La producción de drones rusos se basa en métodos improvisados con bridas y pegamento, afectando su rendimiento y durabilidad.
Soldado ucraniano expone la realidad de la tecnología de drones rusos
En una entrevista con Ukrainska Pravda, un soldado ucraniano identificado como “Petro” describió la verdadera calidad de los drones rusos empleados en combate. Según él, aunque en exhibiciones militares estos drones parecen contar con un diseño impecable y accesorios metálicos bien ajustados, en el campo de batalla su construcción depende en gran medida de bridas y pegamento instantáneo. Esta improvisación en su fabricación, aunque parezca una solución simplista, presenta un desafío significativo para las fuerzas ucranianas, ya que estos drones siguen operativos y generan molestias constantes.
A pesar de la apariencia burda de estos métodos, Rusia logra producir drones a bajo costo, lo que los convierte en una amenaza constante para el ejército ucraniano. Otro factor preocupante para la defensa de Ucrania es el desarrollo de sistemas de comunicación rusos. Aunque algunos drones continúan utilizando componentes importados de Occidente, cada vez se observan más sistemas de comunicación de fabricación local.
Esto implica que aunque los controles de piloto automático y cámaras puedan ser de origen occidental, la tecnología de comunicación ahora es en gran medida rusa, lo que contribuye a la autosuficiencia tecnológica de sus drones.
Soluciones baratas en drones y tanques: la estrategia de Rusia
El medio BulgarianMilitary.com destaca cómo Rusia ha adoptado soluciones económicas en su estrategia militar. Un ejemplo es el uso de las llamadas “jaulas de protección” en vehículos de combate pesados. Inicialmente descartadas como ineficientes, hoy estas estructuras son visibles tanto en tanques rusos como ucranianos, incluso en los tanques Merkava de Israel.
Otra estrategia rusa consiste en colocar neumáticos de automóvil en los fuselajes de bombarderos como los Tu-95 y Tu-160. Aunque se ridiculizó esta táctica en un principio, informes de inteligencia estadounidenses señalan que estos neumáticos confunden a los sistemas de reconocimiento de drones y misiles de ataque, evitando que identifiquen correctamente la estructura y los gráficos de “objetos enemigos”.
No obstante, el uso de materiales económicos y métodos improvisados puede comprometer el rendimiento y durabilidad de estos drones. Elementos como bridas y pegamento pueden ceder bajo estrés mecánico o altas temperaturas, causando problemas durante su operación.
El impacto de la improvisación en la eficacia de drones militares rusos
Si bien estos métodos aceleran la producción y reducen costos, plantean preocupaciones sobre la calidad del equipo militar. Drones ensamblados de forma inestable pueden ser propensos a fallas y perder precisión en misiones críticas. La falta de conexiones seguras en componentes clave podría llevar a fallos del sistema, impactando directamente en la efectividad de operaciones militares y la seguridad del personal.
En Estados Unidos se conoce bien que reducir costos en materiales y tiempo no siempre provoca buenos resultados, especialmente en el sector aeroespacial. Aunque los problemas de los drones rusos no se comparan con el desastre del Challenger, este caso demuestra las graves consecuencias que pueden surgir por descuidar detalles esenciales en sistemas críticos.
La explosión del transbordador espacial Challenger en 1986 se debió a una falla en las juntas tóricas de los propulsores de combustible sólido. Las juntas, fabricadas con caucho, no funcionaron correctamente en bajas temperaturas, provocando una fuga de combustible y la subsecuente explosión que mató a siete astronautas.
Sanciones y problemas de calidad en los drones rusos de combate
Rusia ha recibido críticas por tomar decisiones similares al priorizar costos sobre la calidad. Según Mijail Lutski, encargado de programas educativos en Geoscan, las sanciones han dificultado la obtención de microchips y componentes esenciales. Esto ha obligado a usar materiales más baratos y menos confiables, afectando la calidad y aumentando los costos de los drones, lo cual podría afectar su efectividad en combate.
El experto Samuel Bendett, del Centro de Análisis Estratégico y Tecnológico, también expresó su preocupación sobre la falta de estandarización en la producción de drones rusos. Esto provoca que hasta el 50% de estos drones sean derribados por sus propios sistemas de guerra electrónica.
Bendett añade que la baja calidad de los materiales a menudo genera fallos, y hasta un tercio de los drones rusos no logra despegar debido a problemas técnicos.