El submarino nuclear ruso “Emperador Alexander III” realizó un extenso recorrido bajo el hielo en el Ártico, acompañado por el Krasnoyarsk.
Submarino nuclear ruso recorre seis mares del Ártico en misión estratégica
El submarino nuclear ruso “Emperador Alexander III” ha concluido con éxito un desafiante viaje bajo el hielo a lo largo de seis mares del Ártico, emergiendo recientemente en el sector oriental de la región. El Ministerio de Defensa ruso publicó un video que muestra la culminación de este acontecimiento.
El Ministerio reveló que el trayecto del submarino cubrió más de 4.000 millas náuticas en condiciones de hielo extremo. El recorrido fue acompañado por el submarino nuclear Krasnoyarsk y la corbeta Gremyashchy. La operación subraya la capacidad de la Armada rusa para operar en áreas polares bajo condiciones adversas.
Esta travesía pone de relieve la importancia de las rutas árticas en la estrategia militar de Rusia. Con el deshielo progresivo del Ártico, el paso submarino ofrece una ventaja estratégica al permitir el movimiento ininterrumpido de sus submarinos entre flotas.
Submarinos rusos fortalecen capacidad estratégica en el Ártico
La operación en el Ártico es una prueba de las habilidades avanzadas de los submarinos rusos. El “Emperador Alexander III”, un submarino nuclear de misiles balísticos de la clase Borei-A, está diseñado específicamente para misiones de disuasión estratégica. Su capacidad de operar bajo gruesas capas de hielo reafirma su importancia dentro de la tríada nuclear de Rusia.
Con una longitud de 170 metros y un peso de 24.000 toneladas cuando está sumergido, el “Emperador Alexander III” cuenta con un reactor nuclear que le otorga autonomía ilimitada. Equipado con 16 misiles balísticos intercontinentales Bulava, el submarino es un pilar en la defensa estratégica de Rusia.
El Krasnoyarsk, por su parte, es un submarino de ataque nuclear de la clase Yasen-M, que lleva un arsenal de misiles de crucero y torpedos. Esta clase de submarinos es crucial para la disuasión y la guerra de largo alcance en la región.
La clase Borei-A y Yasen-M refuerzan la defensa rusa en el Ártico
El submarino “Emperador Alexander III” no solo es uno de los más avanzados en la flota rusa, sino que representa un salto significativo en la capacidad de disuasión. Los submarinos de la clase Borei-A son conocidos por su bajo nivel de ruido, lo que aumenta su capacidad para operar sin ser detectados en entornos hostiles como el Ártico.
Su armamento, que incluye misiles Bulava con un alcance de hasta 8.000 kilómetros, lo convierte en una pieza clave dentro de las fuerzas estratégicas de Rusia. Además de su potencia de fuego, estos submarinos están diseñados para operaciones prolongadas en las áreas más remotas del planeta.
El “Krasnoyarsk”, con su sistema de lanzamiento vertical para misiles de crucero Kalibr y Oniks, está diseñado para una versatilidad máxima. Su capacidad para atacar tanto objetivos terrestres como navales lo convierte en una de las plataformas más poderosas de la Armada rusa.
Rusia refuerza su capacidad de disuasión estratégica con submarinos avanzados
El Krasnoyarsk, lanzado en 2021, es uno de los submarinos de ataque más avanzados del mundo. Con una velocidad máxima de 35 nudos bajo el agua y un diseño optimizado para el sigilo, el submarino es una amenaza formidable para cualquier adversario en el mar.
Con su armamento de misiles Kalibr, capaces de alcanzar objetivos a 2.500 kilómetros, y los misiles supersónicos Oniks, diseñados para ataques rápidos contra buques enemigos, el Krasnoyarsk está preparado para enfrentar una amplia gama de amenazas. También está equipado con 10 tubos lanzatorpedos para defensa submarina.
La combinación de tecnología avanzada y sistemas de combate hace que el Krasnoyarsk sea capaz de llevar a cabo operaciones de guerra antisubmarina, guerra antisuperficie y ataques de largo alcance. Estos submarinos refuerzan la postura militar de Rusia en áreas estratégicas como el Ártico.
Rusia domina las rutas árticas con submarinos de última tecnología
La misión del “Emperador Alexander III” y el “Krasnoyarsk” no solo pone en relieve la capacidad tecnológica de la Armada rusa, sino también su compromiso con la defensa de los intereses nacionales en el Ártico. Esta región, rica en recursos y estratégicamente ubicada, es un área de creciente importancia geopolítica.
El despliegue de submarinos avanzados en el Ártico subraya la preparación de Rusia para defender sus fronteras en este entorno difícil. Al asegurar el control de las rutas submarinas, Moscú fortalece su movilidad táctica y su capacidad de disuasión en tiempos de tensión.
Además, el uso de submarinos nucleares en misiones prolongadas bajo el hielo ofrece una ventaja considerable. La capacidad de navegar sin necesidad de emerger fortalece la postura estratégica de Rusia en una región donde las tensiones internacionales podrían aumentar.