentes.
La Armada rusa destinó recursos significativos al Kuznetsov, pero los costos de mantenimiento superan su utilidad estratégica. La guerra en Ucrania y la priorización de otras capacidades militares han reducido la viabilidad de continuar con las reparaciones.
Retos operativos y futuro del Kuznetsov
La falta de tripulación capacitada, reportada en 2023, impide que el Kuznetsov se encuentre en condiciones operativas. Entrenar a 1.500 personas, entre ellas especialistas en navegación y comunicaciones, requiere tiempo y recursos que Rusia destina a otras prioridades. El buque permanece en Murmansk sin que exista una fecha confirmada para retomar operaciones.
Los incidentes acumulados, como el incendio de 2009, los accidentes aéreos de 2016, el colapso del dique seco en 2018 y el incendio de 2019, evidencian problemas estructurales y deficiencias en el mantenimiento. La reparación efectuada en 2020, con un costo de 350 millones de rublos, no logró resolver las limitaciones del diseño antiguo del buque.
La Armada rusa considera que los portaaviones tradicionales, como el Kuznetsov, han perdido relevancia frente al desarrollo de sistemas robóticos y no tripulados. Los documentos estratégicos vigentes hasta 2030 recomiendan contar con un portaaviones por flota, pero las restricciones presupuestarias derivadas de la guerra en Ucrania dificultan el cumplimiento de este objetivo.
El posible desmantelamiento del Kuznetsov marcaría el fin de la aviación naval rusa a gran escala. La decisión final dependerá de factores económicos y estratégicos, aunque los desafíos técnicos y financieros hacen más probable su retiro.