Sohu afirma que China tiene el “Flanker definitivo” y supera al Su-27 ruso con avances en aviónica, radar y armamento tras tres décadas de cooperación.
De las compras iniciales al programa J-11A bajo licencia rusa y balance
Medios especializados en defensa difundieron un artículo de Sohu que atribuye a China el “Flanker definitivo”, superior al Su-27 original en aviónica, radar y armamento. El texto ubica el debate dentro de tres décadas de cooperación militar entre Pekín y Moscú. Entre 1992 y 2015, el EPL destinó unos $30.000 millones a adquisiciones rusas, y cerca del 80 % de las importaciones chinas de armamento provinieron de Rusia, con sistemas navales, terrestres y aéreos.
La modernización de la Fuerza Aérea comenzó con cazas pesados Su-27SK monoplaza y Su-27UBK biplaza a partir de 1992. China se convirtió en el primer usuario del Flanker fuera del antiguo bloque soviético y recibió, en lotes sucesivos, setenta y seis aparatos. Esos cazas reemplazaron a los J-6 y J-7 de origen chino y soviético en unidades clave.
Tras esas entregas, Pekín y Moscú firmaron en 1995 un acuerdo de licencia que autorizó a Shenyang Aircraft a montar en China hasta doscientos cazas derivados del Su-27 con motores y aviónica de procedencia rusa. La versión producida en China recibió la designación J-11A. Un análisis de Sohu publicado en 2025 sitúa la producción entre 1998 y 2006, con ciento cinco unidades completadas y cancelación posterior, por debajo del objetivo contractual y con compensaciones económicas para Rusia.

Durante el ensamblaje del J-11A, la industria aeronáutica china amplió el margen sobre el diseño de partida. Equipos nacionales sustituyeron diversos subsistemas rusos y, desde 2007, Shenyang inició la producción en serie del J-11B con un alto grado de componentes chinos. Sohu estima más de trescientas unidades en esta variante y derivados. Esa familia pasó a integrarse en el armamento principal de la Fuerza Aérea y en determinadas unidades de la Aviación Naval.
Datos clave sobre producción, modernización y capacidades citadas
- Setenta y seis Su-27SK/UBK entregados a partir de 1992 para unidades clave.
- Entre 1992 y 2015, unos $30.000 millones y el 80 % de importaciones desde Rusia.
- J-11A: producción entre 1998 y 2006 con ciento cinco unidades y cancelación con compensaciones.
- J-11B y derivados: más de trescientas unidades según estimaciones citadas por Sohu.
- J-16: 35,4 t de MTOW, 12 t en 12 puntos, Mach 2, 1.850 km de radio y techo de 20.000 m.
Nacionalización con J-11B y salto tecnológico hacia el J-16 avanzado
Evaluaciones occidentales describen al J-11B como una célula Su-27 con mejoras profundas. El modelo incorpora cabina con pantallas multifunción, visor frontal de datos, sistemas de alerta radar y un conjunto de municiones aire-aire y aire-superficie de diseño chino. Un estudio de The National Interest indica que cerca del noventa por ciento de los componentes procede de la industria nacional, lo que sitúa al J-11B como el primer Flanker chino mayoritariamente autóctono.
Sohu detalla una evolución posterior. Tras el J-11B llegó el J-11C, que sirvió de base para el embarcado J-15, y más tarde dos líneas de mejora: el proyecto J-11D, sin producción en serie, y el birreactor polivalente J-16. Esta plataforma, derivada de versiones biplaza del Su-27 y de los Su-30MKK adquiridos a Rusia, suma cambios estructurales, mayor uso de materiales compuestos y un sistema de misión orientado a operaciones aire-aire y aire-superficie avanzadas.
Los autores chinos emplean la expresión “终极侧卫”, traducible como “Flanker definitivo”, para esas evoluciones nacionales, en particular para el J-16. Frente a los Su-27SK originales, las versiones actuales integran motores modernizados, estructura optimizada, sistemas electroópticos mejorados y radares ajenos a los equipos analógicos de los años ochenta. El artículo de 2025 añade que Sukhoi y la planta de Komsomolsk-na-Amure habrían reconocido divergencias tan amplias que impedirían considerar el mismo avión.

La prensa oficial china aporta datos sobre la modernización del J-11 en servicio. Un reportaje de Global Times de febrero de 2022 identifica una variante mejorada del J-11B, distinguible por un radomo claro, desplegada en unidades de élite del Mando del Teatro Norte. Analistas citados señalan la instalación de un nuevo radar, posiblemente de barrido electrónico activo, y de aviónica mejorada. Esa configuración permite emplear el misil PL-15 y ofrece mayor alcance de detección, ángulos de búsqueda más amplios y resistencia superior a contramedidas.
Armamento propio, aviónica avanzada y efectos en la doctrina operativa
La integración de armamento nacional sustenta la tesis de superación del Su-27. Artículos de BulgarianMilitary y Galaxia Militar, que reproducen y amplían la información difundida por Sohu, describen una flota de Su-27SM3 o Su-27CM3 de origen chino equipada con misiles aire-aire PL-12 y PL-15, además de municiones guiadas de precisión para ataque a tierra. El conjunto habilita un paso desde perfiles centrados en R-27 y R-73 hacia un empleo multirrol con combate más allá del alcance visual y ataque de precisión.
En aviónica, esas fuentes mencionan cabinas con pantallas multifunción digitales, controles de vuelo electrónicos, navegación actualizada y nuevos sistemas de guerra electrónica, integrados en una estructura derivada del Su-27. La combinación de estos equipos con la célula licenciada en los años noventa explica que la prensa especializada describa a los Su-27SM3 de origen chino como plataformas con base aerodinámica común con el caza soviético, aunque difieren en sistemas internos y concepto de empleo.

En propulsión, Galaxia Militar y BulgarianMilitary señalan la continuidad del turborreactor AL-31F de origen ruso, con un empuje cercano a 27.500 libras fuerza con postcombustión, común al Su-27 original y a múltiples variantes chinas. Esas crónicas citan a expertos locales que atribuyen a los aparatos modernizados ajustes destinados a mejorar rendimiento, eficiencia de consumo y facilidad de mantenimiento, con la meta de prolongar la vida útil y reducir la dependencia de suministros externos.
El artículo de Sohu de julio de 2024 sitúa estas mejoras dentro de una transición tecnológica más amplia. El repaso enumera grandes sistemas rusos adquiridos desde principios de los noventa —Su-27, destructores tipo Sovremenny y sistemas antiaéreos S-300 y Tor-M1— y sostiene que, tras asimilar esas tecnologías, las Fuerzas Armadas chinas relegan progresivamente esos equipos a misiones secundarias a medida que entran en servicio el J-20, el destructor tipo 055 y la familia de defensa antiaérea Hongqi.
Estado actual del J-11 y el papel del J-16 en la Fuerza Aérea china
En el plano de la aviación de combate, Sohu indica que los Su-27 adquiridos en los noventa ya salieron de servicio y que los J-11A abandonaron en gran medida las unidades de primera línea. Las misiones recaen cada vez más en los J-16 y en los J-20, mientras los J-11B y sus versiones modernizadas permanecen tras recibir nueva aviónica y, en ciertos casos, nuevos radares y armamento. Global Times muestra unidades con J-11B mejorados, lo que refuerza un programa de actualización en curso.
Un análisis de Sohu de diciembre de 2024 presenta al J-16 como caza de generación cuatro y media, birreactor y biplaza, con un peso máximo al despegue de 35,4 toneladas, una carga de armas de hasta doce toneladas en doce puntos de anclaje, velocidad máxima de Mach 2, radio de combate de unos 1.850 kilómetros y techo operativo en torno a 20.000 metros. La descripción incorpora radar AESA, guerra electrónica avanzada y empleo de misiles PL, antibuque y municiones guiadas para ataque a tierra.

Otra pieza de Sohu de 2025 subraya la continuidad entre la llegada del Su-27 y la situación actual. Ese repaso sostiene que sin la introducción inicial del Su-27 no existiría el “Flanker definitivo” e identifica una secuencia que parte de las entregas de Su-27SK, continúa con la producción licenciada del J-11A y con la fabricación masiva del J-11B, y culmina con la incorporación del J-16 y con el J-20 como caza de referencia dentro del EPL.
En ese marco, el diseño del J-16 recibió modificaciones en el uso de materiales compuestos, en los sistemas de radar y en los equipos electroópticos. El aparato conserva la silueta general del Su-27 y adopta una arquitectura de sistemas profundamente distinta. La afirmación de que el “Flanker definitivo” reside en China se apoya en la transferencia inicial, en la transformación del J-11B con aviónica, radar y armamento nacionales, y en la entrada en servicio del J-16.
