Presentado como “el mejor tanque del mundo”, el T-90M registra pérdidas documentadas y producción en aumento sin mostrar superioridad clara ante amenazas modernas en Ucrania.
Origen, características y lugar del T-90M en la doctrina rusa actual
Presentado por el Kremlin como “el mejor tanque del mundo” y como exponente de la modernización militar rusa, el T-90M Proryv aparece en el foco por un volumen de pérdidas documentadas que no guarda relación con su condición de programa destacado de la industria de defensa. La narrativa oficial resalta prestigio y capacidad, mientras los registros visuales y recuentos públicos muestran exposición constante al combate sin resultados decisivos que respalden esa etiqueta en el frente ucraniano.
El T-90M constituye la evolución más reciente de la familia T-90, derivada del T-72 soviético. Entró en servicio en el Ejército ruso alrededor de 2020 dentro del programa de modernización del T-90A. Incorpora cañón de 125 mm, torre rediseñada con blindaje compuesto y módulos Relikt, sistema de control de tiro digital con visor panorámico termográfico y capacidad para emplear misiles guiados a través del tubo. Monta motor diésel V-92S2F de 1.130 caballos y alcanza 70 km/h.
En la doctrina rusa, el T-90M cumple la función de carro de combate principal de última generación. El Ejército lo asigna a unidades prioritarias con el objetivo de complementar o sustituir a T-72B3 y T-80 modernizados. Antes de la invasión a gran escala de febrero de 2022, estimaciones del IISS situaban los T-90M operativos en unas pocas decenas, aproximadamente entre sesenta y setenta carros dentro de un parque que sumaba miles de modelos anteriores.
Respecto a protección, la torre adopta geometría revisada con blindaje compuesto multicapa y módulos Relikt en sustitución del sistema Kontakt-5, con aumento de la protección frente a cargas huecas en tándem y proyectiles de energía cinética. El casco y la parte posterior reciben refuerzos mediante faldones laterales y rejillas metálicas. En Ucrania, numerosos vehículos muestran estructuras adicionales tipo jaula y redes contra municiones merodeadoras y drones de ataque de primera persona.
Datos clave sobre pérdidas, capturas y producción del T-90M
- A mediados de 2024, Oryx contabilizó 100 T-90M destruidos, dañados, abandonados o capturados.
- El 4 de mayo de 2022, la primera pérdida verificada ocurrió cerca de Staryi Saltiv.
- UNN indicó en diciembre de 2024 entre 99 y 120 T-90M destruidos y al menos siete capturados.
- Estimaciones del CIT situaron la producción desde 2022 entre 540 y 630 unidades y el parque operativo entre 410 y 500.
- El IISS estimó en febrero de 2025 unas 4.400 pérdidas de carros rusos.
Sistemas de tiro, gestión y marco político del T-90M en propaganda
El sistema de control de tiro, identificado como Kalina, integra computadora balística digital, canales diurnos y térmicos estabilizados y visor panorámico para el jefe de carro que permite adquisición de objetivos por el jefe mientras el artillero ejecuta el tiro. La combinación de sensores y enlace de datos forma una arquitectura de gestión del campo de batalla que facilita intercambio de información entre vehículos y escalones de mando para aproximar capacidades nocturnas a carros occidentales.
La relevancia política del T-90M quedó patente en febrero de 2024, cuando Vladimir Putin visitó la planta de Uralvagonzavod, principal fabricante de carros de combate rusos, y declaró que el T-90, en referencia al Proryv, era “el mejor tanque del mundo, sin exageración”. Autoridades y medios estatales repitieron esa afirmación durante los meses posteriores y presentaron el modelo como respuesta a carros occidentales como Leopard 2A7 alemán o M1A2 Abrams estadounidense dentro del relato oficial.
El T-90M debutó en el frente ucraniano en la primavera de 2022. Imágenes de la Guardia Nacional rusa mostraron por primera vez un T-90M en la región de Járkov a finales de abril. El 4 de mayo de 2022, fotografías geolocalizadas cerca del eje de Staryi Saltiv confirmaron la primera pérdida verificada: un T-90M destruido por fuerzas ucranianas que apareció calcinado y con la torre separada del casco en combate.
A partir de ese punto, el T-90M se observó en otros sectores del frente, aunque en cantidades inferiores a las de T-72 y T-80. El seguimiento de pérdidas mediante imágenes del proyecto independiente Oryx permitió trazar su trayectoria en la guerra. A mediados de 2024, ese registro contabilizaba cien T-90M destruidos, dañados, abandonados o capturados, una cifra superior a los sesenta y siete en servicio estimados por el IISS antes de la invasión.
Balances de pérdidas y producción del T-90M según fuentes abiertas actuales
En diciembre de 2024, un análisis de la agencia ucraniana UNN, basado en datos de la inteligencia militar ucraniana y recuentos de código abierto, señaló unos cien T-90M destruidos y al menos siete capturados. El mismo trabajo indicó que, antes de la invasión, Rusia tuvo unos setenta T-90M operativos y que, tras febrero de 2022, produjo más de trescientos, con diez a quince carros al mes y hasta ciento cincuenta al año.
Otros análisis de inteligencia citados por Army Recognition elevaron esas magnitudes. Según datos atribuidos al Conflict Intelligence Team, Rusia fabricó entre quinientos cuarenta y seiscientos treinta T-90M desde 2022, con al menos ciento treinta destruidos o abandonados y un parque operativo estimado entre cuatrocientos diez y quinientos vehículos, equivalente a cerca del quince por ciento de los carros rusos en el frente. La publicación situó la producción anual en hasta trescientas unidades y mencionó expansión industrial.
Los datos de Oryx ofrecen otro corte. Su listado, actualizado de forma continua con material gráfico, recoge ciento cuarenta y seis T-90M rusos clasificados en destruidos, dañados, abandonados o capturados. Esa cifra ubica al T-90M entre los modelos con más pérdidas documentadas dentro de la familia T-90 y confirma exposición sostenida al combate en Ucrania según evidencias visuales reunidas por el proyecto durante la guerra. El recuento se actualiza de forma constante durante la guerra.
La tendencia continuó según fuentes abiertas y análisis citados. UNN situó los destruidos confirmados entre noventa y nueve y ciento veinte y describió al menos siete capturas, mientras informes atribuidos al CIT reflejaron fabricación total desde 2022 entre quinientos cuarenta y seiscientos treinta T-90M. En paralelo, Army Recognition mencionó producción anual de hasta trescientas unidades y planes de expansión, con participación del T-90M como fracción notable dentro del parque desplegado.
Contexto de pérdidas rusas y amenazas que enfrentan al T-90M en Ucrania
El contexto de la flota acorazada rusa amplifica esa percepción. En febrero de 2025, el IISS estimó unas cuatro mil cuatrocientas pérdidas de carros de combate principales rusos desde el inicio de la invasión a gran escala, con unas mil cuatrocientas en 2024. Ese nivel obligó a recurrir con mayor frecuencia a existencias de modelos soviéticos antiguos almacenados desde la Guerra Fría para recomponer unidades y sostener operaciones en el frente.
Compilaciones basadas igualmente en Oryx difundidas por medios europeos y ucranianos superan las cuatro mil pérdidas de carros de todo tipo. El T-90M representa una fracción de ese total, aunque se integra en el mismo patrón de desgaste sostenido. La información visual disponible y las estimaciones coinciden en una sangría de medios acorazados que fuerza sustituciones con material previo y limita la proporción real de T-90M dentro de las formaciones desplegadas.
Los combates clarificaron las amenazas que afronta el T-90M. Existen vídeos con T-90M destruidos o neutralizados por misiles anticarro portátiles occidentales como Javelin, por misiles TOW lanzados desde vehículos de combate M2 Bradley y por granadas propulsadas o proyectiles de sistemas como el lanzagranadas Carl Gustaf. Informes del Ejército de Estados Unidos sobre lecciones de la guerra destacaron vulnerabilidad frente a drones de coste bajo que detectan y atacan desde ángulos superiores con menor protección.
Como respuesta, unidades rusas con T-90M añadieron modificaciones de campaña: estructuras metálicas adicionales sobre torre y casco, pantallas de rejilla, cadenas y redes destinadas a detonar o desviar municiones con ataque en el sector superior. Uralvagonzavod y medios próximos al complejo militar-industrial presentaron paquetes de modernización para el T-90M con sistemas de guerra electrónica contra drones, rejillas frente a drones de primera persona y refuerzos de goma y blindaje adicional en la parte trasera.
Empleo limitado, capturas ucranianas e impacto industrial del T-90M
Pese a adaptación y aumento de producción, las pérdidas continuas ubican al T-90M en un parque donde aún predominan modelos anteriores. Según el IISS y otras fuentes especializadas, Rusia recurrió con mayor frecuencia a T-62 y T-55 y a variantes antiguas de T-72 y T-80 extraídas de almacenes y sometidas a modernizaciones parciales para su envío al frente. En ese marco, el T-90M opera como plataforma de primera línea con presencia limitada y sin sustitución masiva.
Desde septiembre de 2022 se registraron capturas de T-90M por Ucrania tras abandonos rusos. Un seguimiento fotográfico independiente y The War Zone documentaron uno de los primeros casos. En julio de 2024, la brigada 68 de cazadores ucraniana anunció captura de un T-90M Proryv. En agosto de 2024, el Kiev Post mostró un T-90M con marcas ucranianas en Sumy durante la incursión en Kursk; Newsweek lo describió como puesto de nuevo en servicio.
La dimensión industrial del programa T-90M quedó expuesta por investigaciones del servicio de inteligencia ucraniano difundidas por medios internacionales. Esas pesquisas señalaron que Uralvagonzavod utiliza centenares de máquinas-herramienta y equipos de alta tecnología de origen occidental y asiático para fabricar carros de la serie T, incluido el T-90M, lo que genera dependencia de repuestos y soporte técnico externos en un entorno marcado por sanciones. Además, análisis señalaron aumento de producción con unidades nuevas y material modernizado.
En conjunto, los datos disponibles muestran que el T-90M pasó de recurso escaso en 2022 a fracción significativa aunque minoritaria del parque ruso en el frente. Las fuentes citadas describen varios centenares fabricados desde el inicio de la invasión y más de un centenar de pérdidas verificadas, dentro de un total aproximado de cuatro mil cuatrocientos carros de combate principales destruidos, dañados, abandonados o capturados en Ucrania según el IISS y el seguimiento visual de Oryx.