Turquía está construyendo su propio avión de combate de quinta generación y tiene previsto lanzarlo para su exhibición en el Salón Internacional de Aeronáutica de París, que se inaugura hoy y finaliza el domingo.
En una declaración publicada el jueves, Turkish Aerospace anunció que mostrará, por primera vez, un “modelo de caza turco individual” que fue “diseñado para satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas turcas, que son el contratista general de Turkish Aerospace”.
En la fabricación de aviones de combate de quinta generación, la compañía dijo: “Turquía demostrará una vez más su infraestructura, tecnología y capacidades… lo que, por lo tanto, se considera de un valor incalculable para las grandes potencias como Estados Unidos, Rusia y China”.
La producción de este avión, llamado Turkish Hunting, es un nuevo hito en la historia de la industria de defensa turca, con el objetivo de alcanzar los 25.000 millones de dólares en exportaciones anuales para 2023.
El profesor Temel Kotil, presidente y CEO de la compañía, dijo que “haremos lo que pocos países del mundo están haciendo. Por primera vez, exhibiremos un caza turco en París para mostrar nuestras capacidades. Así, Turquía demostrará que no es diferente de otros países en términos de infraestructura tecnológica”.
La industria aeroespacial turca ha desarrollado componentes excepcionales para el caza F-35 diseñado y fabricado en los EE.UU. y es una parte importante de la cadena de suministro en cada etapa de su producción. Los EE.UU. han acordado entregar 100 cazas F-35 similares a Turquía este año, pero este acuerdo ha sido suspendido y pospuesto debido a la cuestión en curso del Presidente Recep Tayyip Erdoğan comprando el sistema ruso de defensa de misiles S-400.
La venta del sistema antiaéreo S-400 ha sido objeto de una grave controversia entre los Estados Unidos y Turquía sobre las alegaciones de que es incompatible con la tecnología F-35 y que también amenazará la seguridad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de la que Turquía es miembro. Ankara, sin embargo, insiste en que se mantenga el acuerdo S-400 y afirma que no tiene previsto retirarse de él.
La producción y desarrollo de este nuevo proyecto del caza turco, que dará empleo a 3.200 personas, así como una contribución indirecta al empleo, estimada en 11.200, puede considerarse una alternativa local para compensar la pérdida del F-35, aunque su producción comenzó antes de que se iniciara la disputa por el acuerdo S-400.