Rusia lanza la producción en masa del misil Oreshnik, capaz de alcanzar Mach 10 y portar ojivas nucleares o convencionales, con despliegue previsto en Bielorrusia para 2025.
Misil hipersónico Oreshnik: Producción y capacidades
El 23 de junio de 2025, Rusia comenzó la producción en serie del misil balístico de alcance intermedio Oreshnik, un arma hipersónica diseñada para alcanzar velocidades superiores a Mach 10 (12,300 km/h). Este misil, derivado del RS-26 Rubezh, tiene un alcance estimado de 1,000 a 5,500 kilómetros, lo que permite atacar objetivos en Europa y partes de Asia. El Oreshnik puede equiparse con ojivas nucleares o convencionales y cuenta con múltiples vehículos de reentrada independientes (MIRV), capaces de golpear varios objetivos de forma simultánea. Su primera acción de combate ocurrió el 21 de noviembre de 2024, cuando impactó la planta de defensa Pivdenmash en Dnipro, Ucrania, y desplegó 36 submuniciones inertes como demostración de su precisión y alcance destructivo.
El diseño del misil utiliza combustible sólido y se lanza desde plataformas móviles como los lanzadores MZKT-7930 Astrolog fabricados en Bielorrusia, lo que mejora su movilidad y supervivencia. Incorpora sistemas de guiado inercial y satelital, con una precisión de impacto de 10 a 20 metros. El Oreshnik comparte elementos con el misil balístico Bulava de lanzamiento submarino. Su capacidad para efectuar maniobras durante el vuelo y su velocidad hipersónica impide su interceptación por parte de los sistemas de defensa antimisiles convencionales.
La producción en masa del Oreshnik marca un avance en la modernización militar de Rusia, que busca fortalecer su arsenal tras la disolución del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en 2019. Este tratado prohibía misiles terrestres con alcances de 500 a 5,500 kilómetros, y su colapso permitió a Rusia acelerar el desarrollo de sistemas como el Oreshnik.
El ataque en Dnipro evidenció la capacidad del Oreshnik para el despliegue de submuniciones, aunque las imágenes satelitales revelaron daños mínimos en los edificios de Pivdenmash, con impactos limitados en los tejados y áreas cercanas. Los expertos indican que el uso de ojivas inertes en este ataque tuvo como finalidad demostrar capacidades sin provocar destrucción masiva. No obstante, la energía cinética de las submuniciones, sumada a su velocidad hipersónica, puede ocasionar daños significativos, incluso sin explosivos.
Datos clave del misil Oreshnik
- Velocidad: Supera Mach 10 (12,300 km/h).
- Alcance: 1,000 a 5,500 kilómetros.
- Payload: Hasta 1,000 kg, con ojivas nucleares o convencionales.
- Capacidad MIRV: Seis ojivas, cada una con submuniciones.
- Precisión: Error circular probable de 10-20 metros.
- Lanzadores: Plataformas móviles MZKT-7930 Astrolog.
Despliegue en Bielorrusia y tensiones con NATO
Rusia planea desplegar el Oreshnik en Bielorrusia a finales de 2025, y lo ubicará cerca de las fronteras de la OTAN en Polonia, Lituania y Letonia. La decisión sigue el precedente de la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética instaló misiles de alcance intermedio en Europa del Este. Bielorrusia ya dispone de sistemas de lanzamiento como aviones y complejos Iskander, aunque no se han confirmado ojivas nucleares ni misiles Oreshnik en su territorio hasta mayo de 2025.
El despliegue en Bielorrusia se basa en la alianza militar entre Rusia y este país, reforzada tras la integración de Bielorrusia en la doctrina nuclear rusa actualizada, que extiende su paraguas nuclear a Minsk. La proximidad del Oreshnik a la OTAN plantea desafíos para los sistemas de defensa de la alianza, como los Aegis Ashore en Rumania y Polonia, diseñados para contrarrestar amenazas balísticas, pero con eficacia limitada frente a misiles hipersónicos. Los sistemas de alerta temprana, como satélites y aviones AWACS, son esenciales para detectar lanzamientos, pero la velocidad del Oreshnik limita el tiempo de reacción.
El uso del Oreshnik en Ucrania y su futura presencia en Bielorrusia han intensificado los esfuerzos de la OTAN para desarrollar defensas contra misiles hipersónicos. Estados Unidos ha dado prioridad a programas como el Conventional Prompt Strike, mientras que los aliados europeos refuerzan sus capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Sin embargo, las pruebas en combate de estos sistemas defensivos contra misiles como el Oreshnik no se han realizado aún, lo que genera incertidumbre respecto a su efectividad.
El desarrollo del Oreshnik se enmarca en una carrera armamentística global, donde Rusia y China encabezan el avance en sistemas hipersónicos. China posee misiles como el DF-17 y drones de reconocimiento hipersónico como el WZ-8, mientras que Estados Unidos aún no ha desplegado un misil hipersónico operativo, aunque prevé hacerlo para 2025 con sistemas como el Dark Eagle. Esta disparidad ha motivado debates sobre una posible brecha de misiles, evocando la situación de la Guerra Fría.
Impacto global y carrera armamentística
El ascenso del Oreshnik ha provocado preocupaciones sobre la estabilidad estratégica global. Su capacidad para ejecutar ataques con ojivas convencionales o nucleares sin distinción previa complica las decisiones de respuesta, ya que los adversarios no pueden identificar la naturaleza del ataque hasta el impacto. Este factor incrementa el riesgo de malentendidos que podrían escalar conflictos. La demostración del misil en Dnipro, aunque realizada con ojivas inertes, funcionó como una señal de las capacidades rusas, dirigida tanto a Ucrania como a la OTAN.
La producción en masa del Oreshnik enfrenta limitaciones económicas y tecnológicas. Las sanciones occidentales han restringido el acceso de Rusia a componentes críticos, como equipos alemanes y japoneses necesarios para la fabricación del misil. Estas restricciones podrían reducir la escala de producción, pese a los planes ambiciosos de Rusia. Además, el elevado costo del Oreshnik en comparación con misiles más económicos como el Iskander o el Kinzhal plantea dudas sobre su eficiencia en escenarios de combate convencionales.
El diseño del Oreshnik no introduce tecnologías radicalmente nuevas, sino que incorpora elementos ya existentes, como los del RS-26 Rubezh, con modificaciones destinadas a reducir su alcance y mejorar su maniobrabilidad. Expertos han indicado que el misil contiene aproximadamente un 10% de componentes nuevos, lo que sugiere una evolución a partir de sistemas previos más que una innovación disruptiva. A pesar de ello, su capacidad para eludir defensas antiaéreas modernas lo convierte en una amenaza considerable.
La competencia por el dominio de los misiles hipersónicos ha impulsado un incremento de las inversiones globales en esta tecnología. Rusia ha empleado otros sistemas hipersónicos, como el Kinzhal y el Zircon, en Ucrania, aunque con resultados diversos. Por ejemplo, Ucrania ha logrado interceptar varios misiles Kinzhal mediante sistemas Patriot, lo cual cuestiona la supuesta invulnerabilidad de estas armas. No obstante, el Oreshnik, con su mayor carga útil y capacidad MIRV, representa un reto más complejo para las defensas actuales.