Turkish Aerospace Industries (TAI) exhibió en IDEF 2025 su nuevo vehículo aéreo no tripulado (UAV) con capacidad de despegue y aterrizaje vertical. Esta plataforma fue desarrollada para cumplir requisitos actuales en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). El modelo busca cubrir demandas operativas en entornos restringidos y forma parte del portafolio ampliado de drones fabricados por Turquía para su uso en conflictos de corto alcance o asimétricos.
El UAV cuenta con un diseño compacto que combina despegue vertical y autonomía de ala fija. Mide 3,1 metros de longitud y cinco metros de envergadura. Su peso máximo al momento del despegue alcanza los 120 kilogramos y admite una carga útil de hasta 2,5 kilogramos. La capacidad de combustible es de 60 litros, lo cual permite un tiempo de vuelo de hasta 10 horas y una autonomía máxima de 1300 kilómetros. El sistema mantiene un enlace de control efectivo hasta una distancia de 100 kilómetros.
El desarrollo del UAV se basó en la experiencia acumulada por TAI en programas anteriores como Anka y Aksungur. La plataforma fue concebida para misiones tácticas como vigilancia fronteriza, operaciones antiterroristas y despliegues internacionales. El diseño incorpora observaciones provenientes de unidades operativas que requieren un equipo aéreo de bajo mantenimiento y con capacidad para ser transportado de forma inmediata en zonas con acceso limitado o en condiciones adversas.
En comparación con otros sistemas como el V-BAT de Martin UAV o el AirMule de Urban Aeronautics, este UAV emplea combustible de combustión convencional con el fin de maximizar su alcance y resistencia. El diseño modular de las alas permite su desmontaje y posterior reensamblaje en un tiempo breve, lo cual facilita su traslado. Además, el modelo prescinde de mecanismos complejos mediante una configuración de crucero con elevación sencilla, cuyo propósito es reducir fallos operativos.
El sistema puede operar en vigilancia costera desde embarcaciones de menor tamaño, así como en zonas montañosas o regiones remotas de África y Asia Central. Estas características lo hacen compatible con escenarios en los que las Fuerzas Armadas turcas o sus socios internacionales no disponen de infraestructura terrestre establecida. Su capacidad para mantenerse en operación durante períodos prolongados sin necesidad de pistas lo vincula a los estándares de vigilancia persistente exigidos por la OTAN.
TAI no anunció contratos de compra durante la feria, aunque la configuración de este UAV indica una orientación tanto hacia adquisiciones internas como hacia exportaciones. La empresa ha demostrado capacidad para convertir prototipos en sistemas activos en plazos cortos. Dado el interés regional por drones tácticos con autonomía extendida, el modelo podría atraer a países que requieren vigilancia aérea sin depender de bases convencionales ni asumir costos elevados.
La presencia del sistema en IDEF 2025 coincide con los objetivos turcos de incorporar nuevas tecnologías de defensa en entornos operativos sujetos a variación. Su combinación de elevación vertical, resistencia prolongada y facilidad logística amplía las capacidades ISR nacionales y ofrece una alternativa adaptable para exportación. El UAV se integra en un entorno tecnológico diseñado para satisfacer condiciones tácticas diversas mediante soluciones autónomas de despliegue inmediato.