Diseñado para la guerra antisubmarina, el S-3 Viking de Estados Unidos destacó en misiones de combate y vigilancia.
Desarrollo y evolución del S-3 Viking por Lockheed Martin en la década de 1960
En 2021, la NASA retiró oficialmente su flota de S-3B Viking, un jet bimotor turbofán que utilizó durante 16 años en investigaciones. Este avión, originalmente diseñado por Lockheed Martin para la Marina de los EE. UU. en la década de 1960, fue concebido para la guerra antisubmarina. A lo largo de los años, el S-3 Viking evolucionó para soportar una variedad de misiones, incluyendo el transporte de misiles avanzados y equipo de vigilancia.
El S-3 Viking se utilizó ampliamente en conflictos como la Guerra del Golfo y la Operación Libertad Iraquí, y su historial operativo es muy respetado. Aunque ya no está en servicio, su historia de combate sigue siendo admirada. Tras su retiro, ahora se encuentra en el Museo del Aire y del Espacio de San Diego.
El S-3 Viking fue apodado “War Hoover” debido al sonido similar a una aspiradora que producía en acción. Fue desarrollado en respuesta a la necesidad de la Marina de los EE. UU. de un nuevo fuselaje para cumplir con su requisito VSX (más pesado que el aire, antisubmarino, experimental). Lockheed Martin y un equipo compuesto por Northrop Grumman y Convair fueron encargados de desarrollar propuestas de investigación para cumplir con este requisito. El prototipo YS-3A de Lockheed fue seleccionado como el ganador del concurso VSX.
Características técnicas y capacidades del S-3 Viking
El primer Viking despegó a principios de la década de 1970 y, para finales de esa década, se habían desarrollado 186 de estos fuselajes. La mayoría de los S-3A fueron modificados con tecnologías más nuevas y redesignados como S-3B. El S-3 Viking se construyó como un avión de fuselaje bimotor turbofán que alojaba una tripulación de cuatro personas: un piloto, un copiloto, un operador de sensores y un coordinador táctico. A diferencia de otros jets tácticos, que requerían equipos de servicio en tierra, el Viking contaba con una unidad de potencia auxiliar capaz de arrancar sin asistencia.
Como parte de las mejoras a principios de la década de 2000, el Viking fue modificado para llevar los misiles guiados por láser Raytheon AGM-65E y guiados por infrarrojos AGM-65F Maverick. El Viking S-3B también podía llevar el misil antibuque Boeing AGM-84 Harpoon. Con una carga máxima de armas de más de 1,780 kilogramos, la plataforma podía armar torpedos, cargas de profundidad nucleares y otras bombas.
En términos de electrónica, el Viking estaba bien equipado, y sus equipos variaban según la misión. Tras el colapso de la Unión Soviética y la disolución del Pacto de Varsovia a principios de la década de 1990, se redujo significativamente la necesidad de cazadores de submarinos aéreos, por lo que los equipos de guerra antisubmarina de los Viking fueron reemplazados por tecnologías más nuevas. Cada uno de estos fuselajes contaba con sistemas de procesamiento de computadoras de alta velocidad, incluyendo el radar de apertura sintética/inversa, sensores infrarrojos y un sistema de apoyo electrónico.
Historial de despliegue y operaciones del S-3 Viking
El S-3 Viking fue desplegado extensamente en la Guerra del Golfo de 1991, seguida por las guerras en la antigua Yugoslavia y la Operación Libertad Duradera. Durante la Operación Libertad Iraquí, el S-3 participó activamente en operaciones de inteligencia y reconocimiento. Su desempeño en estas misiones consolidó su reputación como una plataforma versátil y eficaz en combate.
Cuando la plataforma S-3 Viking fue oficialmente retirada, la NASA adquirió cuatro de estos fuselajes para su uso en el Centro de Investigación Glenn. Durante su tiempo en la NASA, estos aviones continuaron demostrando su valía en diversas misiones de investigación, subrayando su diseño robusto y capacidad de adaptación.
El legado del S-3 Viking perdura no solo en su historial de combate, sino también en su contribución a la investigación aeronáutica. Aunque ya no esté en servicio activo, su impacto en la aviación militar y civil sigue siendo significativo.
El S-3 Viking fue diseñado específicamente para la guerra antisubmarina, equipado con tecnologías avanzadas como un radar de apertura sintética/inversa, sensores infrarrojos y un sistema de apoyo electrónico. Estas características, junto con su capacidad para llevar torpedos y cargas de profundidad nucleares, lo hicieron extremadamente eficaz en misiones antisubmarinas.
Durante la Guerra del Golfo de 1991, el S-3 Viking desempeñó un papel crucial en operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Su capacidad para adaptarse a diversas misiones y su equipo avanzado de sensores le permitieron detectar y rastrear objetivos con gran precisión, consolidando su reputación como una plataforma versátil y eficaz.
Después de su retiro militar, la NASA adquirió cuatro fuselajes S-3 Viking para su uso en el Centro de Investigación Glenn. Estos aviones continuaron demostrando su valía en diversas misiones de investigación, destacando su diseño robusto y capacidad de adaptación, y subrayando su legado en la investigación aeronáutica.
El S-3 Viking fue modificado para transportar una variedad de misiles avanzados, incluyendo los misiles guiados por láser Raytheon AGM-65E, los guiados por infrarrojos AGM-65F Maverick, y el misil antibuque Boeing AGM-84 Harpoon. Esta capacidad de armamento le permitía realizar misiones de ataque precisas y efectivas.
El S-3 Viking recibió el apodo de “War Hoover” debido al sonido similar al de una aspiradora que producía en acción. Este distintivo sonido, junto con su robusto diseño y capacidad operativa, contribuyó a su identidad única y a su reconocida historia en la aviación militar.