El F/A-18E/F Super Hornet, evolución del F/A-18 Hornet, ofrece mayor alcance, carga útil y tecnología avanzada para la Armada de EE. UU.
Evolución del F/A-18: el Super Hornet redefine el combate naval
La Armada de Estados Unidos incorporó el Boeing F/A-18E/F Super Hornet en 1999 como una evolución del McDonnell Douglas F/A-18 Hornet, un avión de combate multirrol que desde 1983 demostró su versatilidad en conflictos como la Guerra del Golfo. Diseñado para operar desde portaaviones, el Super Hornet supera a su antecesor en dimensiones, potencia y capacidades electrónicas. Con un fuselaje un 20% más grande, motores General Electric F414 más potentes y un radar APG-79 AESA, este avión amplía el alcance, la carga útil y la superioridad tecnológica, manteniendo la flexibilidad para misiones de superioridad aérea, ataque terrestre y reconocimiento.
El F/A-18 Hornet, en sus variantes A/B/C/D, fue un pilar de la aviación naval estadounidense durante décadas. Desarrollado a partir del prototipo Northrop YF-17, entró en servicio para reemplazar aviones como el Douglas A-4 Skyhawk y el McDonnell Douglas F-4 Phantom II. Su diseño incluía alas de fibra de carbono, control de vuelo digital por cables y una capacidad para alternar entre roles de caza y ataque. Sin embargo, su limitado alcance de combate, de aproximadamente 400 millas náuticas, y una carga útil máxima de 13,700 libras restringían su eficacia en misiones de largo alcance. Estas limitaciones llevaron a McDonnell Douglas, fusionado con Boeing en 1997, a proponer el concepto Hornet 2000 en los años 80, que evolucionó en el Super Hornet.
El F/A-18E/F Super Hornet representa un rediseño significativo. Su primer vuelo ocurrió en noviembre de 1995, y tras pruebas exitosas, entró en producción a gran escala en septiembre de 1997. Con un peso vacío de 32,100 libras, frente a las 23,000 libras del Hornet, el Super Hornet incorpora un ala un 25% más grande y cinco puntos de anclaje adicionales, permitiendo una carga útil máxima de 17,750 libras. Además, su capacidad de combustible interno creció un 33%, extendiendo el radio de combate a 590 millas náuticas en configuraciones típicas, un 41% más que su predecesor. Estas mejoras responden a la necesidad de reemplazar no solo al Hornet, sino también al Grumman F-14 Tomcat y al A-6 Intruder, consolidando al Super Hornet como el núcleo de la aviación de portaaviones de la Armada.

Los motores F414-GE-400, derivados de los F404 del Hornet, generan un empuje de 22,000 libras por motor, frente a las 17,750 libras de los F404, mejorando la maniobrabilidad y la capacidad de despegue desde portaaviones. El diseño del Super Hornet incluye tomas de aire rectangulares, en contraste con las ovaladas del Hornet, optimizando el flujo de aire para los nuevos motores. Además, su apodo “Rhino” surgió para distinguirlo del Hornet clásico en comunicaciones de radio, evitando confusiones en operaciones de portaaviones debido a su mayor peso, que requiere ajustes en los sistemas de catapulta y aterrizaje.
Capacidades avanzadas del F/A-18E/F Super Hornet
- Radar APG-79 AESA: Detecta múltiples objetivos a mayor distancia, con mejor resistencia a interferencias que el APG-73 del Hornet.
- Alcance extendido: Hasta 590 millas náuticas en combate, frente a 400 del Hornet, gracias a un 33% más de combustible interno.
- Carga útil: 17,750 libras, incluyendo misiles AIM-120 AMRAAM, AGM-88 HARM y bombas guiadas JDAM, superando las 13,700 libras del Hornet.
- Aviónica moderna: Pantallas táctiles en la cabina Block III y sistemas de red táctica para integrar datos en tiempo real.
- Supervivencia: Reducción de la sección transversal de radar y contramedidas electrónicas ALQ-214.
Tecnología y rendimiento: el salto del Super Hornet
El radar AN/APG-79 AESA, introducido en el Super Hornet Block II en 2005, marca una diferencia clave frente al AN/APG-73 del Hornet. Este sistema de escaneo electrónico activo permite rastrear múltiples objetivos simultáneamente a distancias superiores, con mayor precisión y resistencia a interferencias electrónicas. La aviónica del Super Hornet también incluye el pod de designación AN/ASQ-228 ATFLIR, que mejora la identificación de objetivos terrestres y marítimos, y sistemas de contramedidas como el ALQ-214, que protegen contra misiles guiados por radar. En contraste, el Hornet dependía de sistemas más antiguos como el ALQ-165, menos efectivos en entornos de alta amenaza.

La cabina del Super Hornet, especialmente en la variante Block III entregada desde 2021, incorpora pantallas táctiles de gran formato y un sistema de red táctica que integra datos de otros aviones y sensores, mejorando la conciencia situacional. El Hornet, aunque pionero en el uso de pantallas multifunción, carecía de esta integración avanzada. Además, el Super Hornet puede llevar hasta cinco tanques de combustible externos de 480 galones, frente a los tres del Hornet, y puede configurarse como cisterna aérea, una capacidad crítica para extender las operaciones de la flota.
El Super Hornet mantiene la versatilidad multirrol del Hornet, pero con mayor flexibilidad. Sus 11 puntos de anclaje permiten combinaciones de misiles aire-aire como el AIM-9 Sidewinder y el AIM-120 AMRAAM, misiles aire-tierra como el AGM-65 Maverick, y armas de precisión como las bombas JDAM. También puede emplear el misil antibuques Harpoon y el SLAM-ER, ampliando su capacidad marítima. En comparación, el Hornet, con nueve puntos de anclaje, tenía menos opciones de armamento y dependía más de configuraciones específicas para cada misión.
La variante de guerra electrónica EA-18G Growler, basada en el F/A-18F, reemplazó al EA-6B Prowler y utiliza el mismo fuselaje del Super Hornet, pero con equipos como los pods de interferencia ALQ-99 y misiles AGM-88 HARM. Esta capacidad no existía en el Hornet clásico, lo que refuerza la relevancia del Super Hornet en operaciones modernas de supresión de defensas aéreas enemigas.
Despliegue y legado: el Super Hornet en acción
El Super Hornet entró en combate en 2002 a bordo del portaaviones USS Abraham Lincoln durante la Operación Libertad Duradera en Afganistán, demostrando su capacidad para realizar misiones de ataque nocturno y escolta de combate. Desde entonces, ha participado en operaciones en Irak, Siria y contra el Estado Islámico, destacando su fiabilidad y adaptabilidad. La Armada de EE. UU. opera cerca de 600 Super Hornets, que reemplazaron completamente al F-14 Tomcat en 2006 y al Hornet C/D en la Marina en 2019, aunque el Cuerpo de Marines aún utiliza variantes C/D actualizadas con radares APG-79(V)4.

Otros operadores incluyen la Real Fuerza Aérea Australiana, que adquirió 24 F/A-18F en 2007 para reemplazar al F-111, y la Fuerza Aérea de Kuwait, que opera tanto el Hornet como el Super Hornet. La producción del Super Hornet, que superó las 630 unidades hasta 2020, está programada para finalizar en 2025, según anunció Boeing en febrero de 2023, debido a la competencia del F-35 Lightning II. Sin embargo, la Armada planea mantener al Super Hornet en servicio hasta la década de 2030, cuando será reemplazado por el programa F/A-XX.
El Hornet clásico sentó las bases para la aviación naval moderna con su diseño robusto y facilidad de mantenimiento, requiriendo la mitad del tiempo de inactividad de aviones como el F-14 Tomcat. El Super Hornet hereda estas cualidades, pero las eleva con un diseño optimizado para la guerra centrada en redes, mayor letalidad y supervivencia. Su estructura, con un 90% de componentes nuevos respecto al Hornet, permite una vida útil de 10,000 horas de vuelo en la variante Block III, frente a las 6,000 horas del Hornet original, asegurando su relevancia en el combate naval.
El Super Hornet no solo mejora al Hornet en rendimiento, sino que redefine el rol de los cazas embarcados. Su capacidad para operar junto al F-35C y otros activos de la Armada, como el E-2D Hawkeye, garantiza la superioridad aérea y de ataque de Estados Unidos en entornos marítimos. A medida que la tecnología avanza, el Super Hornet sigue siendo un testimonio de la ingeniería aeroespacial y la adaptación estratégica de la Armada a los desafíos del siglo XXI.