El Su-57, promocionado como el caza más peligroso, enfrenta serias limitaciones frente a sus contrapartes.
El diseño defectuoso y los problemas de sigilo del Su-57 ruso
El Su-57, presentado ostentosamente como el caza de quinta generación más peligroso del mundo, se encuentra muy por detrás de sus contrapartes estadounidenses, el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II. Desde el inicio, el Su-57 fue concebido para sustituir los envejecidos jets soviéticos. Sin embargo, enfrenta problemas considerables en términos de sigilo debido a su diseño inherentemente defectuoso, lo que lo convierte en un blanco más fácilmente detectable.
La limitada capacidad de producción de Rusia, combinada con sus constantes restricciones económicas, impide una expansión significativa de la flota de Su-57. Esta realidad, ineludible y cruda, sitúa al Su-57 en una posición de amenaza limitada para la superioridad aérea estadounidense.
La entrada en servicio del F-22 hace casi dos décadas otorgó a EE. UU. una supremacía aérea indiscutible, la cual sigue siendo robusta pese a los esfuerzos de Pekín y Moscú por desarrollar sus propios cazas de quinta generación. Si bien se menciona que tanto el Chengdu J-20 chino como el Su-57 ruso amenazan el dominio aéreo estadounidense, es prudente recordar la tendencia del Kremlin a exagerar las capacidades militares rusas.
La problemática evolución del proyecto PAK FA y el Su-57
Las aseveraciones recientes de que el Su-57 es la plataforma de quinta generación más peligrosa del mundo deben ser recibidas con escepticismo, considerando esta tradición de fanfarronería. El impulso inicial de la Unión Soviética por desarrollar un caza multifuncional durante la Guerra Fría se vio frustrado por la caída de la URSS, retrasando el programa por casi una década debido a la falta de fondos. El proyecto PAK FA, que eventualmente se convertiría en el Su-57, contó inicialmente con la colaboración de India, la cual se retiró en 2018 al determinar que el PAK FA no cumplía con los estándares de furtividad requeridos.
El Su-57, conocido como “Felon” según la OTAN, es una mejora respecto a sus predecesores, pero su capacidad de sigilo sigue siendo inferior comparada con el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II. Originalmente equipado con motores turbofan Saturn/Rybinsk AL-31F1, el Su-57 eventualmente adoptó el motor Izdeliye 30, que genera mayor empuje.
Cada Su-57 está armado con cuatro bahías de armas internas capaces de albergar misiles aire-aire K-77M, misiles antirradiación, bombas guiadas por electro-óptica y misiles antibuque. A pesar de su capacidad de alcanzar Mach 2.0, la velocidad y agilidad del Su-57 afectan negativamente su sección transversal de radar y firmas infrarrojas. Los canards, situados delante de las alas principales, aumentan su sección transversal de radar, facilitando su detección por sistemas enemigos.
Producción limitada y restricciones económicas de Rusia
Este, junto con un diseño menos angular, compromete la furtividad del Felon. Incluso con mejoras en la furtividad, la flota de Su-57 de Moscú es tan diminuta que no constituye una amenaza real para EE. UU. en un conflicto armado. Desde el inicio de su invasión a Ucrania, Rusia ha visto disminuidos los fondos y componentes necesarios para producir equipos militares adicionales, lo que sugiere que la incorporación de más Su-57 al servicio es poco probable en el futuro cercano.
En conclusión, el Su-57, a pesar de su promoción, se queda corto en múltiples aspectos críticos. Su diseño, capacidades de producción y el contexto económico y político actual de Rusia limitan severamente su capacidad para competir con los cazas de quinta generación estadounidenses.
La realidad es que el Su-57, en su estado actual, representa una amenaza mínima y apenas una sombra de la supremacía aérea que se le atribuye retóricamente.
El Su-57 presenta problemas significativos en su diseño de sigilo, lo que lo hace más detectable. Además, la limitada capacidad de producción y las restricciones económicas de Rusia dificultan la expansión de su flota, reduciendo su efectividad como amenaza aérea.
El Su-57 tiene un diseño de sigilo inferior y una menor capacidad de producción en comparación con el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II. A pesar de su capacidad de alcanzar Mach 2.0, su sección transversal de radar y firmas infrarrojas lo hacen más vulnerable a la detección enemiga.
El Su-57 tiene un diseño menos angular y está equipado con canards que aumentan su sección transversal de radar, comprometiendo su sigilo. Aunque ha mejorado respecto a sus predecesores, sigue siendo menos furtivo que el F-22 y el F-35.
El Su-57 está armado con cuatro bahías de armas internas que pueden albergar misiles aire-aire K-77M, misiles antirradiación, bombas guiadas por electro-óptica y misiles antibuque. Estas capacidades le permiten una versatilidad considerable en combate.
La capacidad de producción limitada y las restricciones económicas impiden a Rusia expandir significativamente su flota de Su-57. La invasión a Ucrania ha exacerbado estos problemas, disminuyendo los fondos y componentes necesarios para producir más unidades de este caza.