La semana pasada, Rusia celebró su desfile anual del Día de la Victoria en la Plaza Roja, pero este año fue diferente. En lugar de desplegar su moderno arsenal, un solitario tanque T-34 de la era soviética atravesó el desfile junto a un reducido grupo de soldados.
Esta exhibición mínima era previsible, considerando las pérdidas de tanques que Rusia ha sufrido desde el inicio de la guerra en Ucrania hace más de catorce meses.
El arsenal en declive de Rusia
Según el Ministerio de Defensa ucraniano, el Kremlin podría haber perdido más de 3.500 tanques y 7.000 vehículos blindados durante el conflicto. Aunque estas cifras pueden estar infladas, las pérdidas de tanques de Moscú son asombrosas.
En respuesta a estas pérdidas, el ejército ruso ha recurrido a sus anticuados tanques T-62 de 60 años de antigüedad. Incluso se especula que unidades de élite como el 1er Ejército de Tanques de la Guardia están siendo reequipadas con estos tanques para compensar las bajas.
El T-62 soviético: Una pieza clave en la historia bélica
El T-62 entró en servicio en 1961 y representó un avance significativo para la época. Equipado con un cañón de ánima lisa y proyectiles perforantes de alta precisión, el T-62 se destacaba por su movilidad y protección. Su avanzado blindaje frontal y de torreta, así como su cañón estabilizado, lo hacían altamente efectivo en combate. Además, sus proyectiles APFSDS eran superiores a cualquier otro proyectil occidental de la época.
Retos actuales y futuros
Aunque el T-62 era robusto en su momento, ha quedado rezagado en comparación con los tanques modernos. El visor térmico analógico, una vez líder en su clase, ahora se ve superado por tecnologías más avanzadas. A pesar de algunas mejoras tecnológicas en las variantes enviadas por Moscú a Ucrania, el T-62 sigue siendo vulnerable en varios aspectos, lo que ha permitido a Kiev destruir muchos de estos antiguos MBT.
En conclusión, el T-62 soviético, con 60 años de historia, sigue luchando en Ucrania. Aunque su papel ha cambiado y ha sido superado por tanques más modernos, su presencia en el conflicto refleja la lucha de Rusia por reponer su arsenal cada vez más menguante. A medida que la guerra continúa, solo el tiempo dirá si el T-62 se mantendrá como una pieza clave en el campo de batalla.