Según la inteligencia ucraniana, Rusia ha comenzado a fabricar localmente los drones kamikaze iraníes Shahed-238, conocidos en el país como Geran-3, con motores de turbofán que mejoran su alcance y velocidad.
Rusia produce localmente drones kamikaze Shahed-238
La inteligencia de Ucrania ha informado que Rusia ha iniciado la producción del dron iraní Shahed-238, ahora denominado Geran-3. Este modelo se distingue por su motor de turbofán de doble bobina, lo que incrementa su rendimiento en el campo de batalla.
Estos drones pueden alcanzar una distancia de hasta 2.500 kilómetros y una velocidad máxima de 600 km/h. Su velocidad dificulta su intercepción por parte de las unidades de defensa aérea móviles de Ucrania, que dependen principalmente de ametralladoras antiaéreas y cañones automáticos.
El primer uso registrado de un Shahed-238 se produjo en enero de 2024, posiblemente en un lanzamiento de prueba. Desde entonces, no se han reportado más ataques. Documentos filtrados de la ZEE Alabuga, un centro industrial ruso, revelan planes para la fabricación de distintas variantes de este dron.
Características del Shahed-238 y su evolución tecnológica
El Shahed-238 representa un avance significativo en la tecnología de vehículos aéreos no tripulados (UAV) de Irán. Su principal innovación es el uso de un motor a reacción en lugar de un sistema de hélice tradicional.
Presentado en noviembre de 2023 durante una exposición aeroespacial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, el dron ha generado interés por su potencial impacto en el ámbito militar y en la seguridad internacional.
Este modelo es una versión mejorada del Shahed-136, ampliamente utilizado por Rusia en la guerra con Ucrania. Su diseño aerodinámico mantiene una estructura de ala delta, optimizada para soportar la propulsión a chorro.
Especificaciones clave del Shahed-238
- Utiliza motores Toloue-10 o Toloue-13, permitiéndole alcanzar hasta 500 km/h.
- Fuentes rusas afirman que en inmersión podría llegar a 800 km/h.
- Su velocidad supera ampliamente la del Shahed-136, que alcanza un máximo de 180 km/h.
- Este aumento de velocidad dificulta su intercepción, pero reduce su alcance y aumenta su firma térmica, haciéndolo más vulnerable a misiles guiados por infrarrojos.
Variantes del Shahed-238 y sus aplicaciones tácticas
Existen tres variantes del Shahed-238, cada una adaptada a diferentes misiones operativas. La primera emplea un sistema de navegación inercial basado en GPS y GLONASS, diseñado para ataques contra objetivos fijos con costos de producción reducidos.
La segunda versión incorpora un sistema de cámara electroóptica/infrarroja (EO/IR). Este modelo permite ataques más precisos contra objetivos en movimiento, utilizando detección térmica o guiado en tiempo real por operadores remotos.
La tercera variante cuenta con tecnología de detección de radar, lo que le permite rastrear y atacar instalaciones de defensa aérea enemigas. Este modelo, orientado a la supresión de defensas aéreas (SEAD), es clave para debilitar las capacidades antiaéreas del adversario.
Componentes occidentales y desafíos en la producción
A pesar de las sanciones internacionales, el Shahed-238 incorpora piezas de origen occidental. Análisis de drones derribados han identificado motores turborreactores PBS TJ150 de fabricación checa, chips electrónicos de Intel y Texas Instruments, así como sistemas de navegación de Tallysman Wireless.
La presencia de estos componentes ha generado dudas sobre la eficacia de las sanciones y la capacidad de Irán para evadir restricciones en la cadena de suministro global.
Impacto en la guerra y desafíos estratégicos
Informes no confirmados sugieren que Rusia pudo haber utilizado un Shahed-238 en un ataque contra Ucrania a principios de 2024. Sin embargo, la Fuerza Aérea de Ucrania aún no ha confirmado oficialmente estos eventos.
La introducción de este dron en zonas de conflicto podría modificar las estrategias militares, debido a su velocidad y capacidad de evasión de sistemas de defensa convencionales.
No obstante, su alto costo de producción en comparación con el Shahed-136 podría limitar su despliegue masivo, llevando a Rusia a priorizar calidad sobre cantidad en el uso de estos UAV.
El desarrollo del Shahed-238 refleja la creciente importancia de los drones en la guerra moderna. Su evolución tecnológica no solo refuerza las capacidades militares de Irán y Rusia, sino que también plantea nuevos desafíos para la seguridad global y las estrategias de defensa contra estos sistemas.