Frente al panorama de tensión latente en la península coreana, un actor crucial frecuentemente pasa desapercibido en el debate internacional: la República Popular China. Esta nación, que comparte una extensa frontera de 1.416 kilómetros con Corea del Norte, posee un formidable ejército y prioriza la estabilidad fronteriza sobre todo. Ante la posibilidad de considerar necesaria una intervención militar, surge la pregunta: ¿cuáles serían las estrategias de Beijing para enfrentar a Corea del Norte y qué tipo de fuerzas desplegaría?
Para China, Corea del Norte representa tanto un activo estratégico como un desafío. La República Popular Democrática de Corea, estado que mantiene una hostilidad abierta hacia Estados Unidos y otras potencias de la región, actúa como un escudo disuasorio frente a agresiones externas sin representar una amenaza inmediata para China. Esto convierte a casi un millar de millas de la frontera china en una barrera custodiada por un régimen que financia su defensa y permanece ajeno a la influencia estadounidense.
No obstante, la relación es compleja y está lejos de ser ideal. A pesar de la histórica relación de dependencia de Corea del Norte con China, las tensiones bilaterales han fluctuado, registrando periodos de enfriamiento seguidos de renovadas alianzas. La retórica antiestadounidense de Pyongyang y su programa nuclear han tensado las relaciones con Estados Unidos, convirtiendo a Corea del Norte en un foco de discordia entre Washington y Beijing. Las acciones de Pyongyang, que desafían las normas internacionales, han puesto a prueba la paciencia china.
Escenarios de intervención militar china en Corea del Norte
Existen especulaciones sobre los preparativos de Beijing para una posible intervención en Corea del Norte, ya sea ante el colapso del régimen o frente a amenazas directas a China. Aunque los detalles específicos son desconocidos fuera de los círculos de poder en Beijing, es posible anticipar algunos escenarios.
Una intervención de China en Corea del Norte significaría, con alta probabilidad, el fin del régimen actual, ya sea bajo el liderazgo de Kim Jong-un o cualquier otro.
Análisis estratégico de China sobre Corea del Norte
Un escenario probable involucra una incursión militar ante el desplome del régimen norcoreano. Factores como el colapso económico, un golpe de Estado o una insurrección al estilo sirio podrían precipitar la caída del gobierno, con consecuencias inmediatas y severas. En tal contexto, el sistema de distribución alimentaria colapsaría, desencadenando un éxodo masivo de refugiados. Dada la inaccesibilidad de las fronteras con Corea del Sur y Rusia, la frontera china emerge como la vía de escape menos complicada.
Beijing, con su foco en la estabilidad interna, dificilmente aceptaría una oleada de refugiados en su territorio. Preferiría que estos permanecieran dentro de Corea del Norte. En caso de un colapso gubernamental, es plausible anticipar el avance hacia el sur de las unidades del Ejército Popular de Liberación (EPL) pertenecientes al Mando del Teatro Norte. Una estrategia podría ser establecer una zona de amortiguamiento dentro de Corea del Norte, aunque ello no solventaría las raíces de la inestabilidad política y económica. Si las fuerzas del PLA avanzan hacia el sur, probablemente buscarían llegar hasta Pyongyang para instaurar un gobierno marioneta que restablezca un grado de estabilidad.
Pekín ante el dilema norcoreano
El análisis más convincente indica que China podría optar por una invasión total para derrocar al régimen vigente en Corea del Norte. De los dieciséis cuerpos militares que componen el Ejército Popular de Corea (EPC), únicamente dos están estacionados a lo largo de la frontera con China. Además, tres cuerpos adicionales se encuentran en la capital, Pyongyang, y sus alrededores. Una notable mayoría, cercana al 70%, del EPC está posicionada al sur de la línea Pyongyang/Wonsan, preparada para un posible enfrentamiento con Corea del Sur.
Las fuerzas del Mando del Teatro Norte de China, integradas por los ejércitos 78, 79 y 80, representan una capacidad de combate formidable. Estos contingentes, equivalentes a cuerpos en las fuerzas armadas estadounidenses, controlan un total de dieciocho brigadas de armas combinadas, respaldadas por tres brigadas de operaciones especiales, tres brigadas de aviación, tres de artillería y tres de ingenieros. Esta configuración otorga al Ejército Popular de Liberación (EPL) una capacidad de combate comparable, al menos teóricamente, a cinco o seis divisiones de combate de Estados Unidos. Con el apoyo de dos divisiones de ataque aéreo de la Fuerza Aérea China asignadas al Mando Norte, estos ejércitos podrían cruzar la frontera y avanzar hacia el sur, hacia el corazón estratégico del EPC.
Evaluación de la resistencia del EPC a las invasiones
La capacidad del EPC para resistir una invasión china depende de múltiples factores. Si el régimen de Pyongyang se mantiene, China podría encontrarse con una resistencia significativa. La escasez de reservas de combustible, impuesta por China, podría inmovilizar a la mayoría de los catorce cuerpos militares restantes, dificultando su capacidad para contrarrestar una invasión. En un escenario de colapso gubernamental, el EPC podría desintegrarse en una multitud desorganizada y armada. Lo óptimo sería que Beijing estableciera lazos con la cúpula militar norcoreana antes de avanzar hacia el sur, convenciéndolos de no ofrecer resistencia y de mantener el orden.
Transformación del APA: de las lecciones del pasado a la preparación para el futuro
El EPL de hoy difiere radicalmente de sus versiones anteriores. Aunque carece de la experiencia de combate del Ejército de Estados Unidos, supera claramente al Ejército Popular de Corea en capacidades. La modernización del equipamiento y de la doctrina militar, junto con los llamamientos de Xi Jinping a la preparación para el combate y la lucha contra la corrupción, han fortalecido al ejército chino. La priorización de la guerra mecanizada y de alta velocidad augura un rendimiento destacado en una potencial ofensiva contra Pyongyang.
La eventualidad más riesgosa sería una invasión china concurrente con un asalto estadounidense y surcoreano desde el sur. Aunque los objetivos de Estados Unidos y Corea del Sur podrían alinearse, probablemente divergirían de los intereses chinos, aumentando el riesgo de conflictos entre las fuerzas convergentes.
A corto plazo, es improbable que China opte por una invasión de Corea del Norte, dadas las desventajas económicas, políticas y militares que esto implicaría. Sin embargo, cualquier cambio en el balance estratégico podría motivar a Beijing a actuar decisivamente. La pregunta de si China, Corea del Sur, o cualquier otro actor está preparado para tal eventualidad, permanece abierta.