Israel mantiene bajo reserva el verdadero alcance nuclear de sus submarinos Dolphin, diseñados para responder incluso tras un ataque devastador.
Submarinos Dolphin refuerzan la estrategia disuasoria de Israel
Los submarinos Dolphin se han consolidado como uno de los componentes más estratégicos y confidenciales de la defensa israelí. Construidos en cooperación con Alemania, estos sumergibles representan más que una plataforma naval convencional: son parte fundamental de la doctrina de disuasión del país. Diseñados para garantizar la capacidad de represalia incluso en escenarios de ataque total, su posible equipamiento con armamento nuclear sigue sin confirmarse oficialmente, pero alimenta constantes especulaciones.
Durante la Guerra del Golfo en 1991, los ataques con misiles iraquíes contra Israel pusieron en evidencia su vulnerabilidad ante amenazas de largo alcance. Como compensación por la implicación indirecta de empresas alemanas en el programa balístico iraquí, Alemania financió la construcción de los primeros submarinos Dolphin. Los tres primeros, INS Dolphin, INS Leviathan y INS Tekuma, fueron entregados entre 1999 y 2000, fortaleciendo de forma significativa la capacidad naval de Israel.
Basados en el diseño del Tipo 209 alemán, los Dolphin I presentan modificaciones clave adaptadas a las necesidades israelíes. Equipados con seis tubos lanzatorpedos de 533 mm y cuatro de 650 mm, estos últimos han generado dudas sobre su uso. Diversos analistas sugieren que podrían estar destinados al lanzamiento de misiles crucero Popeye Turbo, presuntamente con capacidad nuclear de hasta 200 kilotones.
Reportes especializados, como los de Jane’s Defence Weekly, indican que los Dolphin I fueron concebidos como una plataforma para un segundo ataque nuclear, asegurando la capacidad de respuesta de Israel si sus fuerzas aéreas y terrestres quedaran fuera de combate.
Especificaciones estratégicas y capacidades técnicas de los Dolphin
- Longitud del Dolphin I: 57 metros; desplazamiento sumergido: 1.720 toneladas
- Armamento potencial: misiles crucero Popeye Turbo con ojiva nuclear
- Tiempo de inmersión Dolphin II: hasta 18 días sin emerger
- Sistema AIP: celdas de hidrógeno que prolongan la autonomía sumergida
- Sonar: tecnología avanzada de Rafael para entornos complejos
- Diseño: casco prismático, materiales no magnéticos, baja firma acústica
- VLS en INS Drakon: posible sistema de lanzamiento vertical para misiles balísticos
- Precio estimado por unidad: más de 500 millones de dólares
Dolphin II: submarinos más sigilosos con capacidad extendida
La evolución de la flota continuó en la década de 2010 con la incorporación de los Dolphin II, una versión ampliada y tecnológicamente superior. INS Tanin (2014), INS Rahav (2016) y INS Drakon (2023, operativo en 2025) destacan por su sistema de propulsión AIP, que les permite operar sumergidos hasta 18 días sin necesidad de recarga.
Esta capacidad prolongada de inmersión convierte a los Dolphin II en plataformas extremadamente difíciles de rastrear. Su sonar de última generación, desarrollado por Rafael Advanced Defense Systems, amplía su eficiencia en operaciones en zonas de alta complejidad, como el Golfo Pérsico y el Mediterráneo.
El INS Drakon ha despertado especial interés debido a su diseño. Con una vela de tamaño inusualmente grande, expertos como H.I. Sutton sugieren que podría albergar un sistema de lanzamiento vertical (VLS). Esta capacidad permitiría desplegar misiles balísticos o crucero de mayor tamaño, ampliando el margen de disuasión estratégica de Israel.
Analistas consideran que el Drakon podría estar preparado para ensayos de armamento avanzado, incluyendo sistemas relacionados con la disuasión nuclear. Su diseño mantendría los tubos de 650 mm, lo que permite compatibilidad con misiles como el Popeye Turbo, reforzando su rol estratégico frente a amenazas como Irán.
Características técnicas refuerzan su rol como plataforma ofensiva
Además del sistema AIP, el diseño estructural de los Dolphin II minimiza su firma acústica, lo que mejora su invisibilidad ante sistemas de sonar enemigos. La incorporación de materiales no magnéticos también reduce su exposición a minas magnéticas y sensores avanzados, aumentando su capacidad de supervivencia en entornos hostiles.
La configuración les permite operar eficazmente en aguas poco profundas, como las del mar Rojo o el Estrecho de Ormuz. Este aspecto ha permitido que se utilicen en operaciones sensibles, como el paso de un Dolphin por el Canal de Suez en 2009, interpretado como una advertencia a Irán, o los presuntos ataques con misiles crucero en Siria en 2013.
Además de operaciones de inteligencia y guerra antisuperficie, se estima que estas plataformas permiten la proyección de poder sin necesidad de presencia aérea, manteniendo a los adversarios en constante incertidumbre respecto a sus capacidades reales.
La versatilidad operativa de los Dolphin los convierte en piezas centrales para misiones ofensivas y defensivas. Esta combinación de capacidades encarna el enfoque israelí de defensa preventiva y disuasión, particularmente en un entorno de amenazas persistentes y cambiantes.
Cooperación con Alemania y nueva generación de submarinos Dakar
El programa Dolphin no sería posible sin el apoyo financiero y tecnológico de Alemania. Los primeros tres submarinos fueron completamente financiados por Berlín, mientras que los Dolphin II fueron subvencionados parcialmente. En 2022, ambos países firmaron un nuevo acuerdo para construir tres submarinos clase Dakar, destinados a reemplazar a los Dolphin I a partir de 2031.
La construcción de los Dakar correrá nuevamente a cargo de ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS). Aunque los detalles de esta nueva clase permanecen clasificados, se espera que incorporen mejoras tecnológicas significativas que mantengan la superioridad submarina de Israel en la región.
La participación alemana se enmarca en una política de reparación histórica y alianza estratégica, reflejada en su compromiso de asumir hasta un tercio del costo de producción. Esta colaboración ha sido esencial para que Israel mantenga una capacidad naval disuasoria y tecnológicamente avanzada.
El desarrollo continuo de la flota submarina asegura a Israel no solo una respuesta ante amenazas inmediatas, sino también una proyección regional sostenida, permitiéndole operar en áreas sensibles sin revelar sus intenciones ni sus capacidades reales.
Limitaciones operativas y el rol de la ambigüedad nuclear
A pesar de sus ventajas, los submarinos Dolphin presentan limitaciones inherentes a su sistema de propulsión diésel-eléctrico. Incluso con AIP, no ofrecen la autonomía global de los submarinos nucleares. Esto restringe su despliegue a patrullas regionales, más que a operaciones prolongadas a escala planetaria.
Además, Israel mantiene una política de ambigüedad nuclear, sin confirmar ni negar la posesión de armas nucleares. Esta estrategia ha generado debate: mientras algunos la ven como una forma efectiva de disuasión, otros sostienen que puede incentivar la carrera armamentista de adversarios como Irán.
El balance entre secreto y amenaza ha permitido a Israel posicionarse como un actor impredecible pero preparado, dejando siempre abierta la posibilidad de represalia, incluso desde las profundidades del mar.
En resumen, los submarinos clase Dolphin, y en especial el INS Drakon, resumen la estrategia israelí de combinación de sigilo, tecnología avanzada y disuasión estratégica. Ya sea armados con armas convencionales o nucleares, su presencia subacuática representa una amenaza latente para cualquier enemigo potencial.