El Rafale F4 y el Super Hornet Block III destacan por su capacidad multirol y embarcada, diseñados para el dominio aéreo y marítimo desde portaaviones.
Dos cazas polivalentes preparados para escenarios marítimos complejos
El análisis técnico entre el Dassault Rafale F4 y el Boeing F/A-18E/F Super Hornet Block III revela un enfrentamiento entre plataformas diseñadas para operar desde portaaviones y cumplir misiones aire-mar, escolta y ataque de precisión. Ambos aviones integran sistemas de armas avanzados y se encuentran en servicio con fuerzas navales de primer nivel, optimizados para escenarios navales modernos y entornos interoperables.
Como variante naval del caza francés, el Rafale M en su estándar F4 opera desde el portaaviones Charles de Gaulle, con un sistema CATOBAR. Su peso máximo al despegue es de 24,500 kg y cuenta con dos motores Snecma M88-2, que generan 112 kN de empuje con postcombustión. Su arquitectura delta con canards proporciona agilidad y capacidad de soportar hasta +9G. Incluye el radar AESA Thales RBE2-AA, el sistema óptico OSF y la suite electrónica SPECTRA, que permite detectar, interferir y responder a amenazas. Su carga útil llega a 9,500 kg, distribuida en 13 puntos de anclaje, compatible con misiles Meteor, MICA, SCALP-EG, Exocet AM39 y bombas AASM.
Diseñado para la Marina de EE. UU., el F/A-18E/F Super Hornet Block III despega desde portaaviones clase Nimitz y Ford. Pesa hasta 30,000 kg y emplea dos motores General Electric F414-GE-400, que ofrecen 98 kN con postcombustión. Su diseño favorece la carga y resistencia más que la maniobrabilidad, limitada a +7.5G. Incorpora el radar AESA AN/APG-79, con mayor diámetro y alcance que su contraparte francesa, y la suite de guerra electrónica ALQ-214. Soporta 8,050 kg de armamento en 11 puntos, incluyendo misiles AIM-120D, AIM-9X, Harpoon, LRASM y JASSM-ER.
Características técnicas clave del Rafale F4 y Super Hornet Block III
- Empuje total: Rafale M (224 kN con postcombustión), Super Hornet (196 kN con postcombustión).
- Carga útil máxima: Rafale M (9,500 kg), Super Hornet (8,050 kg).
- Radar AESA: RBE2-AA en el Rafale y AN/APG-79 en el Super Hornet.
- Capacidades aire-mar: Exocet AM39 (70 km) vs LRASM (>300 km).
- Misiles aire-aire: Meteor (>150 km) vs AIM-120D (~120 km).
Capacidades aire-mar y rendimiento en misiones navales combinadas
Ambos aviones sobresalen en ataques a blancos navales y misiones de defensa aérea embarcada. El Rafale M utiliza el misil Exocet AM39 para atacar buques a distancias medias, mientras que el Super Hornet emplea el LRASM con capacidad stand-off que supera los 300 km. En combate aire-aire, el misil Meteor del Rafale ofrece una mayor zona de no escape gracias a su motor ramjet, superando al AIM-120D del Super Hornet, aunque este último espera integrar el AIM-260 JATM.
Para enfrentamientos a corta distancia, la configuración delta-canard del Rafale le da ventaja en maniobras de alta incidencia y bajas velocidades. El Super Hornet, por su parte, es eficaz en maniobras de alta alfa, aunque presenta menor aceleración por su relación empuje-peso inferior. Estas diferencias influyen en la efectividad táctica dependiendo del tipo de enfrentamiento.
En cuanto al entorno electrónico, ambos modelos ofrecen sistemas de fusión de datos avanzados. El Rafale cuenta con su arquitectura multisensorial que unifica datos del radar, OSF, SPECTRA y enlaces L16. Esta integración permite operar sin plataformas externas. El Super Hornet, en cambio, se apoya en el ecosistema de la Marina de EE. UU., con el E-2D Hawkeye y sistemas AEGIS, que extienden su conocimiento situacional mediante el sistema CEC.
Ambas aeronaves están preparadas para cumplir misiones navales modernas, con capacidades que permiten atacar desde largas distancias, defender grupos navales y operar como nodos de una red táctica conjunta, ya sea con independencia táctica o dentro de estructuras cooperativas.
Ventajas logísticas y estructurales en portaaviones modernos
El Rafale M está adaptado para operaciones CATOBAR gracias a su tren de aterrizaje reforzado y gancho de apontaje robusto. Sin embargo, su falta de alas plegables limita el número de unidades que pueden almacenarse en portaaviones más pequeños. Esta característica representa un desafío para armadas que operan plataformas reducidas como el INS Vikrant.
El Super Hornet Block III incorpora alas plegables que facilitan su almacenamiento a bordo y permiten embarcar más aviones en el mismo espacio. Esta ventaja estructural contribuye a una mayor eficiencia logística y operativa dentro de grupos de combate navales.
En términos de flota, la Marina de EE. UU. opera más de 600 Super Hornet, lo que favorece la disponibilidad de repuestos y mantenimiento estandarizado. En contraste, la Marina francesa cuenta con menos de 50 Rafale M, lo que implica mayores costes logísticos y dependencia de producción limitada.
Ambas aeronaves han sido probadas en combate. El Rafale M ha operado en Libia, Malí, Irak y Siria, mientras que el Super Hornet ha estado presente en campañas en Irak, Afganistán y Siria. Aunque el Growler no forma parte de esta comparación, amplía las capacidades de guerra electrónica de la flota Super Hornet.
Autonomía operativa y adaptabilidad a flotas combinadas
El radio de combate del Rafale M es de unas 500 millas náuticas con tanques externos, mientras que el Super Hornet Block III alcanza más de 600 millas náuticas con tanques conformales. Ambos modelos pueden reabastecer en vuelo mediante el sistema de sonda y cesta, y ejecutar misiones de reabastecimiento aéreo entre cazas embarcados.
El Rafale F4 introduce mejoras en conectividad y operación colaborativa, permitiendo compartir datos con otras plataformas como el A330 MRTT. Esta interoperabilidad refuerza su independencia táctica en entornos exigentes sin redes de apoyo extensas.
En la cabina, el Super Hornet Block III incluye una pantalla táctil de 10×19 pulgadas que mejora la presentación de datos y reduce la carga cognitiva del piloto. Esta mejora en la interfaz hombre-máquina favorece la ejecución de misiones complejas en escenarios multiamenaza.
La elección entre el Rafale M y el Super Hornet Block III dependerá de las prioridades operativas de cada flota. Mientras el Rafale apuesta por la agilidad y autonomía electrónica, el Super Hornet destaca por su carga útil, integración en redes y eficiencia logística, adaptándose mejor a armadas que valoran la interoperabilidad en grupos navales amplios.