Serbia, presionada por Occidente, suspende acuerdos militares con Rusia y busca diversificar proveedores de defensa, marcando un cambio estratégico.
Serbia enfrenta presión para ajustar sus acuerdos militares
Ante la creciente presión occidental, Serbia ha decidido suspender algunos de sus acuerdos militares con Rusia, además de postergar otros de manera indefinida. Esta decisión, comunicada por el general Milan Mojsilovic, jefe del Estado Mayor serbio, fue revelada en una entrevista publicada el 8 de enero en Večernje Novosti, destacando un cambio significativo en la estrategia militar del país.
A pesar de haber mantenido una relación militar sólida con Moscú, las sanciones y el cambiante panorama internacional han llevado a Belgrado a enfrentar restricciones cada vez mayores. Aunque Serbia encontró maneras de acceder a armamento ruso mediante producción bajo licencia en terceros países, esta alternativa ya no resulta viable en las actuales condiciones.
El general Mojsilovic confirmó que el ejército serbio aún puede mantener operativo un inventario significativo de armas rusas, gracias a capacidades nacionales de producción y mantenimiento. No obstante, reconoció que las entregas de armamento adicional son ahora “casi imposibles”.
En respuesta a esta situación, Serbia ha comenzado a explorar nuevas opciones, cancelando acuerdos específicos con Rusia y posponiendo otros, a la espera de que las relaciones internacionales mejoren en el futuro.
Nuevos enfoques militares de Serbia: datos clave
- Proveedores alternativos: Serbia busca diversificar sus fuentes, con China como socio clave.
- Adquisición del FK-3: Sistema de defensa aérea chino que reemplaza a equipos rusos como el S-400.
- Capacidades mejoradas: FK-3 ofrece resistencia a guerra electrónica y defensa contra misiles de alta precisión.
- Impacto estratégico: Modernización de capacidades refleja un cambio en las prioridades militares de Serbia.
China sustituye a Rusia en el suministro de defensa
En una clara muestra de su cambio de rumbo, Serbia ha adquirido el sistema de defensa aérea FK-3 de fabricación china, reemplazando al S-400 ruso. Este sistema es parte de un esfuerzo por diversificar proveedores y adaptarse al entorno geopolítico actual.
El FK-3 ofrece capacidades avanzadas, incluyendo vehículos móviles, lanzamisiles y sistemas de radar sofisticados. Estas características permiten al ejército serbio responder a amenazas aéreas complejas, como misiles de crucero y aeronaves enemigas.
Entre sus ventajas más notables, el FK-3 destaca por su resistencia a la guerra electrónica, lo que garantiza operaciones efectivas incluso bajo interferencia. Además, cuenta con sistemas diseñados para neutralizar municiones guiadas dirigidas a infraestructuras críticas.
El despliegue del FK-3 no solo refuerza las defensas de Serbia, sino que también envía un mensaje a nivel internacional: el país está tomando medidas decisivas para modernizar su ejército y reducir su dependencia de proveedores tradicionales.
Transformación de los vínculos económicos con Rusia
En paralelo al cambio militar, los lazos económicos entre Serbia y Rusia también han experimentado un giro significativo. Según el Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC), la influencia económica de Rusia en los Balcanes Occidentales enfrenta una creciente presión por las sanciones occidentales.
A pesar de que la Unión Europea es el principal socio económico de Serbia, Rusia mantuvo un rol clave en la economía del país. En 2022, el comercio bilateral alcanzó los 4.280 millones de dólares. Sin embargo, este panorama cambió drásticamente en 2023, con una notable reducción en las importaciones serbias desde Rusia.
El encarecimiento de la energía y las restricciones a productos rusos han llevado a Serbia a buscar fuentes alternativas, lo que refleja la fragilidad de la influencia económica de Moscú en la región. A pesar de ello, el viceprimer ministro Aleksandar Vulin ha afirmado que Serbia sigue negociando contratos de gas con Gazprom para mantener volúmenes similares a los actuales.
No obstante, las cifras recientes demuestran una caída importante en las importaciones de gas ruso, dejando al país con preguntas abiertas sobre cómo manejará este desafío en su estrategia energética.
Controversia por el suministro de munición a Ucrania
En un giro inesperado, Serbia ha sido señalada por suministrar munición a Ucrania a través de terceros países, por un valor cercano a 800 millones de euros. Esta decisión ha generado polémica, considerando la histórica política de neutralidad serbia en conflictos internacionales.
Al realizar este movimiento, Serbia parece buscar equilibrar sus lazos con Rusia y Occidente, pero ha sido acusada de comprometer su postura tradicional. Esto complica aún más la posición de Serbia en medio del actual conflicto en Ucrania.
Las acciones de Serbia, tanto en el ámbito militar como diplomático, reflejan los cambios geopolíticos más amplios en los Balcanes, mientras el país intenta adaptarse a un entorno internacional en constante evolución.