Rusia podría haber llegado al punto de lanzar nuevos sistemas de armas a la lucha en Ucrania, aunque esos sistemas no estén listos.
Rusia ha estado reteniendo su cacareado vehículo aéreo no tripulado sigiloso S-70 Okhotnik-B (Hunter) mientras prueba diversas capacidades. A principios de este año, el S-70 de combate pesado realizó pruebas con misiles aire-superficie.
Aunque no hay noticias sólidas de que el dron se esté utilizando en Ucrania, su producción en serie está cada vez más cerca.
S-70: acelerando el desarrollo de drones
Se cree que el S-70 Okhotnik-B lanzó misiles de ataque a tierra Kh-38M y Kh-59MK2 durante el verano. Los medios de comunicación estatales rusos afirmaron que las municiones se dispararon contra pequeños objetivos camuflados en la superficie, y que las pruebas demostraron la precisión del dron.
El S-70 también lanzó al menos una bomba no guiada en un vuelo de evaluación anterior.
La capacidad operativa inicial del S-70 Okhotnik-B no está prevista hasta mediados de la década de 2020, pero la guerra puede acelerar su desarrollo, suponiendo que la escasez de piezas no se convierta en un problema. Otros prototipos podrían aparecer en los próximos uno o dos años, y la producción en serie en 2023. Rusia podría realizar una prueba de combate sobre Ucrania con sus prototipos, pero quizá no quiera arriesgarse a destruirlos.
El Okhotnik-B realizó su vuelo inaugural en 2019 y está fabricado por la Corporación Rusa de Aeronaves. Pesa 20 toneladas y mide 46 pies de largo con una envergadura de 62 pies. El Okhotnik-B puede alcanzar velocidades de 621 mph y se cree que es un compañero de ala leal destacado para el caza furtivo ruso Su-57 Felon.
Hasta cuatro de los drones Hunter podrían volar por delante de una formación de Su-57 y disparar sus armas, mientras que el caza Felon se quedaría atrás para supervisar las operaciones no tripuladas.
El avión no tripulado Hunter también podría funcionar en modo de reconocimiento y proporcionar información de puntería a misiles rusos como el misil hipersónico Tsirkon.
La nave no tripulada utiliza el mismo motor que el Su-57, el AL-41F1, lo que le da un alcance de más de 5.000 kilómetros. El avión no tripulado tiene una tobera de chorro plano más sigilosa para reducir la firma del radar, y su diseño de ala volante cuenta con bahías de armas internas que tienen una carga útil de 4.409 libras.
¿PROBLEMAS EN EL FUTURO?
El Hunter podría verse retrasado por la escasez de microprocesadores que afecta a Rusia a causa de las sanciones occidentales. Se espera que el dron cuente con cierto nivel de inteligencia artificial que le permita operar de forma autónoma. Así pues, la falta de chips informáticos podría mantener al S-70 Okhotnik-B en modo de prueba durante los próximos meses.
Cuando esté listo, el S-70 Okhotnik-B podría ser desplegado por el Mitrofan Moskalenko, un portahelicópteros y buque de asalto anfibio de 44.000 toneladas. El Moskalenko podría transportar cuatro Okhotnik-B. Esta puede ser la mejor opción para la armada, ya que su único portaaviones, el problemático Almirante Kuznetsov, se encuentra en dique seco.
Siempre es difícil calibrar la industria de defensa rusa. ¿Podrá entregar el S-70 Okhotnik-B a tiempo para su uso en Ucrania? Para ello, Moscú debe procurarse piezas de repuesto y microchips, que suelen escasear.
El S-70 Okhotnik-B proporciona a Rusia nuevas capacidades en combate, especialmente como leal copiloto que puede participar en ataques terrestres, en modo de reconocimiento o como observador de misiles avanzados.
Es probable que Rusia haga realidad este dron en cuanto pueda.