El 31 de julio, Rusia anunció la tercera fase de ejercicios nucleares, que incluye el despliegue de armas nucleares no estratégicas.
Moscú refuerza su capacidad de ataque con armas nucleares no estratégicas
El pasado miércoles 31 de julio, el gobierno de Moscú anunció el inicio del despliegue de armas nucleares no estratégicas, coincidiendo con la tercera fase de los ejercicios nucleares de la Federación Rusa. Esta etapa se centra en la preparación para el uso en combate de estas armas. Durante el mes de mayo de este año, Moscú realizó un despliegue inicial de su arsenal nuclear no estratégico 2024 en el contexto de un importante ejercicio militar. La primera fase evaluó la preparación para el uso de armas nucleares, mientras que la segunda fase, llevada a cabo el mes anterior, involucró el “uso conjunto de armas nucleares”, con la participación de Bielorrusia.
Las armas nucleares no estratégicas, conocidas comúnmente como armas nucleares tácticas, están diseñadas para su empleo en el campo de batalla o en conflictos regionales de carácter limitado, en contraste con las armas de largo alcance de tipo estratégico. Rusia cuenta con una amplia gama de estas armas, que incluyen varios sistemas de lanzamiento y tipos de ojivas. Dentro de estas, se destacan las municiones lanzadas desde el aire, que son una categoría clave. Bombarderos como los Su-24M, Su-34 y Tu-22M3 tienen la capacidad de desplegar tanto bombas nucleares como misiles de crucero lanzados desde el aire, ofreciendo así flexibilidad y capacidad de respuesta rápida.
Otra categoría significativa de armas nucleares no estratégicas de Rusia es la basada en el mar. Este grupo incluye torpedos con capacidad nuclear, cargas de profundidad, y misiles antibuque y antisubmarinos. Los buques de superficie y submarinos de la Armada rusa, incluyendo los avanzados submarinos de la clase Yasen-M, están equipados para portar estas armas, lo que amplía su versatilidad operativa.
Rusia refuerza su arsenal con armas nucleares tácticas de diferentes plataformas
Los sistemas terrestres son otra pieza fundamental en el arsenal nuclear no estratégico de Rusia. Los misiles balísticos de corto alcance Iskander-M, capaces de portar ojivas nucleares, están diseñados para atacar tanto a fuerzas como infraestructuras enemigas dentro de un teatro de operaciones, proporcionando una opción de respuesta rápida. Además, Rusia ha integrado armas nucleares no estratégicas en sus sistemas de defensa aérea. Ejemplos de esto son los sistemas de misiles tierra-aire S-300 y S-400, los cuales tienen la capacidad potencial de equiparse con ojivas nucleares, lo que les permite cumplir funciones tanto de defensa aérea como de ataque nuclear táctico.
El desarrollo y mantenimiento de este tipo de armas forman una parte integral de la doctrina militar rusa. Este enfoque subraya la importancia que se le da a una capacidad nuclear que sea tanto flexible como diversificada. Al enfatizar el uso potencial de armas nucleares tácticas en una variedad de escenarios de conflicto, Rusia busca disuadir tanto amenazas convencionales como nucleares.
En el contexto de las tensiones continuas con Occidente, exacerbadas por el conflicto en Ucrania, Rusia ha advertido que ciertos movimientos de Occidente podrían llevar a la modificación de su doctrina nuclear. El 7 de junio, durante el Foro Económico Internacional en San Petersburgo, el presidente ruso, Vladimir Putin, mencionó que la doctrina nuclear rusa es un “instrumento vivo”, abierto a modificaciones según se requiera.
Posible revisión de la doctrina nuclear rusa ante amenazas externas
El conflicto en Ucrania y las tensiones con Occidente han incrementado la importancia de las armas nucleares no estratégicas para Rusia. La reciente participación del arsenal nuclear terrestre y marítimo en la tercera fase de despliegue nuclear refleja un compromiso continuo con la modernización y preparación militar. Este despliegue incluye a las fuerzas de aviación de combate, que amplían aún más la capacidad de respuesta nuclear de Rusia.
Las declaraciones de líderes occidentales, como las del exministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, que sugirieron que Ucrania podría utilizar armamento británico para atacar territorio ruso, han sido recibidas con preocupación en Moscú. No obstante, se ha aclarado que el permiso de Londres se limita a atacar posiciones rusas en territorios ocupados como Crimea, y no en territorio ruso propiamente dicho.
En conclusión, la actual situación internacional y las declaraciones de Putin subrayan la importancia que Rusia otorga a la flexibilidad y la capacidad de actualización de su doctrina nuclear. Estos desarrollos podrían tener implicaciones significativas para la seguridad y la estabilidad internacionales, especialmente en la región euroasiática.