La empresa estatal de desarrollo de la seguridad cibernética de Rusia, Concern Avtomatika JSC, trabaja actualmente en la tecnología para disuadir a los enjambres de drones de sobrevolar las instalaciones petrolíferas. La medida es una respuesta directa a los drones que se utilizaron para derribar las instalaciones petrolíferas en Arabia Saudita, eliminando alrededor del 5% del suministro mundial de petróleo.
El desarrollador ya ha comenzado a vender la tecnología antidrones a los clientes energéticos rusos y actualmente está explorando el mercado internacional. Concern Avtomatika ha estado trabajando en la tecnología antidrones durante los últimos cuatro años, pero el reciente ataque en el yacimiento petrolífero saudí ha recibido más atención según el director general de Concern Avtomatika, Vladimir Kabanov.
Concern Avtomatika tiene actualmente nueve productos antidrones que van desde el portátil Luch-PRO con capacidad para suprimir drones hasta 6 km de distancia hasta el Rubezh-Avtomatika, un sistema estacionario que puede derribar drones hasta a 15 km de distancia. La compañía también tiene una variante de cañón, como el DroneShield, con un alcance de 2 km.
Según el organismo de control ruso Rosaviatsia, el número de drones en los cielos aumentó en unos 500.000, y se espera que la cifra alcance el millón en 2025. Estos sistemas antidrones tienen grandes costos iniciales pero ahorran dinero a largo plazo al proteger activos valiosos que costarían mucho más reconstruir o que no pueden ser reconstruidos.
Los enjambres de drones
En los últimos años, el costo de fabricación de los drones ha bajado significativamente de precio debido a los métodos de producción más baratos y a la mejora de la accesibilidad a la tecnología. Debido a esto, ha habido un pico masivo en el uso de drones tanto comercial como recreativo, causando que los cielos se vuelvan aún más ocupados.
Por esta razón, muchas empresas de todo el mundo han recurrido a la tecnología de interferencia y codificación de radiofrecuencia para derribar los drones en el espacio aéreo restringido, obligándolos a aterrizar o regresar a sus hogares. Algunas compañías están tomando una ruta más destructiva al derribar los drones con armas, y más recientemente, con un rayo láser altamente enfocado.
Los drones se están convirtiendo no solo en una característica de la guerra moderna. La reducción de los costos de producción ha dado lugar a un auge de la industria, con millones de dispositivos sin piloto vendidos en todo el mundo a empresas agrícolas, empresas de tecnología y aficionados cada año.
En Arabia Saudita, el ejército gestiona las defensas aéreas de la industria petrolera. Después de los ataques de septiembre, EE.UU. dijo que planeaba enviar capacidades adicionales de defensa contra misiles al reino.
Las Industrias Militares de Arabia Saudita, de propiedad estatal, también están trabajando con socios internacionales para proteger la infraestructura crítica contra los drones.
En Rusia, el número de drones aumentó hasta 500.000 el año pasado, según Rosaviatsia, el organismo nacional de control de la aviación. Llegarán a un millón para el 2025, dijo el gigante de la ciberseguridad con sede en Moscú, Kaspersky Lab, citando la investigación de la industria.
Un sistema antidrones puede venderse por varios cientos de miles de rublos y varias “docenas de millones”, dependiendo de las modificaciones.