El presidente ruso, Vladimir Putin, revela un aumento significativo en la fabricación de carros de combate, destacando un impulso en la capacidad productiva militar de Rusia.
Un vistazo a la escalada productiva en la industria de defensa rusa
En un reciente anuncio, Vladimir Putin, máximo dirigente de Rusia, ha comunicado un notable incremento en la producción de vehículos blindados, específicamente carros de combate, en el marco de la denominada “operación militar especial en Ucrania”. Esta operación, término empleado por Rusia para referirse a su intervención militar en Ucrania, ha llevado a una quintuplicación en la fabricación de tanques, según declaraciones del presidente durante el foro “Todos por la victoria”. A pesar de la falta de cifras concretas que ilustren esta amplificación, el portal BulgarianMilitary.com cita un informe de TASS, agencia noticiosa rusa, indicando la entrega de 1.500 tanques y 22.000 drones al ejército ruso en 2023, junto con 22.000 vehículos blindados de combate y 1.400 sistemas de misiles y artillería.
La inteligencia de defensa británica ha señalado que la producción mensual de tanques por parte de Rusia está equilibrando las pérdidas sufridas en Ucrania, con una estimación de tres tanques destruidos diariamente. Este dato sugiere una estrategia de mantenimiento del parque blindado ruso, aunque no necesariamente mediante la construcción de unidades completamente nuevas. Es probable que el incremento reportado también contemple la modernización de tanques preexistentes, como los modelos T-72 y T-80, abundantes desde la era soviética.
El reto significativo que presenta la producción del tanque T-90M Proryv refleja esta dinámica. Durante 2023, solo se produjeron y entregaron 130 unidades de este modelo avanzado, recurriendo en su mayoría a la modernización de modelos antiguos para cumplir con las demandas. Esta situación subraya un cambio en la estrategia de producción blindada de Rusia, reactivando líneas de manufactura previamente cesadas, como es el caso de la reciente reanudación de la producción del tanque T-80 por parte del consorcio Uralvagonzavod, destacando una iniciativa de fabricación desde cero de estos vehículos de combate.
La reactivación de la industria de tanques soviética y su impacto futuro
El carro de combate T-80BVM, una versión modernizada equipada con un motor de turbina de gas de 1.250 caballos, ejemplifica la renovación tecnológica emprendida por Rusia. Esta iniciativa no solo refleja la capacidad de adaptación de la industria militar rusa, sino también una estrategia deliberada para reforzar su arsenal frente a los desafíos actuales. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética lideró la producción mundial de tanques, con cifras que superaban los 4.000 tanques anuales en la década de 1980, distribuidos entre principales fabricantes como Malyshev, Omsktransmash, y Uralvagonzavod. Sin embargo, la disolución de la URSS en 1991 marcó un declive en los pedidos nacionales, manteniendo una producción anual cercana a los 100 tanques durante las siguientes tres décadas, con una mayoría destinada a la exportación.
El conflicto en Ucrania, iniciado en febrero de 2022, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las fuerzas blindadas rusas, desencadenando un incremento en la producción para compensar las bajas. La proclamación de Dmitri Medvédev, expresidente y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, sobre la intención de construir 1.500 tanques en un solo año, subraya la determinación de Rusia por sostener una postura militar robusta. Este enfoque, reforzado por la mejora del modelo T-90M, derivado del T-72 y ajustado a partir de las experiencias en Ucrania, sugiere un plan ambicioso de producción a gran escala que busca impactar significativamente en el escenario bélico actual.
En conclusión, el aumento en la producción de tanques por parte de Rusia refleja no solo una respuesta a las exigencias del conflicto en Ucrania, sino también una estrategia de largo alcance para revitalizar su industria militar. La reanudación de modelos como el T-80 y la producción del avanzado T-90M Proryv son indicativos de un esfuerzo por mantener una ventaja tecnológica y numérica en el ámbito de la guerra blindada. La capacidad de Rusia para adaptarse y superar los desafíos de producción y tecnología militar será crucial en el desarrollo futuro de su estrategia defensiva y ofensiva.