El 26 de febrero, el Ministerio de Defensa de Rusia informó sobre el despliegue de los cazas Su-34 para realizar ataques de precisión contra posiciones de infantería y vehículos blindados ucranianos en las proximidades de Kupyansk.
Equipados con bombas planeadoras de avanzada tecnología de guiado, estos cazas pueden ajustar su trayectoria durante el vuelo. Este sistema de armamento permite a los Su-34 efectuar sus misiones manteniéndose fuera del alcance de los sistemas antiaéreos adversarios, garantizando el retorno seguro de estas aeronaves a sus bases después de completar sus operaciones.
La adopción de bombas planeadoras por parte de la Fuerza Aérea rusa representa un avance táctico significativo, ofreciendo una alternativa menos costosa a los misiles balísticos o de crucero tradicionalmente utilizados para evadir las defensas aéreas enemigas.
Estas bombas, que pueden ser liberadas desde altitudes superiores, minimizan la necesidad de múltiples sorties y aumentan la eficacia de los ataques al permitir una mayor precisión y un alcance extendido de hasta 70 kilómetros.
Eficacia y precisión en el campo de batalla: Bombas planeadoras
El mecanismo de guiado de estas armas no solo optimiza su efectividad contra los objetivos, sino que también disminuye considerablemente la frecuencia requerida de las misiones aéreas.
Gracias a su capacidad para ser lanzadas desde alturas elevadas, tanto los cazas como las bombas gozan de una mayor protección frente a los sistemas de defensa antiaérea de corto alcance, extendiendo su rango operativo de manera significativa.
El Su-34 destaca por su resistencia y capacidad de carga, superando a otros cazas en autonomía de vuelo y capacidad de transportar armamento comparable al de los primeros bombarderos nucleares.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania, estos cazas han constituido una parte crucial de las operaciones aéreas rusas. Según estimaciones de fuentes occidentales, alrededor de 24 Su-34 han sido derribados en dos años de campaña, lo que equivale a una pérdida promedio de un avión por mes, debido principalmente a accidentes o fuego antiaéreo terrestre.
Aumento del uso de bombas planeadoras
La creciente incorporación de bombas planeadoras en las operaciones de la Fuerza Aérea rusa ha suscitado alarmas entre las entidades occidentales y ucranianas desde el año 2023. Este periodo ha sido testigo de un significativo incremento en la producción rusa de este tipo de armamento, lo que ha ampliado notablemente su arsenal.
La gravedad de la amenaza que representan estas bombas fue destacada por el portavoz de las Fuerzas Aéreas Ucranianas, el coronel Yuri Ignat, quien el 2 de mayo expresó su preocupación sobre su capacidad de alcanzar infraestructuras críticas y zonas civiles a una distancia de aproximadamente 70 kilómetros. Ignat enfatizó la vulnerabilidad de Ucrania ante estos ataques, señalando la ineficacia de la defensa antiaérea nacional frente a tales municiones y la necesidad de centrar esfuerzos en neutralizar los Su-34 portadores.
Despliegue de bombas planeadoras
Informes de enero de 2024 a The New York Times por parte de militares ucranianos revelaron una intensificación de los ataques aéreos rusos mediante el uso de bombas planeadoras, calificándolos de añadir “un poder catastrófico” a los ya persistentes bombardeos de artillería. Con capacidad para transportar hasta 500 kg de explosivos, estas armas han demostrado ser devastadoras para fortificaciones subterráneas ucranianas, describiendo un militar el efecto de los ataques como “las puertas del infierno” debido a la frecuencia y potencia de las bombas lanzadas.
La carencia de aviones de combate avanzados en Ucrania, sumada a la limitada disponibilidad de misiles de crucero de largo alcance proporcionados por aliados, ha exacerbado la desventaja de las fuerzas terrestres ucranianas frente a las capacidades rusas en artillería y misiles balísticos.
La situación se agrava ante la inminente producción en masa de la bomba planeadora rusa PBK-500U Drel y el incremento en la fabricación de los cazas Su-34, especialmente aquellos que se adhieran al estándar mejorado Su-34M a partir de mediados de 2022. Estos desarrollos presagian un aumento en la eficacia y el alcance de las operaciones aéreas rusas en el teatro de operaciones.