La entrega final, que tuvo lugar el 6 de mayo de 2022, marca un importante hito en el programa. Toda la producción se trasladará ahora a las nuevas e inteligentes instalaciones de producción de Saab en West Lafayette, Indiana, donde se llevará a cabo toda la producción futura del fuselaje de popa del T-7, con el apoyo del personal de Saab, tanto sueco como estadounidense.
Saab utilizó su experiencia en ingeniería digital avanzada para contribuir al diseño y desarrollo del T-7 como parte de la asociación con Boeing, así como para fabricar el fuselaje de popa con sus sistemas totalmente instalados.
Como parte del proceso de fabricación, Boeing empalma la sección de popa de Saab con la sección delantera. A continuación, se ensamblan las alas, las aletas y la cola para convertirse en un avión de pruebas completo que se empleará en el programa de pruebas de vuelo del EMD. La primera entrega de EMD de Saab a Boeing fue en abril de 2021. Desde entonces, todas las demás entregas de EMD se han completado en poco más de un año. El 28 de abril de 2022, Boeing y Saab pusieron en marcha el primer avión de pruebas de entrenamiento avanzado T-7A Red Hawk construido para la fase EMD.
“Desarrollado con un enfoque de ingeniería basado en modelos digitales, el T-7 representa un enfoque revolucionario para el desarrollo de aviones. El T-7 demuestra el enfoque vanguardista de Saab en cuanto a crecimiento internacional y refuerza nuestra posición como empresa aeronáutica de clase mundial y socio comercial único”, dijo Jonas Hjelm, director del Área de Negocio de Aeronáutica de Saab.
“El orgulloso legado de 85 años de diseño y construcción de aviones de Saab continúa y estamos cumpliendo nuestras promesas. Estoy entusiasmado con el traslado de la producción del T-7A a los Estados Unidos en nuestras modernas instalaciones de Indiana”, dijo Erik Smith, presidente y CEO de Saab en los Estados Unidos.
El T-7A Red Hawk es un sistema de entrenamiento de pilotos totalmente nuevo y avanzado, diseñado para que la Fuerza Aérea de EE. UU. entrene a la próxima generación de pilotos de combate durante las próximas décadas. El avión se ha beneficiado del enfoque de Saab y Boeing de “romper la norma” en el diseño, la ingeniería y la producción de aviones militares, que hizo que el anterior avión T-X pasara del concepto al primer vuelo en solo 36 meses.