Durante la feria IDEF 2025 en Estambul, la Corporación de la Industria Militar de Sudán (MIC) exhibió por primera vez el dron de ataque unidireccional Safaroog. El sistema fue diseñado para ejecutar ataques de precisión contra blancos terrestres y representa el ingreso oficial de Sudán al grupo de países que fabrican y despliegan municiones merodeadoras. La presentación responde a una estrategia de visibilización tecnológica con orientación militar-industrial en el marco de un evento relevante del sector defensa en Eurasia.
El Safaroog opera con un motor de gasolina de doble hoja de 342 cc y presenta una envergadura de 3,38 metros y una longitud de 2,88 metros. El fuselaje admite una carga útil máxima de 40 kg según la configuración, con variantes de 20 kg y 30 kg. La velocidad de crucero alcanza los 160 km/h y la máxima los 200 km/h. El dron puede operar hasta los 15.000 pies de altitud, con una autonomía que oscila entre 4 y 4,5 horas, y un alcance operativo de entre 300 y 600 km, apto tanto para misiones tácticas como estratégicas.
La navegación del Safaroog se basa en un sistema GNSS/INS con piloto automático SNAP-5 asistido por inteligencia artificial. Su diseño incluye resistencia a interferencias electrónicas y capacidad anti-jamming. El lanzamiento se realiza mediante catapulta o sistemas neumáticos. El vehículo dispone de un ángulo terminal superior a 60 grados que permite ejecutar ataques desde posiciones elevadas contra objetivos protegidos. La estructura modular admite variantes de carga útil y capacidad de combustible de 16 o 20 litros.
En términos de desempeño, el Safaroog muestra parámetros comparables a sistemas como el Shahed-136 iraní o el Kargu turco. La incorporación de inteligencia artificial, combinada con su capacidad de navegación robusta y opciones modulares, le otorga mayor adaptabilidad y precisión. Su arquitectura mejora la resistencia frente a interferencias, una limitación habitual en drones comerciales adaptados. Aunque no se ha confirmado su empleo en combate, las características técnicas permiten anticipar un uso eficaz contra blindajes o estructuras fortificadas.
El desarrollo del Safaroog indica una evolución doctrinal en las capacidades ofensivas de Sudán y su política de exportación militar. La integración de municiones merodeadoras en conflictos como Ucrania, Gaza o el mar Rojo ha consolidado su utilidad táctica en escenarios asimétricos. En ese contexto, Sudán busca proyectar su industria como proveedor regional de vehículos aéreos no tripulados, dirigido a clientes fuera del bloque occidental, mediante plataformas con funciones avanzadas y costes contenidos.
Con este nuevo sistema, Sudán amplía su catálogo de armamento mediante un vehículo aéreo que prioriza la eficiencia operativa en entornos hostiles. La estrategia se inscribe en la tendencia internacional de incorporar drones desechables de ataque con elevada autonomía, carga variable y resistencia a entornos de guerra electrónica. El Safaroog representa un avance industrial relevante en la oferta militar de Sudán, vinculado al desarrollo autónomo de capacidades tecnológicas aplicadas al combate aéreo.