La Armada rusa aceptó en servicio la corbeta Stavropol, lo que cerró la serie Buyan-M con capacidad de misiles de largo alcance.
El Stavropol ingresa a la flota del Báltico con misiles de crucero y defensa reforzada
El 28 de agosto de 2025, la Armada rusa incorporó la corbeta Stavropol del Proyecto 21631 Buyan-M a la Flota del Báltico. La ceremonia se realizó en Baltiysk, con la presencia por videoconferencia del almirante Aleksandr Moiseev. El Stavropol, duodécimo y último de su serie, se unió al patrullero Viktor Velikiy y con ello se completó el programa Buyan-M iniciado en 2014 para operaciones en aguas costeras y vías navegables interiores.
Construido en el astillero de Zelenodolsk, el Stavropol tenía el número de astillero 642 y se entregó bajo el contrato de 2016 por 27 mil millones de rublos. Su construcción comenzó el 12 de julio de 2018, se botó en junio de 2024 y se trasladó a Kronstadt para equipamiento final antes de completar pruebas de mar en diciembre de 2024. Su puesta en servicio cerró formalmente la serie de corbetas Buyan-M.
El buque posee ocho celdas de lanzamiento vertical 3S14UKSK capaces de disparar misiles Kalibr-NK, Oniks y Tsirkon, lo que permite atacar objetivos terrestres a distancias de hasta 2.500 kilómetros y blancos navales hasta 500 kilómetros. Sus sistemas defensivos incluyen un cañón A-190 de 100 mm, armamento AK-630M-2 Duet, lanzadores 3M-47 Gibka y montajes de ametralladoras de 14,5 y 7,62 mm, con radares Pozitiv-M1 y sensores infrarrojos que detectan drones y objetivos aéreos pequeños.
La corbeta desplaza 949 toneladas, mide 74,1 metros de eslora y 11 metros de manga, con un calado de 2,6 metros. Su propulsión CODAD utiliza motores diésel Kolomna 16D49 en unidades DRRA-6000 con cajas de cambio Zvezda, alcanza 25 nudos y tiene un alcance operativo de 2.500 millas náuticas a 12 nudos. La tripulación varía entre 36 y 52 personas y el casco posee acero de bajo magnetismo y blindaje parcial para el puente.
Características técnicas y operativas clave del Buyan-M Stavropol
- Posee ocho celdas de lanzamiento de misiles Kalibr-NK, Oniks y Tsirkon para ataques terrestres y navales.
- Sistemas defensivos incluyen cañón A-190, AK-630M-2 Duet y lanzadores 3M-47 Gibka para defensa antiaérea y contra drones.
- Desplaza 949 toneladas, eslora de 74,1 metros, manga de 11 metros y calado de 2,6 metros con autonomía de diez días.
Proyecto Buyan-M finaliza con doce corbetas en flotas del Caspio, Negro y Báltico
La serie Buyan-M comenzó con Grad Sviyazhsk, Uglich y Velikiy Ustyug en la Flotilla del Caspio en 2014, seguidos por Zelenyy Dol y Serpukhov en la Flota del mar Negro. Posteriormente, los barcos Vyshniy Volochyok, Orekhovo-Zuyevo, Ingushetiya y Grayvoron se sumaron entre 2018 y 2021, mientras que la Flota del Báltico recibió Grad en 2022, Naro-Fominsk en 2023 y Stavropol en 2025, lo que completó la serie de doce corbetas Buyan-M.
Los barcos Buyan-M operan en aguas costeras y vías interiores, al usar los canales Volga-Don y Moscú para redistribuirse entre flotas sin transitar aguas internacionales. Este diseño multipropósito permite el patrullaje de zonas económicas y la ejecución de ataques con misiles de crucero a larga distancia desde espacios controlados. La serie Buyan-M demostró su capacidad en operaciones en Siria y Ucrania, al emplear misiles Kalibr desde el Caspio y otros mares adyacentes.
Los primeros cinco buques recibieron motores diésel alemanes MTU 16V4000M90, los siguientes cuatro motores CHD622V20 chinos y los últimos tres, incluido Stavropol, motores Kolomna 16D49 rusos, lo que ajustó la propulsión ante sanciones extranjeras. La velocidad máxima se mantiene en 25 nudos y la autonomía de operación es de diez días, con una tripulación de entre 36 y 52 integrantes, según la configuración.
El programa Buyan-M consolidó la primera generación completa de corbetas de misiles pequeños rusas de cuarta generación. La serie permitió una presencia estratégica flexible, al operar en el Caspio, mar Negro y Báltico sin depender del tránsito por aguas internacionales. Su desempeño fue consistente en operaciones de ataque con misiles y patrullaje costero, aunque los buques presentan limitaciones en resistencia marítima y capacidad de defensa antiaérea ligera frente a amenazas modernas.
Equipamiento y capacidades de combate del Proyecto 21631 Buyan-M
El sistema de armas del Stavropol incluye cañón A-190 de 100 mm, lanzadores de misiles 3S14UKSK y sistemas de defensa de corta distancia AK-630M-2 Duet y 3M-47 Gibka. Este equipamiento permite ataques contra blancos terrestres y navales, así como la interceptación de vehículos aéreos no tripulados. Los sensores Pozitiv-M1 y los radares integrados proporcionan detección y orientación precisas para misiles y armamento defensivo.
La corbeta posee montajes de ametralladoras de 14,5 mm y 7,62 mm para defensa cercana y cuenta con espacio para operar drones de reconocimiento Orlan-10. El casco está fabricado en acero de bajo magnetismo y tiene protección blindada para puente y ventanas. Los sistemas de control de fuego permiten combinar armamento en diversas configuraciones hasta el límite de ocho celdas de misiles por buque, con lo que mantiene una capacidad ofensiva y defensiva balanceada para operaciones costeras.
El desplazamiento total del Stavropol alcanza 949 toneladas, con eslora de 74,1 metros, manga de 11 metros y calado de 2,6 metros. La propulsión CODAD permite alcanzar 25 nudos, con una autonomía de 2.500 millas náuticas a 12 nudos. La tripulación opera en condiciones protegidas gracias al blindaje parcial del puente y la disposición del sistema de armas, que integra capacidades ofensivas y defensivas en un buque de dimensiones reducidas para flotas regionales.
Los Buyan-M combinan la maniobrabilidad en vías interiores con potencia de ataque de misiles de largo alcance, lo que facilita el despliegue rápido y flexible entre el Caspio, el mar Negro y el Báltico. La serie cerró con Stavropol, el duodécimo buque, lo que marcó el cierre del programa de corbetas de misiles de cuarta generación de Rusia, el cual se destinó a consolidar la presencia estratégica en aguas costeras y fluviales, así como a garantizar el patrullaje de zonas económicas y la capacidad de proyección limitada en escenarios regionales.